R. B./ «Tenemos en el montón toda la campaña de sal de 2012 y parte de 2011». José María Fernández, director de la Salinera de Eivissa, ha explicado a Noudiari.es que la crisis también ha afectado a la industria más antigua de la isla, de tal manera que el stock de sal que mantienen ahora mismo en sus instalaciones asciende a 65.000 toneladas.
A pesar de que la demanda internacional de la sal de Eivissa ha descendido levemente, «el mercado nacional es el que más se ha resentido», ha afirmado Fernández. «La exportación de sal para la salazón continúa estable, pero este ha sido un año malo para las ventas nacionales», ha subrayado el director de la Salinera, antes de puntualizar que, aunque la sal almacenada no se deteriora, sí se sufren mermas anuales barajadas entre un 10% y un 15% a causa de la disolución provocada por las lluvias.
La sal gourmet, un mercado residual
A pesar de la proliferación de la sal de Eivissa en establecimientos dedicados a la alimentación de lujo, los llamados delicatessen o tiendas gourmet, la incidencia de este mercado sobre la producción total de sal no supera el listón de lo anecdótico. Según José María Fernández, la producción de este tipo de sal refinada de mesa «no supera las cien toneladas al año, lo que supone aproximadamente un 0,2% del total».
El director de la Salinera de Eivissa ha resaltado que la comercialización de este tipo de productos es importante para «dar imagen». Sin embargo, su incidencia sobre la facturación y el volumen de sal que vende anualmente esta empresa es mínima y su auge no ha servido para paliar los efectos de la crisis económica.
La sal ibicenca, para mesa y mantel
La sal de Eivissa se emplea, en su mayor parte, para la alimentación. Debido a su alta calidad y a sus óptimas condiciones de humedad, este condimento resulta perfecto para la salazón de pescados, entre otros usos, ya que conserva en perfecto estado el ejemplar sometido a este proceso sin resecarlo y conservando tanto su sabor como sus nutrientes. Por este motivo, hasta el muelle situado frente a sa Canal viajan cada año un gran número de barcos, sobre todo procedentes de las aguas de Islandia y las Islas Feroe, que avituallan sus bodegas de sal para la conserva de sus capturas, bacalaos en su mayoría.
Si las lluvias no arrecian, todo hace prever que la campaña de 2013 será buena en cuanto a la recogida de este condimento en la Salinera de Eivissa. «No ha sido un año muy lluvioso, así que tenemos buenas perspectivas para este año», ha concluído Fernández.