@L.A./Dos tortugas marinas de la especie Boba o Caretta caretta han sido encontradas muertas en las Pitiüses durante el fin de semana. La primera fue avistada el viernes por la tarde, en Formentera, pero no pudo ser rescatada hasta el domingo, que fue hallada, esta vez, en es Freus. La segunda fue encontrada hoy por la mañana en el puerto de Vila.
El Centro de Recuperación Especies Marinas (CREM) se ha encargado de examinar la tortuga aparecida en el puerto y de verificar que no fuera la misma tortuga que hace dos semanas desovó en la playa de Santa Eulària.
Según ha explicado Verónica Núñez, oceanógrafa del CREM, esta confirmación es posible porque a la tortuga de la playa de Santa Eulària se le instaló un chip para identificarla. Según ha detallado, como el ejemplar hallado en el puerto de Vila no llevaba chip, se constató que no se trataba de la misma tortuga.
Descartado el incremento de muertes
Núñez ha detallado que las tortugas «mueren por un montón de causas». «Por el choque con un barco, porque se haya enmallado con alguna red y el pescador la haya cortado para liberarla, porque haya comido plástico, por la contaminación, por un montón de cosas», ha destacado.
La oceanógrafa ha explicado que no se trata de un incremento de tortugas muertas. Según ha detallado, lo que ocurre es que ahora es más fácil verlas debido al aumento de gente y de barcos con motivo de la temporada de verano.
La tortuga hallada en el puerto de Vila medía 70 centímetros. Al igual que el ejemplar de Formentera, tras recoger muestras, ha sido transportada al vertedero.
Con estas ya son tres las tortugas muertas encontradas en lo que va de verano. La primer fue en Cala Nova. En ese caso se trató de un ejemplar joven, a diferencia de las halladas en estos días, que eran tortugas adultas.
Los turistas aumentan, los bolsillos de algunos también, a la par que el patrimonio natural sigue su caída en picado.
Fondeos, party boats, excursiones «culturales», esto es lo que mata a las tortugas