@D.V./ Durante el último año, los periodistas hemos hablado mucho sobre Tagomago: que si el quiosco se utiliza como un beach-club, que si éste se ha ampliado con una plataforma flotante sin licencia, que si se ha ampliado el muelle, que si vehículos de motor se mueven constantemente por la isla, que si los propietarios de Tagomago utilizan este espacio sin ningún escrúpulo y con un ánimo de lucro que no respeta ninguno de los valores naturales del islote…
Pero para hablar con conocimiento de causa, nada mejor que ir a Tagomago y ver en primera persona qué sucede exactamente en este espacio donde Matthias Kühn hace y deshace a su completo antojo. Por este motivo, miembros del GEN y de la Plataforma Tagomago Parque Natural, acompañados de un grupo de periodistas, hemos desembarcado este domingo en el islote para observar su actual estado.
Muelle ampliado y seis boyas
La salida se ha producido desde una playa cercana a Pou des Lleó. “Aunque el islote sea de propiedad privada, el desembarco no está prohibido. De hecho, la Ley de Costas establece que todo el espacio de 6 metros de profundidad desde la costa es de dominio público y, por tanto, cualquier puede ir a pasear. De hecho, hay un sendero asfaltado que rodea la isla” explica Joan Carles Palerm, miembro del GEN.
Efectivamente, cuando llegamos al muelle un empleado de la empresa que gestiona la isla nos atiende y nos ayuda a amarrar la zodiac. Esperábamos una recibida hostil pero ésta, de momento, no se poduce. “Yo sólo trabajo aquí, no quiero conocer nada más de lo que sucede” nos confiesa el empleado.
Antes de llegar, hemos obervado las seis nuevas boyas -todas ellas sobre la zona de posidonia- que ha instalado la propiedad del islote para que amarren los yates de los millonarios que acuden a las fiestas que se celebran en la mansión Una vez en tierra comprobamos que, para ser un islote con una enorme protección ambiental -LIC (Lugar de Interés Comunitario), ANEI (Área Natural de Especial Interés), ZEPA (Zona Especial de Protección para Aves) y de estar en una zona de Protección de Costas- éste cuenta con un muelle considerable con tres barcas y motos de agua. “El muelle ha triplicado su extensión” comenta Lluís Ferrer, impulsor de la Plataforma Tagomago Parque Natural y vecino de Sant Carles, “este muelle, además, no es flotante. Está construído sobre el fondo marino”.
Un espacio sin ley
Del muelle parte una pasarela de cemento que comunica con el famoso quiosco que funciona habitualmente como restaurante y ocasionalmente como espacio para celebrar fiestas o ‘beach-club’. En su pared exterior cuelga un cartel con un número de teléfono para realizar reservas. Junto al edificio original se ha levantado una nueva estructura de madera flotante sobre pilones clavados en el fondo marino, una ampliación que la propiedad ha instalado sin esperar los permisos pertinentes de Costas. Ferrer confirma que, casi cada noche, el quioco está iluminado y acoge fiestas que se pueden escuchar perfectamente desde Pou des Lleó: “Esto parece un volcán iluminado”.
Los empleados del quiosco nos indican que está prohibido realizar fotos del negocio, cosa que no es cierta. Después de tomar unas imágenes iniciamos la ruta por el camino asfaltado que sigue el perímetro del islote. Al dejar el muelle, un cartel nos advierte que el ‘acceso sólo está permitido al personal de autoridad portuaria’, aunque la zona parece muy transitada. Vemos a un jeep aparcado y marcas de neumáticos en la arena. “En principio, al ser zona protegida, aquí sólo puede circular el vehículo de Autoridad Portuaria. Sin embargo, circulan jeeps, meharis, quads, retroexcavadoras… de todo”, informa Lluís Ferrer.
Estos vehículos han cambiado la fisonomía de Tagomago, ya que han abierto nuevos caminos de tierra en su superfície: “Hasta hace pocos años estos caminos no existían. Sólo había el camino del perímetro y el que comunica el muelle con la mansión. Los otros se han creado para facilitar el paso de las retroexcavadoras y para que los millonarios hagan sus excursiones con quad” indica Joan Carles Palerm. En el suelo podemos comprobar una consecuencia de este tráfico rodado: un ejemplar de lagartija autóctona (Podarcis tagomaencis) hecho trizas, aplastado por las ruedas de un vehículo.
Seguimos por el camino que rodea el islote y, a mano izquierda, vemos la mansión de Matthias Kühn y Norma Duval, una casa que han mostrado en algunos reportajes televisivos y sobre la pesa una investigación judicial por una ampliación sospechosa. Hoy no encontramos el famoso helicóptero con el que en ocasiones se traslada a los invitados a las fiestas, pero su paso no suele pasar desapercibido, especialmente para el halcón marino (falco leonorae): “Está comprobado que el paso de los helicópteros provoca un gran nerviosismo en los halcones marinos, que es una especie que pone los huevos encima de las rocas. Cada vez que pasa un avión, los adultos se asustan y abandonan el nido y se rompe algún huevo. Se podría decir que cada helicóptero que pasa es un huevo menos” comenta Joan Carles Palerm, quien recuerda que Tagomago es, a priori, un lugar especial de protección de aves y que la colonia de halcone marinos de Tagomago es la tercera más importante de España.
Encontronazo con el señor Kühn
Tras una vuelta en la que comprobamos la belleza que todavía mantiene este lugar privilegiado, iniciamos el camino de vuelta hasta el muelle. El quiosco del muelle bulle de actividad: el personal está instalando los manteles y los cubiertos en las mesas, y preparan el lugar para un exclusivo banquete. Un primer grupo de periodistas ya hemos llegado al muelle pero otros compañeros se retrasan: están discutiendo con alguien. Volvemos sobre nuestros pasos y observamos a un señor grande, corpulento, de pelo blanco-amarillento y piel encendida. Es nada más y nada menos que el señor Matthias Kühn, el dueño de todo esto, el hombre quien, hasta ahora, ha hecho y deshecho a su antojo en este islote.
“¡Estáis entrando en una propiedad privada, no se puede pasar por aquí!” dice Kühn mintiendo descaradamente, ya que la Ley de Costas ampara el paso público por el camino por donde andamos. “¡Habéis entrado en mi casa!” miente de nuevo, ya que en ningún momento hemos entrado en su mansión. Kühn saca una cámara de fotos y pregunta nuestros nombres, algo que a este señor no le debería interesar en absoluto: “¡Os voy a denunciar!” amenaza mientras nos fotografía. Una actitud absolutamente comprensible. Cuando alguien sabe que se puede saltar la ley a la torera con total impunidad… ¿no iría un poco crecidito? En Tagomago, Matthias Kühn es la Ley… hasta que no se demuestre lo contrario.
Bueno, muy bueno David!!
gracias.
Als que quedavem ens va enviar el gorila al far, que ens va explicar que allí ells eren Autoritat Portuària i per tant qui manaven, també que a Tagomago la llei no era la mateixa. A l’hora de sortir en kuhn ens havia tancat la porta d’accés i ens va fer fotos obrint-la. També ens va dir que ens denunciaria i que havuem entrat en propietat privada, cosa que ja sabeu que és falsa.
Conec gent a Formentera multada per Costes amb 7000€ per donar un parell de palades de ciment a una escala avarador per a refermar-hi una estaca, i aquest individu fa un moll i un quiosc i no passa res. Això és un pxxx escàndol.
No l´hi fugirà un des jeeps i li passará per dalt a en Khün aquest, i el deixará com a sa pobra sargantana, no …
Que verguenza donde estan estos gobernantes que an permitido hacer esta barbarie en tagomago y los jueces y fiscales no pueden hacer que este señor «»»»»» pare de destrozar tagomago esta es la ley que se supone todos tenemos que respetar asi va españa los politicos miran pa otro lado cuando supuestamente hay un cabeza cuadrada que se compra una isla supuestamente para salvaguardar las especies que anidan alli y lo comvierte en un beach club FORA. DE TAGOMAGO Parque nacional.
Muy buen artículo. Felicidades…
que se´n vagi ja¡¡¡
Aquesta gran iniciativa s»hauria de fer cada cop que facin una festa, per tocar es c….. Fins que s’en vagin d’Eivissa!!!!
A pastorar a germània tros de bradburg!!!
Fa ja 50 anys, quan jo feia la «mili» a Eivissa, aquesta illa de Tagomago era completament verja, com s’ha pogut premetre que un «cartofen» com en Khun i la seva «A» Norma Duval s’agin construit aquesta gran mansió ?