@Noudiari / Tras más de tres meses de investigación, la Guardia Civil detuvo el pasado miércoles a dos personas por el asesinato a tiros de Arturo, ibicenco de 38 años y padre de tres niños, y sospecha que el crimen que tuvo lugar en El Bojal fue un encargo, según publica La Verdad. Los arrestados ingresaron ayer en prisión provisional acusados de los presuntos delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas. Según el mismo medio, los investigadores creen que uno de ellos mantenía algunas rencillas con la víctima y presuntamente pagó al otro detenido para que llevara a cabo el crimen.
Las pesquisas que el Instituto Armado llevó realizó tras el asesinato permitieron concluir que uno de los sospechosos, Fernando, de 26 años, encargó presuntamente al otro acusado, Jonathan, de 28 años, el asesinato de Arturo. Tal y como explicaron las fuentes y recoge La Verdad, llegó a pagarle por la ejecución del crimen y le facilitó la pistola de 9 milímetros con la que el ibicenco fue abatido. Un arma que ya ha sido localizada y que ahora será sometida a diversas pruebas.
El diario de la región de Murcia recuerda en su edición de este sábado que este crimen conmocionó a la barriada de El Bojal en la mañana del pasado 23 de enero. La muerte sorprendió a Arturo, de 38 años, cuando salía del gimnasio Nature. Apenas a unos metros, en el carril Márquez, un encapuchado se acercó a la ventanilla de su coche y, de forma sorpresiva, le descerrajó tres disparos en la cabeza que acabaron con su vida en el acto. En ese momento, la víctima, natural de Ibiza y padre de tres hijos pequeños, hablaba por teléfono con su esposa, que escuchó las detonaciones a través de la línea. «Me ha dicho cariño, voy a comprar y ahora nos vemos», clamaba a gritos la viuda, desconsolada tras conocer la muerte. «Luego he escuchado ‘pam, pam, pam’ y ya no me lo cogía», relata en su artículo La Verdad.
El presunto inductor de este brutal crimen conocía, al parecer, a la víctima porque ambos coincidían en ese gimnasio, según han explicado fuentes ligadas a la investigación y a las que cita el diario murciano. Hace unos meses sufrió un robo en su vivienda y tenía el convencimiento de que era Arturo el que había encargado que le dieran el palo. Un hecho que supuestamente le llevó a contactar con un conocido para que acabase con la vida de este por él.
Tras meses de ardua investigación, los agentes de la Guardia Civil lograron el miércoles atar cabos y, a primera hora de la mañana, detuvieron a los dos sospechosos, vecinos de las pedanías murcianas de Beniaján y Alquerías, recoge La Verdad. Después, realizaron tres registros en viviendas de estas dos localidades y de El Raal. En el interior de uno de los domicilios, los guardias tropezaron, además, con un gran invernadero de marihuana, con hasta 293 plantas de cannabis en avanzado estado de crecimiento, prosigue.
Para terminar, La Verdad explica que, además, los investigadores se incautaron de varias dosis de cocaína y de gran cantidad de anabolizantes, así como de los elementos necesarios para traficar con este tipo de sustancias. Como suele ser habitual en las casas en las que se cultiva marihuana, esta había sido enganchada ilegalmente a la red eléctrica, por lo que el supuesto inductor del crimen afronta, además, presuntos delitos de tráfico de drogas y defraudación del fluido eléctrico.