@Noudiari/ Adolfo Suárez González ha fallecido a los 81 años a las 15,15 horas en la Clínica Cemtro de Madrid, donde permanecía ingresado desde el pasado 17 de marzo por una infección respiratoria considerada habitual en el proceso del Alzheimer, una enfermedad que afectó hace más de una década al primer presidente de la democracia española.
Suárez, nacido el 25 de septiembre de 1932 en Cebreros (Ávila), comenzó su andadura política en los años cincuenta tras doctorarse en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, etapa en la que desempeñó diferentes cargos dentro de la estructura del franquismo, de la mano de Herrero Tejedor, secretario general del Movimiento en el penúltimo gobierno de Franco. En 1958, Suárez pasó a formar parte de la Secretaría General del Movimiento y pronto escaló a jefe del Gabinete Técnico del Vicesecretariado General, procurador de Cortes por Ávila en 1967 y gobernador civil de Segovia en 1968. Un año después, en 1969, fue designado Director General de Radio Televisión Española, cargo en el que se mantuvo durante cuatro años.
“Un anticomunista inteligente”
En 1975, Suárez alcanzó el Vicesecretariado General del Movimiento y a finales de año formó parte del primer gabinete de Arias Navarro, formado tras la muerte del dictador Francisco Franco. En este momento, el abulense fue nombrado Ministro Secretario General del Movimiento y en julio de 1976 el rey Juan Carlos I le encargó la formación del segundo gobierno de su reinado y el desmontaje del aparato franquista. En esta etapa preconstitucional, Suárez era un desconocido para la mayoría del pueblo español, que supo reunir a un grupo de políticos que habían abrazado la democracia desde diferentes posiciones políticas: desde franquistas conversos hasta liberales, pasando por socialdemócratas y democristianos.
En los próximos tres años, entre 1976 y 1979, Suárez desarticuló el régimen franquista con la complicidad del PSOE y del Partido Comunista de España, los principales bastiones del antifranquismo español. El líder de los comunistas en aquella época, Santiago Carrillo, definió a Suárez como “un anticomunista inteligente”.
Un segundo mandato sobre aguas turbulentas
Las elecciones del 15 de junio de 1977, los primeros comicios democráticos celebrados en España desde 1936, elevaron a Adolfo Suárez a la presidencia del gobierno. El político, al frente de un conglomerado de formaciones de centro aglutinadas bajo las sigas UCD (Unión de Centro Democrático), fue también el encargado de convocar las cortes constituyentes que aprobaron la Constitución el 6 de diciembre de 1978.
En marzo de 1979, Aldolfo Suárez ganó por segunda vez una elecciones generales e inició una etapa de gobierno repleta de dificultades políticas, sociales y económicas. El PSOE presentó en 1980 una moción de censura que, aunque no salió adelante, deterioró mucho la imagen de Suárez. Asimismo, la sintonía que mantuvo con el rey durante la Transición comenzó a fallar y Juan Carlos I le retiró el apoyo que le brindó durante los primeros pasos de Suárez en las altas esferas de la política española. El 29 de enero de 1981, Adolfo Suárez presentó su dimisión y ofreció un mensaje al país en el que pronunció la siguiente sentencia: “No quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España”.
La vida después de la presidencia
Suárez creó poco después de su dimisión el partido Centro Democrático y Social (CDS), siglas bajo las que fue elegido como diputado por Madrid en las elecciones del 28 de octubre de 1982. El abulense revalidó su escaño en 1986 y 1989, pero en 1991 dimitió como presidente de la formación tras los pésimos resultados recabados por el CDS en las elecciones municipalesy abandonó definitivamente la política.
Su papel crucial en la Transición le valió el título de duque de Suárez en 1981, otorgado por el rey, y el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1996. Su última aparición pública se remonta a 2003, cuando su hijo se presentó como candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha por el Partido Popular. El abulense apoyó la candidatura de Adolfo Suárez Illana en Albacete y nunca más volvió a comparecer en público a causa de su estado de salud.
El presidente que no recordaba que lo fue
El hijo de Suárez, Aldolfo Suárez Illana, reveló en 2005 que el expresidente padecía de Alzheimer desde hacía dos años y ni tan siquiera recordaba que había ocupado la presidencia del Gobierno. Durante los últimos once años se han sucedido los homenajes a quien fuera una figura crucial de la Transición y su hijo recibió la Orden del Toisón de Oro que le otorgó el rey en 2007, como un tercer reconocimiento al artífice de la conversión democrática española.
Su esposa, María Amparo Illana Elórtegui y su hija mayor, María Amparo, fallecieron de cáncer. La primera, en 2001 y con sólo 66 años, y su primogénita tres años después, con 41. Otra de sus hijas, Sonsoles, también padeció esta enfermedad, aunque la superó tras una árdua lucha. Sobreviven a Suárez cuatro de sus cinco hijos: Sonsoles, Adolfo, Laura y Javier.