L. F. A./ Se llama Álvaro Roldán y tiene 10 años. Su padre es Antonio Roldán, un conocido activista de la naturaleza de Ibiza, y tal vez por eso ha crecido con una conciencia sobre el medioambiente de la isla que es admirable.
Tras encontrarse una montaña de porquería en una excursión por Cas Mut ha escrito esta carta que es toda una lección.
Hola, soy Álvaro y tengo 10 años.
Esta mañana he ido de paseo con mi hermana y mis padres a la montaña. No os podéis imaginar la de basura que había, he avisado a mi padre y cuando lo ha visto le ha cambiado la cara.
Lo he visto tan triste que le he dicho:¿Por que no vamos al coche que tenemos bolsas de basura y lo recogemos todo? No os podéis imaginar la cara de felicidad que ha puesto, me ha abrazado y no me soltaba.
Yo alucinaba de la cantidad que había de botellas de plástico y de cristal, nunca había visto tantas juntas.
Nos ha costado mucho bajar y recogerlo todo, pero teníamos que hacerlo porque queremos salvar la naturaleza.
No entiendo como siendo personas adultas podéis dañar así la naturaleza, así que por favor no destrozar la naturaleza.
No entiendo como siendo personas adultas podéis dañar así la naturaleza, así que por favor no destrozar la naturaleza. Me han educado desde pequeño a cuidar la naturaleza. Todos los padres tendríais que hacer lo mismo por el futuro nuestro.
Para esta Navidad o Reyes no quiero ningún regalo, solo quiero una cosa: Que no tiréis la basura por los bosques ni por las playas.
Adiós y gracias por leerme.
El padre ha subido la carta a sus redes sociales, donde ha tenido una amplia repercusión.
«Mi hijo viene desde pequeño conmigo a los paseos, excursiones y a las batidas que hacemos para recoger basura y se preocupa mucho», explica Roldán a Noudiari.
La familia al completo recogió la basura con la que llenaron bolsas y bolsas enormes. Llama la atención, además, la cantidad de botellas de cristal de alcohol abandonadas, que son un peligro ya que pueden generar efecto lupa y provocar un incendio. Hay que recordar que precisamente la zona de Cas Mut de Vila sufrió un devastador incendio el 2 de junio de 1994.