José Manuel Piña Vives / Pedro Cañestro Torres, el hombre que hizo dar los primeros pasos en Eivissa al teatro, falleció en la madrugada del domingo en Palma. Tenía 86 años, de los que pasó en Eivissa más de cincuenta como trabajador en la empresa Suministros Ibiza y, sobre todo, como director del grupo de teatro de la escuela de Artes y Oficios, con el que vivió sus momentos de mayor gloria. Junto a esta formación, que él mismo había creado, estrenó obras de un amplio abanico de los autores más diversos. ‘El zoo de cristal’, ‘Tiempo del 98’, ‘El retaule del flautista’, ‘La enemiga’, ‘Yo, ella y el duende’, ‘Anillos para una dama’, ‘Doña Rosita la soltera’, ‘Lisístrata o s’assemblea de ses dones’, ‘La guerra de les dones’ y otras muchas en castellano y catalán, Eivissa vivió gracias a él momentos de buen nivel cultural en unos tiempos en que la cultura, al menos en las artes escénicas, no suponía ninguna prioridad para las instituciones locales.
Sin embargo, Pedro Cañestro sí recibió en sus últimos años el reconocimiento de la sociedad ibicenca y balear a través de diversos galardones concedidos por la Sociedad Balear de Amigos del Teatro y por el Consell Insular en los primeros años de la década anterior. El director teatral fue asimismo objeto en diversas ocasiones del particular homenaje de los centenares de alumnos que pasaron por el grupo de Artes y Oficios. De entre ellos, destaca la presencia de nombres después importantes en el mundo de la política, como Pilar Costa, ex presidenta del Consell Insular, y el ya fallecido Carlos Tur, que fuera el primer jefe de prensa de esta institución. Pero hubo muchos más, como Dolors Corderas, José Antonio Jiménez, José Manuel Escandell, Neus Ortiz, Àngels Ferrer, Neus Bonet, Josep Antoni Bonet y hasta su propia hija Lupe.
Cañestro llegó por primera vez a Eivissa a finales de los años cincuenta con un teatrillo portátil que instaló en la calle Juan de Austria y en el que, en compañía de su familia, representó numerosas obras para el público adulto y el infantil. Él mismo era el autor de los cuentos que representaba la compañía. Eran textos muy sencillos e interactivos, en los que los que el bien triunfaba siempre sobre el mal y en los que los malos recibían siempre su merecido a base de escobazos entre la algarabía infantil.
Para el público adulto, el director ahora fallecido reservaba siempre obras de teatro clásico, especialmente los melodramas familiares de gran tensión emocional, que encantaban al público de la Eivissa de entonces, muy desconectada entonces de la actualidad teatral normal en el resto del país. No obstante, Pedro Cañestro reservaba siempre un espacio para el humor a base de ingenuos pero muy entretenidos vodeviles. No obstante, fue hombre versátil que con los nuevos tiempos se atrevió también con algún teatro de vanguardia.
Con su desaparición, la escena pitiusa pierde uno de sus grandes nombres, el de un hombre que amó tanto el teatro que logró inculcar ese amor a varias generaciones de ibicencos, que conocieron así otra parte de la cultura universal que no se enseñaba en los centros educativos. Con su grupo teatral, Cañestro ganó varios galardones a nivel nacional, como el del festival de Teatro de Almagro, e hizo diversas incursiones en distintos teatros de Mallorca. Sus obras se representaron también en la mayoría de pueblos ibicencos.