@Noudiari/ «Pienso que los concesionarios tuvimos un buen comportamiento, pero si alguno se pasó de la raya, pedimos disculpas». Así lo ha expresado el presidente de la Asociación de Quiosqueros de Formentera, Bartomeu Escandell, en una entrevista ofrecida a Ràdio Illa, en referencia a lo sucedido en el salón de plenos del Consell Insular la semana pasada. El 23 de mayo la máxima institución formenterense celebró un pleno extraordinario para aprobar las concesiones de servicios de explotación de los servicios de temporada, es decir, los quioscos o chiringuitos de playa, así como las hamacas y parasoles que se alquilan a los turistas.
La polémica surgió cuando se dio el empate entre dos particulares que concursaban por el mismo lote, el número 44, que comprende el establecimiento situado en La Franja, entre el hotel Mariland y s’Arenal. Los proyectos de Jaume Baixero, un vecino de Formentera que lleva ocupándose de este chiringuito desde los años setenta, y María Selva, una catalana que lleva más de diez años en la isla, consiguieron el mismo número de puntos y, ante este empate, fue la suerte quien decidió que Baixero continuara explotando este quiosco durante ocho años más.
En este momento sobrevino una escena emotiva para unos y vergonzante para otros. Maria Selva, quien también ha intervenido hoy en la emisora fomenterense Ràdio Illa, ha explicado que muchos de los allí congregados la avasallaron con «gritos xenófobos y de mal gusto», además de amenazarla con que «los bomberos tendrían mucho trabajo» si finalmente ella era la adjudicataria de dicha licitación. «Me sentí amenazada», ha afirmado Selva con rotundidad, al mismo tiempo que ha reconocido que ha recibido «insultos por la calle».
«Me he dado cuenta de que hay más intereses ligados en todo esto»
Maria Selva ha lamentado, además, no haber recibido ningún mensaje por parte de la Asociación de Quiosqueros de Formentera a raíz de estos hechos. «Me presenté a este lote porque oí rumores de que Jaume Baixero y Maria se querían jubilar y su hija no quería llevar el chiringuito», ha apostillado. No obstante, Selva ha adelantado que no impugnará la concesión y que se ha dado cuenta de que «hay más intereses ligados en todo esto».
Por su parte y después de pedir disculpas, Bartomeu Escandell ha advertido de que «todos tenemos que poner un granito de arena para que la próxima concesión marche mejor» y ha admitido que desde la asociación que preside esperaban que el proceso fuese mucho más tranquilo. A pesar del retraso en la concesión de estas licencias, que actualmente se encuentran en plazo de alegaciones y que tendrán que ser confirmadas en un próximo pleno del Consell de la isla, Escandell ha subrayado las ventajas de que doblen su duración, de cuatro a ocho años. «Esto es algo muy positivo, porque la gente puede invertir en mejorar las instalaciones, ya que les dará tiempo a amortizar lo gastado», ha remarcado.
Asimismo, Escandell ha detallado que el arranque de la temporada ha sido bueno y que han detectado una mayor influencia de turismo de más de 50 años procedente de Alemania y Holanda. No obstante, la temporada de invierno, en la que estos establecimientos abren los fines de semana y festivos en los que hace buen tiempo, ha sido muy floja debido a que por causas metereológicas han tenido que cerrar el doble de fines de semana que el año pasado.