Una botella que contenía óxido nitroso, conocido como ‘gas de la risa’, una sustancia que se usa como droga recreativa en las zonas de ocio nocturno de Ibiza, explotó en la trituradora de la planta de gestión de residuos de Ca na Putxa y salió eyectada hacia arriba, con tal velocidad y potencia, que hizo un agujero en el techo de la planta , como de puede ver en la imagen bajo estas líneas.
Y es que cada día se consumen en la isla cientos y cientos de botellas de este gas, que acaban en cualquier contenedor y, de allí, a la planta de gestión de residuos de Ca na Putxa, en el vertedero de Ibiza. Su gestión es insostenible y, además, pueden provocar explosiones durante su tratamiento en la planta como se ha visto recientemente. El consumo de ‘gas de la risa’ en Ibiza ya es un problema medioambiental y de salud pública de primer orden.
«Del mismo modo que impactó contra la estructura podría haber provocado daños personales muy graves». Así lo advierte Ricardo Ruiz Roman, gerente de la UTE GIREF que gestiona el área ambiental de Ca na Putxa.
Ese consumo masivo ha puesto en jaque a la planta de reciclaje del vertedero de Ca na Putxa, que se enfrenta al reto de gestionar un residuo nuevo, nunca antes visto en este volumen. Las botellas de óxido nitroso son un problema evidente, como muestran las imágenes de montañas de botellas usadas que llegan la planta cada día.
Este gas está pensado para usos culinarios, ya que ayuda a los cocineros a preparar natas y cremas pero, de un tiempo a esta parte, se está empleando como narcótico por sus propiedades euforizantes y/o relajantes al inhalarlo. Como es una sustancia legal es complicado actuar frente a su comercialización y consumo, que solo se puede afrontar como venta ambulante ilegal.
Por eso hacen falta medidas nuevas, ya que su gestión como residuo supone un sobrecoste a las arcas públicas y es evidente que ya es un problema de salud pública.
Montse Ruiz Costa, técnica de Medio ambiente del Consell de Ibiza, explica a Noudiari que estos envases se han convertido en un auténtico problema y en un quebradero de cabeza para los responsables y operarios de Ca na Putxa. «Hace años ya detectábamos las cápsulas pequeñas de óxido nitroso (unos objetos con forma como de bala plateada) pero, desde al año pasado, lo que nos llegan son botellas grandes con este gas a presión que se tiran al contenedor gris y que, cuando llegan a la trituradora pueden estallar, como ya nos ha pasado», alerta.
«Habría que empezar por hablar con las empresas que venden este gas online para que solo lo faciliten a profesionales [del sector de la restauración]», explica.
Basta entrar en plataformas como Amazon para comprar, sin control alguno, este tipo de botellas de gas de la risa. A solo un par de clics y al alcance de cualquiera en cualquier web. No hay que olvidar, además, que esta droga se inhala hinchando globos y los restos de estos globos de plástico acaban en el mar, ya que se consumen en zonas costeras como Platja d’en Bossa o cerca del mar en Sant Antoni (Passeig de s’Arenal).
Ruiz Roman relata, además, que estos envases no llegan siempre vacíos. «Basta que tengan un poco de gas para que estallen si no los detectamos, como pasó recientemente. La cantidad de residuos de este material que llega es increíble. Son cientos cada día», critica.
El consumo de este gas se ha puesto tan de moda que es fácil ver a los vendedores a plena luz del día en lugares como Sant Antoni y Platja d’en Bossa y a jóvenes inhalando los globos que se hinchan con este gas a cinco euros la calada. Aunque no es un problema exclusivo de la isla de Ibiza, ya que se ha puesto de moda en Magaluf, Lloret de Mar, Benidorm, en la isla es especialmente visible y numeroso.
«El problema es que este tipo de botellas no deberían estar en la calle y en cantidades tan enormes, Nadie preveía algo así», explica Montse Ruiz. Porque estas botellas de óxido nitroso están pensadas para que las manejen los chefs en los restaurantes. Así, antes el consumo era testimonial. Ahora es masivo.
Al haber llegado a la calle como sustancia de consumo recreativo, los envases se quedan por cualquier parte o acaban en el contenedor de rechazo, el gris. Tampoco pueden ir al amarillo porque Ecoembes todavía no tiene un protocolo de este tipo de residuo, algo que debería plantearse a la vista del problema que suponen. «Nosotros hemos avisado a todos los implicados», asevera Montse Ruiz.
«Hay que pensar que para nosotros es una novedad. Hasta el año pasado no habíamos visto cosa igual y este año se ha disparado por completo. Antes veíamos las cápsulas pero ahora llegan botellas por cientos «, relata la técnica.
Explosiones
La maquinaria de Ca na Putxa pasa la basura que llega a la planta procedente de los contenedores por un ‘abre bolsas‘, que es como un triturador con cuchillas. La botella que explotó hace poco salió disparada como un proyectil contra el techo al pasar por estas cuchillas. «Cualquier día puede volver a pasar e impactar contra una persona y las consecuencias son imprevisibles. En todo caso la lesión sería muy grave.
El responsable del área ambiental explica que algunos hoteles se están haciendo cargo de la gestión de las botellas que encuentran en sus habitaciones.
«Estos botes son aparatos a presión que deben ser gestionados por empresas especializadas, no se pueden dejar abandonados en cualquier contenedor de basura o papeleras», añade y pone cifras a la gestión: «Cada tonelada de material tiene un coste de 2.100 €/tonelada y cada bote pesa 0,65 kg. La gestión de estos botes de manera segura es muy cara, ya que nunca sabes si están vacíos o con gas a presión», concluye.
Trabajo en un establecimiento turístico y llevo la gestión de residuos y reciclaje y, desde el primer momento, nos hemos hecho cargo de la correcta gestión de este residuo aunque debo decir que tuvimos que ingeniárnoslas hasta llegar a una solución ya que no había ninguna información al respecto. Además una vez dimos con dicha solución, informamos a compañeros de otros establecimientos de cómo hacerlo.
Reciclar este material también nos supone un coste adicional de mano de obra y transporte ya que el material lo entregamos despresurizado y sin partes de plástico, que se reciclan por separado.
Las instituciones deberían implicarse seriamente en este problema ya que tengo constancia de que muy pocos establecimientos están haciendo lo mismo y la mayoría de veces los envase de óxido nitroso acaban en contenedores normales.
Muchas gracias por tu comentario, Gabriel. Es muy interesante saber cómo os estáis haciendo cargo los establecimientos turísticos de este residuo tan complicado de gestionar.