@L.Aversa/Ibiza ya tiene una de las casas más sostenibles del mundo, ubicada en Sant Llorenç bajo el nombre de Can Tanca. La nueva vivienda de 210 metros cuadrados ha sido presentada este sábado con una jornada de ponencias sobre su proceso de construcción y con una explicación del certificador Micheell Wassouf, encargado de determinar si la vivienda cumple con todos los requisitos necesarios para subirse al podio de las más sostenibles del planeta.
Wassouf ha asegurado que la casa cumple con todas las características del certificado Passivhaus, que reconoce la eficiencia energética, y que además lo hace en la categoría Premium, que es la «más exigente».
Según ha detallado, es una vivienda con «soluciones de arquitectura pasiva muy optimizadas» porque está orientada al sur, con grandes ventanales «con lo cuál va a tener en invierno ganancias solares». Además, tiene otras características como 36 centímetros de aislamiento térmico en las paredes y ventanas con cristales dobles y triples «muy sofisticados porque no dejan entrar ni el frío ni el calor».
«Es una mezcla de soluciones pasivas tradicionales con soluciones tecnológicas. No se ven, pero las entrañas son bastante sofisticadas», ha explicado Wassouf.
La casa está desconectada de la red eléctrica y del agua. Cuenta con una instalación solar fotovoltaica sobre la cubierta, compuesta por 30 placas, a las que se sumarán otras doce que se instalarán sobre un pérgola destinada a cubrir los coches y donde se podrán cargar vehículos eléctricos.
También se autoabastecerá de agua mediante un sistema de recogida y tratamiento de aguas pluviales.
Estructura de madera y materiales naturales
Se trata de una casa unifamiliar que fue construida en un tiempo récord de ocho meses por la empresa ibicenca Terravita, y que cuenta con tres volúmenes diferenciados. Se distribuye en sala de estar, comedor y cocina en un solo espacio, tres dormitorios, dos baños, un estudio, distribuidor y sala técnica.
Según ha explicado Natxo Canet, responsable de la empresa Dismasoe, que ha aportado los materiales sostenibles para la casa, en la construcción «sólo se han utilizado materiales naturales y respetuosos con el medio ambiente».
En este aspecto, la estructura de la casa es de madera, los aislamientos son de madera reciclada y prensada, y el suelo es de bambú «que es una planta que crece muy rápido». Además, todo «es material de proximidad». «No viene de China, viene de bosques controlados de aquí para minimizar toda la huella de CO2», ha añadido sobre el transporte de los materiales.
«Lo que se ha buscado es tener una casa energéticamente eficiente, con materiales naturales, y que independientemente de la temperatura exterior, tenga un comportamiento de entre 20 y 25 grados», ha explicado.
«Pero además regulamos la humedad relativa porque tenemos un sistema de ventilación de doble flujo y una deshumectadora», ha añadido Canet.
Sistema de ventilación y techo refrescante
En este sentido, la casa, cuya principal característica es la «estanqueidad» para mantener la temperatura interior, tiene un sistema de ventilación mecánica controlada, por el cual una máquina extrae el aire viciado de la casa e introduce aire limpio, permitiendo recuperar el 90% de la energía del aire expulsado. Es un sistema de dos ventiladores, según Wassouf, que parece complicado «pero es más fácil que el sistema de una lavadora».
Para el verano, la casa también cuenta con un techo radiante refrescante, mediante un sistema que pasa agua fría por el techo a través de un serpentín. «Como el aire frío pesa más que el caliente, baja y refresca», ha añadido Canet.
La rápida construcción en ocho meses ha sido posible por su estructura de madera. Lo que requiere más tiempo, según el certificador, es la definición del proyecto.
Wassouf ha calculado que el precio de construir una vivienda de este estilo, puede costar entre un 5 y un 15% que una edificación con método tradicional.
«Lo que queremos transmitir es que en Ibiza se puede construir de otra manera y concienciar que hay que proteger la isla. Se debe cambiar la manera de construir con materiales que dejan mucha huella de CO2, como cemento y hierro, y apostar por una construcción sostenible y sana», ha remarcado Canet.
Los constructores de la vivienda buscarán ahora un segundo certificado, denominado BREEAM, que acredita que se trata de un edificio sostenible, no solo en la fase de construcción sino a lo largo de toda su vida útil.