EFE / Telefónica Empresas ha iniciado la instalación en los aeropuertos de Palma, Son Bonet, Menorca e Ibiza de 47 desfibriladores monitorizados con tecnología móvil que transferirán la llamada a los servicios de emergencia aeroportuarios, ha informado esta empresa y Aena en un comunicado conjunto.
En Son Sant Joan se instalarán 34, en el aeropuerto de Ibiza 6, en el aeropuerto de Menorca 5 y en el aeródromo de Son Bonet 2.
De esta forma se pretende reducir la cifra de fallecimientos por paro cardíaco a través de un servicio integral basado en el acceso público a la desfibrilación.
Esta iniciativa, que se extiende al resto de la red de aeropuertos de Aena, se engloba dentro de un proyecto de mayor envergadura acometido por las administraciones públicas para luchar contra la muerte súbita cardíaca, una alteración que sólo se puede revertir si se tiene cerca un desfibrilador.
A través del desfibrilador se realiza una evaluación del estado de la víctima.
Sólo si existe parada cardíaca, se aplica la descarga eléctrica necesaria para revertir dicho estado.
Telefónica también se encarga del mantenimiento integral de los dispositivos para que estén disponibles en todo momento.
El acuerdo entre ambas empresas contempla la renovación de dispositivos y la ampliación de los existentes, incluyendo además la formación al personal no sanitario para que puedan utilizarlos en caso de necesidad.
La monitorización y gestión de la red de desfibriladores se hará desde el Centro de Operaciones Digitales (DOC).
Evitar la muerte súbita cardíaca
La muerte súbita cardíaca es la pérdida brusca de pulso y conocimiento originada por un fallo inesperado de la capacidad del corazón para bombear eficazmente sangre al organismo.
La mayoría de estos episodios de parada cardíaca se debe a una alteración en la conducción eléctrica del corazón originada por un trastorno llamado fibrilación ventricular, en la que el corazón tiene actividad caótica.
Sólo se puede revertir si se aplica una descarga eléctrica entre los 3 y 9 minutos siguientes al inicio de los síntomas. Cada minuto que pasa, las posibilidades de sobrevivir descienden entre un 7 y un 10 %.
La dificultad para acceder en tan poco tiempo a un desfibrilador explica que sólo sobreviva un 5 % de las víctimas de muerte súbita