«La economía se ha polarizado: el turismo gana, el comercio se hunde y la construcción ha muerto»

@Soldat/ El presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Eivissa y Formentera, el empresario de automoción Vicent Torres, expone clara y directamente la crítica situación económica que padecemos y se muestra poco optimista mientras no mejoren los alarmantes índices de desempleo y la estacionalidad turística. La entidad ahora se encuentra en un impasse a la espera de que una nueva ley estatal, prevista antes de verano, defina sus funciones y financiación, después de que en 2011 dejara de ser obligatoria la pertenencia y el pago del Recurso Cameral Permanente por parte de todas las empresas.

–A pesar de este impasse, la Cámara acaba de editar su guía para el turismo ruso, un mercado que se presenta como muy atractivo y de gran potencial, ¿pero qué margen tienen para otras iniciativas?

–Nunca hemos estado parados. Nuestra función, que viene marcada por ley, es la formación y la promoción exterior de empresas para ayudar a dar salida al producto local en el extranjero. Aunque el 95% del producto sea el turismo, también hemos hecho campañas de moda Adlib, vinos y se prepara otra iniciativa con el sector náutico. Destinamos dos tercios de nuestro presupuesto a la promoción exterior, ya que por ley actualmente no es posible hacerlo dentro de España, y el tercio restante a formación.

Cualquier persona que quiera abrir una empresa o necesite asesoramiento ante una administración puede recurrir a nuestros abogados, economistas o laboralistas, un servicio que era gratuito y que ahora solo cobra una cuota irrisoria. Nuestro asesoramiento a emprendedores va a ser una de las funciones que priorizará la nueva ley. Las Cámaras también se destinarán a la mediación entre empresas, porque, con el cambio de la Ley de la Justicia y la imposición de las tasas, se pretende que haya mediadores para no llevar al juzgado cualquier asunto mercantil. Evidentemente, será una mediación no vinculante por facturas que no se cobran, dando nuestra opinión, pero si una de las partes no se muestra de acuerdo pues ya deberá acudir a los juzgados.

–Ya que habla de emprendedores, precisamente España es el país de la Unión Europea que más trabas pone a la gente que pone en marcha un proyecto como autónomo, mientras en el Reino Unido se les eximen de cargas fiscales hasta que llegan a un nivel óptimo de ingresos.

–Pero es que hoy en día hay complicaciones tanto para un autonómo que empieza como para una empresa que quiera mantenerse. Es difícil encontrar un sector que pueda dar cabida a un autónomo o un empresario más, debido a que los que ya hay tienen serias dificultades para subsistir. Para sacar adelante un proyecto nuevo debe ser innovador de verdad, dar un servicio diferente, poco explotado y tener la suerte de que no aparezcan muchos con la misma oferta. Si no, pasa lo de siempre, que somos diez iguales y es difícil salir adelante. Pero nuestra labor es ayudar a la gente que quiere empezar, porque la cámara está formada por empresarios, no por políticos. Somos un ente público pero integrado por empresarios que podemos ayudar con nuestra experiencia, si alguien quiere escucharnos o recibir nuestra ayuda.

–Este año, el Producto Interior Bruto de las Pitiüses ha vuelto a repuntar, con un 0,9%, y es el único que crece en Balears. ¿Se puede hablar de un oasis económico?

-Se debe matizar: un oasis en algún sector. El turismo sigue funcionando, se promueve un turismo a parte del sol y playa que tiene un poder adquisitivo muy alto y este nuevo mercado ayuda a que los beneficios de las empresas turísticas sea mucho mayor. Pero tenemos un grave problema con el comercio y, sobre todo, con la construcción, que ha muerto.

El turismo no deja de ser un empleo cada vez más muy estacional y con unos salarios no demasiado altos. El 80-90% de la gente que trabaja en hostelería son camareros, fregaplatos o personal de mantenimiento, que no tienen un salario excesivamente alto y que sólo cobra durante cuatro o cinco meses y esto no da para vivir a nadie. Antes, estos sueldos suponían la ayuda extra que podía tener una familia, porque otro miembro tenía un empleo de todo el año con un sueldo bueno. Ésa es la parte que ahora falla, porque la persona que vende coches vende la mitad y cobra la mitad de comisiones, el comercio está lejos de los ingresos que obtenía antes y el que trabajaba en la construcción y cobraba 4.000 euros ya no existe.

Sí que es verdad que nuestra economía, globalmente, tiene datos positivos, pero se ha polarizado: el turismo gana, el comercio se hunde y la construcción ha muerto. Unos crecen muy por encima de la media y otros están perdiendo. Y aún podemos dar las gracias de que no solo crece el turismo de lujo, sino también otro con menor poder adquisitivo del que hemos vivido siempre. Las empresas que se enfocan al turismo de alto standing también obtienen beneficios de la gente normal, porque casi todos quieren ir al Ushuaia o el Pachá aunque solo sea un día y gastarse 150 euros, claro que después hay otras mesas con botellas de Möet que se gastan 4.000 euros. Los dos tipos de turismo están funcionando mucho.

–¿Entonces, la realidad económica está distorsionada por las cifras del turismo?

–No, lo que gracias al turismo vamos mejor que un sitio donde no hay. Es evidente que la construcción y el comercio no funcionan, pero estarían mucho peor si no fuera por el turismo. Sufrimos, pero menos que en otros lados gracias al turismo.

–Aunque el paro de febrero se reducido respecto al año pasado, crece en el comercio.

–Es normal, en nuestro sector vendemos un 60% menos de coches de los que vendíamos hace cinco o seis años. Llega un momento que no tienes más hombros para aguantar y te ves obligado a reducir costes para mantener la estructura, no te queda más remedio. Le pasa al comercio en general, la gente de aquí no tiene dinero. Lo que comentaba antes: la temporada turística emplea casi todo su personal de fuera, alquilan un apartamento entre cinco o seis que trabajan unos meses aquí porque en su lugar de procedencia no hay empleo, pero esto no ayuda a que el resto sectores económicos de Eivissa vaya bien.

También hay gente de la isla trabajando en el sector turístico, pero sólo cuatro o cinco meses: los contratos cada vez son más cortos y las prestaciones por desempleo ya hace tiempo que se han reducido considerablemente, con lo que no hay dinero circulando. Y mucha gente estaba endeudada cuando las cosas iban bien, que es uno de los grandes problemas de esta crisis: si cuando llegó no lo estabas, pues uno puede ir tirando con poco dinero, pero claro, a mucha gente nos pilló endeudados y ahora es difícil tirar adelante.

–¿Qué le parece que se proteja al pequeño comercio ante las grandes superficies dejando a éstas fuera de las Zonas de Gran Afluencia Turística, con lo que no pueden abrir todos los domingos y festivos del año?

–En la Cámara representamos a todos, tanto al pequeño comercio como a las grandes superficies. Lo que favorece a una parte perjudica a la otra. Nos gustaría que pudiéramos funcionar todos, como antes, pero ahora no hay mercado para tantos, es una papeleta difícil. Si le preguntas al consumidor, seguro que le parece bien que le pongan una gran superficie cerca con buenos precios. Lo que deberían hacer todos los comerciantes es un esfuerzo para que nuestro producto sea mejor, diferente, con más calidad y servicio más bueno que el de la gran superficie. Hay muchos que lo han conseguido, aquí es donde deberíamos luchar.

–Hoy en día es obligado hablar del complejo turístico de Empresas Matutes en Platja d’en Bossa…

–Hombre, si hablamos de dinamizar economía, pues sí va a servir. Una infraestructura como la de Platja d’en Bossa está clarísimo que generará un movimiento importante, interesante y, en algún aspecto, necesario para la isla. Siempre hablamos de mejorar el turismo y quejándonos de un cierto tipo de gente que viene a la isla, pues ahora hay una oportunidad con un impulso económico que supondría tanto la ejecución de este plan como después la mejora de la calidad turística, que es lo que todos estamos buscando. Y si esta calidad nos ayuda a alargar temporada, pues mejor que mejor, pero yo no entiendo tanta polémica con este proyecto.

A veces no sé qué buscamos. Es una zona que ya está degradada, no nos engañemos, ya está urbanizada, salvo la del campo de golf. Cada uno tendrá su punto de vista, pero tampoco me parecen unos terrenos especialmente interesantes y un campo de golf tiene vuelta atrás si no funciona con el tiempo o no es necesario, se podrían recuperar los terrenos fácilmente, no como un edificio o un puerto deportivo. Ahora sería beneficioso para el turismo de la isla y mejoraría la calidad de la zona.

–¿Más allá del turismo, como afectará el centro comercial de 55.000 metros cuadrados?

–Por lo que yo sé, el que quiera apostar puede entrar, tengo constancia de que se ha hecho un ofrecimiento de locales a empresarios de la isla para estar en el centro comercial. Creo que puede ser bueno, porque no nos engañemos, lo único que puede funcionar hoy en día es un sitio donde haya turistas y si yo tengo la posibilidad de ir a un local donde durante cuatro meses habrá una gran afluencia de clientes y ahora no los tengo, pues igual es momento de apostar por ello. Movimiento económico habrá, después lo aprovechará quién quiera o quién pueda, también habrá quién no quiera, pero movimiento económico generará.

–Vayamos a la parte de Navegación de la Cámara. ¿Qué va a suponer la entrada en funcionamiento de los muelles de Botafoch?

–A nosotros nos va a beneficiar especialmente con los cruceros. Ha subido bastante este sector, la previsión para el verano es buena y esto ayuda a los comercios. La pena es que Eivissa no pueda ser puerto base de cruceros, que sería lo ideal, porque un puerto base implica que los que vienen a buscar un crucero pernocten uno o dos días, pero el tráfico de cruceros ya ayuda.

Lo primero es acabar la reforma del puerto con unas instalaciones dignas para los pasajeros, porque las actuales no lo son demasiado, y que el tráfico de mercancias pueda ir a Botafoch. Otra cosa será el tráfico rodado, a ver cómo se soluciona en esa zona y por donde saldrán los camiones. Porque con el paso de las barcas de Formentera al muelle comercial, va a ver un traslado muy importante de camiones a es Botafoch y a ver cómo se puede solucionar con los menores problemas posibles.

–Durante el debate de los proyectos, el presidente de la Autoridad Portuaria, José María Urrutia, recalcó que la mejor solución técnica sería trasladar todo el tráfico de Formentera a la zona de es Botafoch, pero que contaría con la opinión de las instituciones. ¿El proyecto final es sólo un punto intermedio? 

–Es un tema que he vivido desde el primer día, porque nos reunimos en el Ayuntamiento con la Autoridad Portuaria. El primer punto a tener en cuenta es por qué se tienen que cambiar de sitio los barcos de Formentera, que de esto no se ha hablado mucho y las razones son bastante peregrinas. Nosotros, como Cámara, preguntábamos por qué se cambiaba de ubicación y, si se trasladaba, lo lógico era que fuera al muelle comercial por los accesos y proximidad. Lo que no podía ser era meterlo dentro del muelle viejo, porque querían un paseo marítimo para disfrutar la gente y eso no era compatible con llevar barcos al martillo. Y mucho menos lo de separar pasajeros en el martillo y carga y mixtos al muelle comercial, porque supone hacer dos estaciones, que la gente vaya de un sitio a otro en función de si tiene coche o no y se haga un lío. Estos parches que se proponían nunca nos gustaron. También pedimos que los pasajeros de Formentera tengan accesos, taxis y autocares con frecuencias y las comodidades necesarias.

–¿Dice que son peregrinas las razones para cambiar los barcos de Formentera?

–¿Has oído alguna? Allí irán muelles de embarcaciones recreativas, hacer dinero. El cambio no obedece a que las barcas de Formentera no puedan seguir donde están.

–Para acabar, ¿las perspectivas de futuro son tan pesimistas como el presente?

–Cualquier mejora pasa por bajar el paro. Todos los esfuerzos deben priorizar la creación de empleo e intentar que la temporada dure más de cuatro meses. Sólo que pudiéramos ampliar de abril a octubre ya podríamos dar gracias por volver a tener seis meses buenos. Pero desde luego, es muy difícil hasta que no desaparezca la tasa de paro que sufrimos.

Saldremos de ésta, se ve la luz al final túnel, pero de momento es un tren que viene de frente. Ya son muchos años, es la crisis más larga que hemos padecido. Pero es que había mucho que arreglar, no podíamos estar gastando eternamente un 15% más de lo que ingresábamos y ahora estamos pagando los excesos de tantos años de despropósitos, de insfraestructuras y gastos innecesarios que ahora cuestan mucho quitárnoslos de encima.