NouDiari / La Cofradía de Pescadores de Sant Antoni se ha adherido a la iniciativa ‘Salvem sa Badia de Portmany’ y reivindica un puerto más limpio y que se ejerza una menor presión sobre el mar. “Por eso consideramos que la iniciativa ‘Salvem Sa Badia’ es acertada y la apoyamos”, afirma su patrón mayor, Pep Castelló.
La pesca profesional constituye una de las labores históricamente asociadas a la bahía y representa uno de sus principales valores, ya que proporciona un género de calidad excepcional a mercados y restaurantes y continúa una labor artesanal que se desarrolla de forma sostenible y velando por el buen estado de los caladeros.
Sobre los problemas específicos que sufre la bahía, tanto Pep Castelló como su hermano Joan, secretario de la Cofradía, se expresan en términos muy parecidos. “Los vertidos de aguas sucias a través de todas esas tuberías que desembocan en el litoral y que no sabemos de dónde vienen generan demasiada contaminación. Además, hay excesiva presión de barcos, plásticos, microplásticos y microfibras que llegan al mar por la pésima depuración que se realiza. También la basura que se arroja y hasta la crema solar de los bañistas, que en verano acaba formando una película sobre el agua”, apunta Joan.
“A simple vista el mar parece el mismo de hace treinta años, pero ha cambiado mucho y a peor. Se crearon playas de arena donde nunca las había habido y con los temporales han acabado enterrando la posidonia, que es donde crían los peces y en cuyo margen nosotros pescamos ”, subraya el secretario de la cofradía.
Pep pone un ejemplo de cómo la contaminación afecta a la pesca: “En Cala Tarida, que era una buena zona para pescar gerret (caramel), ha habido un gran cambio. Desde hace dos años, cuando comenzó a funcionar la nueva depuradora, ya no hay pescado. La contaminación por la mala calidad de las depuradoras es un problema esencial y no digamos ya en la bahía, cuando todo se desborda y comienza a oler”.
“El puerto siempre había sido un lugar de fondeo, para lo bueno y lo malo, pero ahora esta situación se ha multiplicado y, pese a que se intentó solucionar con las boyas ecológicas, ahora mismo las barcas ya amarran frente a las calas de la bahía, hasta Punta Pinet, sobre áreas que antes eran de pesca. El movimiento de las cadenas, además, daña la posidonia”, explica Pep.
En cuanto al uso del puerto para la llegada y salida de ferris, también supone una contrariedad: “El puerto de Sant Antoni es un torrente lleno de fango y durante las maniobras de atraque y desatraque lo remueven, ensuciando todo el mar. Eso afecta a la posidonia que, como decíamos, es donde cría el pescado. Además, ya nos hemos llevado unos cuantos sustos por las olas que los ferris generan entrando y saliendo del puerto, mientras estamos calando. No tienen miramientos”, describe el patrón mayor.
25 socios, 18 embarcaciones y 81 toneladas de pescado
Actualmente la Cofradía está compuesta por 25 socios y un total de 18 embarcaciones, entre las que figuran 17 llaüts tradicionales de artes menores y una barca de arrastre. En la Cofradía, asimismo, ya se ha producido un importante relevo generacional, coincidiendo con la crisis que se inició en 2008, cuando varios hijos de pescadores, que en un principio habían optado por otros oficios, acabaron retornando a la pesca profesional.
El año pasado, las barcas de la cofradía aportaron al mercado local un total de 81 toneladas de pescado, una cifra algo más reducida que las 100 ó 125 toneladas habituales, debido a que las barcas de arrastre solo trabajaron en la zona medio año. Buena parte del género, como la langosta y el denominado peix fort o pescado de corte (mero, cabracho, dentón, gallo de San Pedro, etcétera), se comercializa con la característica etiqueta verde y numerada de Peix Nostrum, marca que aglutina a toda la pesca profesional de Ibiza y que supone una garantía del origen isleño del pescado y la correcta trazabilidad del producto.
Estas toneladas incluyen también la gamba roja capturada en aguas locales por las barcas alicantinas. Se estima que tan solo el 5% del pescado que se consume en la isla durante la temporada estival procede de aguas ibicencas. Por eso, un etiquetado correcto, que garantice la proximidad y frescura del producto, es fundamental.
La mayor parte de los llaüts asociados a la Cofradía tienen como base el puerto de Sant Antoni y amarran en el muelle pesquero, situado a la altura del Passeig de Ses Fonts, entre las instalaciones del Club Nàutic San Antoni y los pantalanes para embarcaciones de recreo que gestiona PortsIB. Seis llaüts, sin embargo, se refugian en casetas varadero situadas en calas, ya que su ámbito territorial abarca desde Porroig a Portinatx.
Sobre la iniciativa ‘Salvem Sa Badia de Portmany’
La iniciativa ‘Salvem Sa Badia de Portmany’ fue puesta en marcha en diciembre de 2019 por los socios del Club Nàutic Sant Antoni. Sus objetivos son visualizar las amenazas que ponen en peligro la bahía, frenar su deterioro e impulsar la progresiva recuperación de su calidad medioambiental. Para ello, se pretende incorporar a toda la sociedad del entorno e iniciar un proceso de concienciación popular sobre la importancia de conservar y proteger el entorno de la bahía, al ser un elemento clave para la economía local, la convivencia social y el equilibrio natural.