NouDiari / Es Baluard Museu ha presentado hoy La luz del fragmento, la exposición retrospectiva más amplia dedicada al artista ibicenco Rafael Tur Costa (Santa Eulària, Ibiza, 1927), que comprende obras desde los años cincuenta hasta nuestros días.
Esta muestra recompone no sólo la trayectoria plástica de Tur Costa, sino que también «acerca a espacios íntimos en que cada detalle se correlaciona con una vivencia», han explicado desde la Conselleria de Presidència, Cultura i Igualtat del Govern de les Illes Balears, que ha impulsado y financiado esta muestra, coorganizada con Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma.
«Desde el Govern, queríamos reconocer la importancia de Tur Costa como primer artista abstracto formato en las Islas Baleares y testigo de la Ibiza cultural y tradicional que atrajo el interés de artistas y galeristas en los años cincuenta. Después de la concesión este año de la Medalla de Oro de la Comunidad Autónoma, esta exposición completa el homenaje y reivindicación de un artista capital de la plástica balear y nos permite profundizar en su obra, marcada por la luz de Ibiza y un aprendizaje autodidacta sin prejuicios hasta conformar un lenguaje muy personal dentro de la abstracción», ha explicado la delegada de la Presidència per a la Cultura, Catalina Solivellas, que ha presentado hoy el acto.
La exposición, comisariada por la directora del museo, Imma Prieto; Soad Houman y Pilar Rubí, se abre al público mañana 11 de diciembre a las 19.00 horas con todas las medidas de seguridad e higiene y se podrá visitar hasta el 18 de abril de 2021 al Espacio A de Es Baluard Museu.
La luz del fragmento vincula la escritura biográfica y la práctica artística de Tur Costa a partir de un diálogo entre sus memorias y su obra desde la Guerra Civil española hasta la actualidad, con documentación como libretas, dibujos y esbozos, carteles de exposiciones o correspondencia con poetas como Rafael Alberti, Vicente Valero o Marià Villangómez Llobet.
En este sentido, se compone, por un lado, de un conjunto de materiales presentes a las salas y, por otro lado, de una publicación que reúne varios textos que responden a dos naturalezas: escritos realizados por personas que han mantenido con el artista relaciones de índole diversa y las memorias que el artista escribió el 2005, mediante las cuales nos relata en primera persona la barbarie de la guerra y el franquismo.
«Revisar las diferentes etapas que caracterizan su trabajo exige establecer un paralelismo entre la manera en que podemos escribir sobre su quehacer y el registro mediante el que se escribe la historia, que sabe que cada detalle es imprescindible», ha explicado la comisaria Imma Prieto.
Con esta exposición, en la que colaboran el Institut Ramon Llull y la Fundació Baleària, Es Baluard Museu continúa su tarea de recuperación y estudio de artistas clave en la historiografía balear e internacional, así como nutriendo una de sus funciones primordiales: reescribir y resituar la trayectoria de algunos artistas que no han tenido el reconocimiento que merecían. Tur Costa es uno de los artistas que permiten tejer un universo común, un relato que forma parte de nuestra historia colectiva.
El título del proyecto también es partícipe de esta voluntad y aceptación. La luz del fragmento acontece la metáfora del proceso que caracteriza la labor de Tur Costa. A lo largo de los años ha sabido ir desnudando las telas y los papeles de lo que es superfluo para quedarse con el esencial. Una simplificación matérica y conceptual que agujerea la composición con surcos y grietas para crear nuevos espacios en el espacio de la tela.
Vanguardia europea
Rafael Tur Costa vive y trabaja en Ibiza. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios, aunque se puede considerar un autodidacta.
En 1955 conoce los integrantes de la Hochschule Für Bildende Künste de Berlín, un grupo de estudiantes alemanes de Bellas Artes que llega a la isla y que lo pone en contacto con los planteamientos artísticos de la vanguardia europea.
Su inquietud lo lleva a frecuentar los círculos artísticos de Madrid y Barcelona. En 1959 se forma el Grupo Ibiza 59, con el que Tur Costa mantiene una relación constante.
En sus primeras obras abstractas en la década de los sesenta se observa una predominancia de las tonalidades oscuras, que progresivamente y sin embargo, derivarán en el blanco, fruto de su tarea de investigación alrededor del hecho pictórico y de la evolución de su propio lenguaje.
Ha expuesto su obra tanto en Europa como en los Estados Unidos. Lo ha hecho en galerías, centro de arte y museos entre los que se encuentran el Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa (MACE) en varias ocasiones (1983, 1997) o el Casal Solleric de Palma (1997). Su obra forma parte de las colecciones del Ayuntamiento de Palma, de Govern de les Illes Balears, del Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa, del Museo Internacional Salvador Allende de Santiago de Chile y de la National Gallery of Modern Art de Nueva Delhi.