Por Soldat: Las propiedades recién embargadas en Eivissa al exteniente de Alcalde de Marbella Pedro Román Zurdo no son las únicas con las que la trama del GIL invirtió en la isla con dinero de la corrupción urbanística. Si Román ya había comprado un restaurante en Port des Torrent en 2004, ese mismo año hacía lo mismo con dos apartamentos en la zona más exclusiva de Eivissa el cerebro de toda la red, Juan Antonio Roca, asesor de urbanismo del ayuntamiento andaluz.
La documentación del Caso Malaya recoge que el 30 de noviembre de 2004, Roca adquiere dos apartamentos «a la entidad Arabella S. A.» de 127,62 metros cuadrados «que forman parte de un edificio en la calle xaloc número 3 de Ibiza». Se trata del Edificio Bahía de Ibiza, más conocido como edificio Arabella por el nombre de su promotora, objeto de polémica años atrás cuando el PP acusó al Ayuntamiento de Vila de darle la licencia con «inusual celeridad», con recursos contra su concesión que no han prosperado.
Roca invirtió 374.867 euros por uno de los apartamentos y 303.820 por el segundo. 60.000 euros los pagó en metálico al momento, según consta en el auto de procesamiento. Como en la mayoría de operaciones de esta trama, lo hizo a través de su maraña de sociedades con testaferros al frente, en este caso con la Inversora Eridano. Cuatro meses después, el 11 de marzo de 2005, poco antes del inicio de las investigaciones del Caso Malaya, Roca vendía uno de los apartamentos por 208.400 euros, casi 100 mil euros menos de lo que le costó.
Según el auto del Caso Malaya, la Inversora Eridano era una de las más importantes de Juan Antonio Roca y él mismo reconoció ante el juez que era propiedad suya. A esta sociedad le destinó fondos recibidos de empresarios obtenidos con convenios con los que se recalificaban terrenos de Marbella declarados no urbanizables por su Plan General de Ordenación Urbana.
Racó des Pins
La inversión de Juan Antonio Roca en Eivissa coincide en el tiempo con la de Pedro Román Zurdo, uno de los concejales del GIL lucrado con la trama urdida por el asesor de Urbanismo. Román, a quien la justicia le acaba de embargar una finca en Eivissa, compró el terreno que alberga el restaurante y sala de fiestas Racó des Pins en Port des Torrent, que dispone de un extenso solar con posibilidades edificatorias.
A partir de allí, el Racó des Pins cayó en picado. Tras el inicio de las investigaciones del Cas Malaya, Román Zurdo vendió al complejo a una inmobiliaria que acabó quebrando y absorvida por otra con deudas hasta que el restaurante ha salido a subasta.