Laura Ferrer Arambarri / Jordi Brau (Barcelona, 1958) ha doblado al castellano a Tom Hanks, Tom Cruise, Kenneth Branagh, Nicolas Cage, Roberto Benigni o Robin Williams en la mayor parte de sus películas.
Él ha pronunciado frases que forman parte del imaginario colectivo como Buenos días princesa, en La vida es bella; La vida es como una caja de bombones en Forrest Gump o Good morning, Vietnam! en la película del mismo título
Además es director artístico de su propio estudio de doblaje en Barcelona, Polford, donde, entre otras muchas cintas, han doblado al castellano a la ganadora del último Óscar a la mejor película: Parásitos.
Este actor conoció Ibiza en 1976 y desde hace más de 20 años es visitante habitual. Es más, viene varias veces al año a la isla, donde coincide con otros amigos; todos pendientes ahora de las noticias que llegan desde la isla. “En cuanto se pueda viajar, iré a la isla como siempre”, comenta a Noudiari, y regala este saludo para sus lectoras y lectores en la voz de tal vez su personaje más querido:
Estos días estamos todos ‘atrapados en el tiempo’ como Bill Murray en la famosa película que muchos hemos vuelto a ver estos días. Usted le puso la voz.
Es un actor que Ricardo Solans ha doblado en otras películas pero, sí, yo le doblé en Atrapado en el tiempo.
¿Ha conocido a alguno de los actores que ha doblado?
Conocí a Dennis Quaid en Barcelona. Le había doblado en varias películas. Y Robin Williams tuvo el detalle de dar las gracias «por el doblaje de Jordi Brau en Señora Doubtfire» en el programa de Jaume Figueras [famoso periodista y crítico de cine]. Fue muy amable. Parece que era un hombre encantador.
La noticia de su fallecimiento ¿le afectó especialmente dado que le ha puesto voz en todas sus películas?
Estaba en Ibiza cuando sucedió. Me llamaron, lo recuerdo bien, recién levantado. Cuando me dieron la noticia me quedé muy sorprendido porque, sí, era un poco como de la familia. Llevas doblándolo tantos años, lo conoces tanto porque has visto tantas veces las películas… Era un actor al que le tenía cariño, realmente.
Además le ha proporcionado algunos de los papeles más exigentes para un actor de doblaje como Good morning, Vietnam o el ya mencionado Señora Doubtfire…
Oh, sí, sí. Lo pasabas mal por la dificultad pero también lo pasabas muy bien doblándolo. Durante una década hizo algunas películas muy interesantes, pasaba de la comedia a otras mucho más dramáticas y siempre con muy buenos resultados. Hay actores con los que, de algún modo, creces con ellos.
¿Lo normal es doblar a un actor a lo largo de toda su carrera?
En principio sí, pero nunca ha habido una exclusiva. Se enviaban las pruebas a Estados Unidos y, si funcionaba, lo normal era continuar. Pero nunca sabes cuántas películas va a hacer un actor. Al principio, cuando empecé a doblar a Tom Hanks o a Tom Cruise, eran unos chavales. No se sabía si esos actores iban a ser superestrellas o no.
De la nueva película de Tom Cruise, Top gun Maverick [cuyo estreno se ha pospuesto a final de año por el coronavirus] ya hemos doblado el trailer y cuando lo vi pensé: ¿Pero cuántos años hace ya de la primera versión, el Top Gun original? ¡Pues nada menos que 35 años doblando a Tom Cruise!
¿Fue el primer doblaje que hizo de Tom Cruise?
Exacto, y es que es desde 1985 han pasado 35 años [ríe]. Te quedas sorprendido.
En ese momento era un chaval que hacía un papel en esa película pero no se sabía la magnitud que iba a tomar el actor.
¿Tiene algún favorito de entre todos los que dobla?
Le tengo mucho cariño a Tom Hanks, realmente. Estoy muy agradecido de poder hacer este trabajo y tener la suerte de doblar a estos actores. Lo importante es su trabajo. Nosotros estamos detrás; es como seguir una partitura e intentar aproximarse. A Tom Cruise también le tengo cariño. He doblado a Nicolas Cage muchos años. Kenneth Branagh también me gusta mucho y he tenido la suerte de hacer todos sus Shakespeare, que son muy agradecidos…
O Daniel Day Lewis…
He doblado todas sus películas excepto dos. Pero sí, lo doblé hasta Lincoln y los tres Oscar que tiene sí los he doblado. Un actor de mis preferidos y muy difícil, pero muy agradecido. Los buenos actores te lo ponen difícil técnicamente pero muy fácil interpretativamente porque los ves, los conoces y los trabajas.
La explosión de producciones de series, sobre todo para plataformas, ¿se ha traducido en un incremento de trabajo para los dobladores?
Las plataformas han dado un gran volumen de trabajo pero también han traído muchas prisas en la manera de hacer el doblaje. Yo estoy dedicado básicamente a cine desde hace muchos años pero, por lo que veo en mis compañeros, los tiempos de doblaje no son los que deberían ser y a veces se resiente la calidad.
En el proceso de doblaje intervienen muchas cosas. La primera es la traducción: que el traductor tenga tiempo suficiente, porque te va a sacar un nivel de calidad óptimo. Después tienes que adaptar la traducción al doblaje. He dirigido el doblaje de Parásitos y nunca antes había hecho ajustes del coreano. Y es un reto, una dificultad extra. La traducción era correcta, pero era una traducción de subtítulos, por lo que la estuvimos trabajando y tuvimos tiempo para hacerlo. Si en una serie hay mucha premura y no cuentas con ese tiempo, aunque lo quieras hacer bien, la gente va con presión y esa calidad se resiente, aunque, con todo, a veces salen resultados fantásticos.
¿El que un actor o un estudio trabaje en una película que gana un Oscar aporta caché?
No afecta directamente, pero si tienes la suerte de haber podido doblar papeles que han tenido un Oscar, lo digo por mi propia experiencia, te da un grado de consideración dentro del sector. Si lo haces bien, evidentemente. Es importante para nuestro estudio haber trabajado en Parásitos porque es nuestro primer Oscar y es una película buena, con su nivel de dificultad. De cara a los clientes… pues siempre es interesante porque ven que hay un buen trabajo detrás. Es bueno en todo caso y, para nosotros, que nos apasiona nuestro trabajo es muy satisfactorio. Lo hemos celebrado.
Cuando, como actor de doblaje, le llega una película y empieza a trabajarla, ¿suele tener buena intuición sobre cuál va a ser el futuro de la película?
Como actor ha habido varias que he visto clarísimas. Cuando vi La vida es bella en mi casa me emocioné y pensé va a ganar un Oscar. O estará nominada, al menos. El discurso del rey también vi que tenía muchos números y, por supuesto, Forrest Gump.
Pero nunca sabes… porque una cosa son los criterios cinematográficos y otra todos los intereses que hay detrás de una película.
Además hay películas que, más allá de lo cinematográfico, dejan un poso profundo en el imaginario colectivo…
Estamos haciendo precisamente un espectáculo que se llama De Película con la Orquesta Sinfónica del Vallès, que por cierto me encantaría llevar a Ibiza. Tengo intención hacerlo en Santa Eulària. Fuera de Cataluña lo hemos hecho con otras orquestas… Es un programa de música de películas en el que intervenimos en directo poniendo la voz de determinados personajes. Lo hago con Luis Posada que es, por ejemplo, la voz de Johnny Depp en Piratas del Caribe o de Leonardo DiCaprio en Titanic. Los dos vamos intercalando frases de nuestros personajes como Buenos días princesa, Me llamo Forrest, Forrest Gump ¿quiere un bombón? y suena la música de cada película con fotogramas de cada una de ellas. Ha tenido un gran éxito y estamos muy contentos. Nos hacemos visibles en el escenario en un trabajo que es invisible y a la gente le sorprende mucho.
El sector del doblaje está padeciendo el retraso de estrenos de películas por la crisis sanitaria del Covid-19. ¿De qué manera os afecta el confinamiento?
Afecta mucho, evidentemente. Como todos los sectores hemos tenido esta parada obligada y eso ha retrasado los estrenos de cine; mientras que la gente que está más dedicada a hacer series les ha ocurrido lo mismo: los plazos no se han podido cumplir. Habrá que ver qué ocurre, pero, por el momento, está todo como muy parado.
Tenemos un tipo de trabajo en el que es un poco complicado reincorporarse porque nosotros normalmente, cuando trabajamos, no dejamos metro y medio de distancia. A metro y medio de distancia del micro no se nos oye y lo normal es que haya dos personas en el atril durante la grabación. Si no, habrá que ir grabando pistas separadas. También hay un director de doblaje. En la sala suele haber siempre tres personas, con lo cual hay que estudiar bien cómo nos vamos a incorporar. La mascarilla la puedes utilizar, pero para grabar no. Hay que sacársela y volvérsela a poner porque si no no se puede. Estamos dándole vueltas porque todo esto es nuevo.
Una pregunta delicada: ¿ve las películas dobladas o en versión original?
Normalmente las veo siempre en versión original porque me llegan en versión original. Además, conozco a casi todo el mundo en el doblaje y me es más complicado concentrarme si están dobladas. Si estoy viendo una película, me estoy fijando más en el doblaje, en cómo lo han hecho los compañeros, que en la propia película. Pero, de tanto en tanto, cuando las veo dobladas me olvido también. Hay muchas películas que quiero verlas dobladas… pero la verdad es que no veo muchas películas. Cuando me dicen: vamos al cine yo siempre digo no, no, vamos al teatro vamos a cenar otra cosa [ríe]. Después de trabajar todo el día con películas… pues salir de trabajar a ver una película… Vaya, que tiene que ser algo que me apetezca mucho.
Hay gente crítica con el doblaje, que apuesta por fomentar la versión original. ¿Qué opina?
Es una cuestión de necesidad de mercado. Me gustaría mucho leer a Rilke en alemán, pero no puedo. Echo mano, por necesidad, de traducciones. El doblaje está al servicio de unas necesidades. El día que no exista esa necesidad, pues desaparecerá. Cuando se habla del doblaje se suele hablar mal pero hay que hablar mal si está mal y hablar bien si está bien. Este es un oficio de actores que trabajan para hacerlo siempre lo mejor posible. Si se dobla hay que hacerlo lo mejor posible.
Hay mucha gente a la que le cuestan los subtítulos, si no tienes práctica te puedes perder cosas de la imagen… Es el mercado el que lo reclama. Alemania dobla, Francia dobla, Italia dobla y los ingleses… porque no les hace falta, si no no te quepa duda de que lo doblarían todo. Por descontado.