@Noudiari / Un hombre español de 37 años se ha precipitado de una altura de 4 metros en Illa Plana, en el carrer de sa Conillera de Ibiza. El accidentado ha ingresado en el Hospital Can Misses con politraumatismo y estado menos graves, según informan desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera.
La caída se ha producido a primera hora de esta mañana de miércoles y parece haber sido de carácter accidental cuando trataba de entrar en su casa por una ventana. La Policía Local de Ibiza ha recibido el aviso del 112 a las 7.30 horas alertando de un hombre herido en el techo de un garaje situado a la calle de Sa Conillera número 7.
Al lugar de los hechos se ha desplazado un coche patrulla que ha localizado al hombre, que les ha explicado que hacía dos horas que estaba al raso.
Según ha informado el accidentado, se había olvidado las llaves en el interior de casa y, por este motivo, intentó acceder por la ventana. Durante la ascensión resbaló y se precipitó sobre la azotea de un garaje que ocupa la planta baja. Ha sido asistido por los bomberos y una ambulancia de soporte vital avanzado que lo ha trasladado a Can Misses.
En principio, el accidentado se encuentra estable y está siendo evaluado en urgencias.
Hay mucha gente, que resuelve la tontería de dejarse las llaves dentro de la casa, accediendo por las ventanas. Es más común de lo que se puede pensar. En mi vida me he tropezado con esta circunstancia en tres ocasiones. En la primera, un vecino en la casa de mis padres, accedió a su casa, atravesando el patio de luces sobre un tablón: la altura era de cuatro pisos. Otra vez, viviendo yo de alquiler, un vecino me pidió una escalera larga para entrar por la ventana de la fachada. Le dije que llamara a los dueños y que estos le abrieran la puerta. Y el último hace unas semanas, otro vecino, de mi escalera, me pidió si podía pasar desde una de mis habitaciones hasta su lavadero, poniendo una escalera a modo de puente. La altura era de tres pisos. Le dije que no; que llamara a un cerrajero. Afortunadamente, los tres casos se resolvieron sin desgracias. En los dos últimos, porque conseguí disuadirlos, y hacerles entender que era una gran imprudencia, y me hicieron caso. En el primero de los casos, tuvo suerte: cruzó a cuatro patas sobre un tablón de 20 cm, una distancia de unos tres metros. Yo era un niño entonces, mi opinión no era tomada en cuenta.
Mi consejo: Llamad a un cerrajero. Nunca os pongáis en peligro por semejante tontería. Puede parecer caro, pero puede que os salga mucho más caro no hacerlo.
Ahora al «balconing» de le llama «dejarse las llaves»?