El GOB ha emitido este martes un mensaje de alerta ante la «inminente desaparición» de la sargantana pitiüsa en Mallorca y las Pitiüsas, que «pone de manifiesto» la «indefensión» de la biodiversidad de las Islas Baleares.
Esta lagartija, originaria de Ibiza y Formentera, también se encuentra en Mallorca, cuenta con unas 30 subespecies y habita parajes periféricos de islas grandes e islotes.
Las secciones insulares del GOB de Menorca, Mallorca e Ibiza (GEN-GOB) se han reunido en su encuentro anual para tratar los temas ambientales más relevantes que afectan a las islas, ha informado la entidad conservacionista en un comunicado.
Los ecologistas «constatan» que la pandemia de la covid-19 no ha servido en ningún caso para que las administraciones públicas apuesten por el «necesario» cambio de modelo económico y medio ambiental, «ni siquiera» a pesar de la «dramáticamente» debilidad económica del «monocultivo turístico».
Los poderes públicos «no han reaccionado», se queja el GOB, continúan «anclados» en los planteamientos de los años 80 del siglo pasado y siguen «derrochando» recursos en favor de la masificación, ignorando los efectos y consecuencias del cambio climático.
«Las Islas Baleares forman parte del problema, no de la solución, de la más grave amenaza para la especie humana, y es uno de los territorios insulares con un modelo económico más débil e insostenible del mundo», afirma el GOB, que lamenta el «desprecio sistemático» por el medio natural por parte de las instituciones públicas de las islas.
Uno de los ejemplos «más dramáticos», señala el GOB, es la extinción de la lagartija pitiusa (Poadarcis pityusensis), «únicamente» para no afectar al negocio de la venta de olivos ornamentales de gran envergadura para ajardinar.
El GOB lamenta que la «falta de una decidida y necesaria» actuación de protección de la biodiversidad ha causado la introducción de especies portadoras de la bacteria Xylella fastidiosa y ha comportado la «prohibición automática y absoluta» de exportación de cientos de especies vegetales.
En cambio, la introducción desde hace dos décadas de serpientes invasoras no ha provocado «ninguna reacción» más allá de alguna «anecdótica», sin «atacar de raíz este problema».
La aparición de estas especies invasoras, con gran potencial para afectar a los ecosistemas y las especies autóctonas, se está extendiendo por todo el archipiélago y «amenaza en convertirse en un desierto de biodiversidad», alerta el GOB.
«Baleares está ignorando el problema que supone la pérdida acelerada de biodiversidad y que a nivel europeo se está trasladando al documento Estrategia para la Biodiversidad 2030, que hace énfasis no sólo en protegerla, sino en restaurar los hábitats y las poblaciones de especies», defienden los ecologistas.
EFE