@D.V./ La decisión del Ministerio de Medio Ambiente de permitir los sondeos sísmicos impulsados por la petrolera Repsol en las Islas Canarias ha provocado un nuevo cruce de reproches y críticas entre el presidente balear José Ramón Bauzá y los portavoces de los partidos de la oposición, Francina Armengol del PSIB y Gabriel Barceló de MÉS.
Así, Armengol ha aprovechado que el ministro Soria y que altos cargos del PP se han manifestado en favor de las prospecciones petrolíferas para poner en duda la posición del PP balear en esta tema. En este sentido, ha preguntado a Bauzá cómo puede ser que si en su momento autorizó a los senadores baleares para que votaran en contra de las directrices del partido, “porqué no hizo mismo con los diputados del PP balear, que finalmente votaron a favor de las prospecciones”.
Por su parte, el portavoz de MÉS, Gabriel Barceló, ha asegurado que “ahora ya no hay duda de que el PP está a favor de las prospecciones”, y ha pedido a Bauzá que deje de utilizar la excusa de que las autorizaciones a los sodneos los atorgó el gobierno de Zapatero: “Si ustedes tuvieran voluntad, en tres días habrían derogados estas autorizaciones”. Finalmente, ha pedido un «frente común político y social en Madrid» sobre este tema.
«El PP balear siempre ha estado en contra de las prospecciones»
Bauzá ha respondido a estas interpelaciones con el discurso habitual que ha mantenido sobre este tema: ha insistido en que el PP balear “siempre ha estado en contra de las prospecciones, cosa que no pueden decir los otros partidos”, y recordar que las autorizaciones para realizar los sondeos son “el regalo que nos dejó el gobierno de Zapatero”. Bauzá se ha manifestado sorprendido de la beligerancia de PSOE i MÉS en este tema “cuando durante el Govern de Antich ustedes no hicieron absolutamente nada”.
Esta intervención ha tenido una réplica airada de Barceló, que ha recordado una iniciativa legislativa en este sentido presentada en el año 2011 por el diputado Pere Sampol. El intercambio dialéctico entre Bauzá y Armengol ha estado puntuado, en algunos momentos, con aplausos, pataleos y abucheos por parte del resto de diputados.