El mundo del arte de Ibiza lamenta hoy el fallecimiento de Joël Roger, galerista de origen francés (Saint Male-Bretaña) que durante 32 años estuvo al frente de la mítica galería de arte Es Molí de Santa Gertrudis junto a la que fuera su pareja, Vetik Roger (fallecida en 2019).
Esta galería fue una de las más importantes de Ibiza, trabajó entre 1978 y 2010, y fue una de las pocas de la isla que llegó a tener presencia en la feria de arte ARCO de Madrid.
Joël Roger no solo trajo a Ibiza obra de Dalí y Tàpies sino que confió en los artistas locales. En esta sala se pudo ver obra del falsificador Elmyr de Hory, de Andrés Monreal (famosos son los cuadros de este autor que forran las paredes del bar Can Costa de Santa Gertrudis), de la fotógrafa de guerra afincada en Ibiza Christine Spengler, de Antonio Villanueva, Lorenzo Quinn, Joaquim Seguí o Bill Fulljames, entre muchos otros.
Enamorados de la isla
Después de conocer la isla en unas vacaciones, Joel y Vetik se trasladaron desde París a Ibiza en los años 70 y abrieron la galería en 1978, situada en una casa payesa de Santa Gertrudis, junto a la carretera de Sant Miquel. Joel dejó atrás dos galerías que tenía en Francia, dedicadas a la numismática y al arte moderno para apostar por la isla.
Se llamaba Es Molí porque albergó un molino en su día y con el tiempo se convirtió en punto de encuentro de artistas y un auténtico oasis cultural.
Es Molí fue una de las galerías privadas de Ibiza, como las míticas Ivan Spence y Van der Voort de Dalt Vila (también cerradas), que marcaron una época dorada del arte den la isla.
Manuel Rodríguez Méndez, uno de los artistas que tuvo la oportunidad de exponer en esta sala tanto en exposiciones colectivas como individuales, considera que la muerte de Joël Roger supone «el cierre definitivo de un largo ciclo, repleto de vivencias de esa Ibiza bohemia, donde la libertad empezaba a manifestarse». «Gracias Joel por creer en mi arte y en el de tantos otros, que dieron forma a esta gran aventura», ha expresado en sus redes sociales.