@C. Vidal / Eivissa no tendrá un hombre o una mujer en el espacio. Al menos, de momento. Blanca Bañuelos Ferrer, la participante pitiusa en la competición Axe Apollo 2013, no fue una de los dos elegidos para viajar a la academia espacial de Florida y, por lo tanto, no podrá ver cumplido su sueño de ser astronauta.
Blanca, una ingeniera aeronáutica de 25 años de edad y natural de Sant Carles, que ya había conseguido todo un logro colándose entre los 20 finalistas, fue, además, la mejor en el concurso de saltos disputado este sábado durante casi seis horas en el puerto de Eivissa. La intrépida joven, que saltó en cuarta posición, alcanzó los nueve metros de altura, logrando una altísima puntuación de 9,5.
Sin embargo, ese salto no fue suficiente para darle el billete a Florida que sí consiguieron, por el contrario, Julià Suñer, de Girona, y Eduardo Luruena, de Toledo. La criba todavía no ha acabado y sólo uno de los dos podrá convertirse finalmente en un turista espacial a bordo de una aeronave suborbital Lynx.
El concurso
El Axe Space Jump era la última de las pruebas clasificatorias, después de un duro proceso de selección que se inició a principios de año con un total de 17.000 aspirantes. En Eivissa únicamente llegaron los 20 más destacados. Pero aún eran demasiados y, tras una maratoniana jornada, sólo podían quedar dos.
El evento estaba previsto que se iniciase a partir de las 17,00, aunque comenzó con bastante retraso. Los impacientes, por lo menos, podían acercarse a la carpa Axe y consolarse haciéndose fotos, o simplemente contemplando, a las bellas azafatas y azafatos.
Después de una larga espera, comenzó la primera actuación a cargo de Alien Dogma y sus mensajes al espacio. Sin embargo, las pulsaciones aumentaron con las exhibiciones acuáticas de flyboard, que levantó los primeros aplausos de la tarde, y de las piruetas de la lancha motora Take Off 360. El problema es que, entre un número y otro, había demasiados tiempos muertos aunque, claro, en esos momentos volvían a salir las azafatas y azafatos y animaban algo el ambiente.
Los saltos
El plato fuerte, sin embargo, empezaba a partir de las 21:00 horas. Los veinte concursantes salieron a escena para iniciar el concurso de saltos que, junto a las pruebas físicas, de seducción y elaboración del traje realizadas anteriormente, les darían la oportunidad de pasar a la ronda final en Florida.
Alejandro, Álvaro y Ángel fueron los primeros en tumbarse en un colchón de aire y ser despedidos después de que se lanzaran tres ‘saltadores’ desde un trampolín de 10 metros de alto. En cuarto lugar, entre los vitores de los casi 1.200 espectadores, según estimaciones de Protección Civil, salió la ibicenca, que se llevó la mejor puntuación de la noche con 9,5 puntos.
Después de los diez primeros saltos, un nuevo descanso y la actuación de Supermartxé, que fue sin duda uno de los momentos más espectaculares del evento, tanto en el escenario como en el agua, con otra vez una exhibición de flyboard pero, en esta ocasión, jugando con las luces.
A eso de la medianoche, tras acabar de dar brincos todos los concursantes -el mayor salto rozó los diez metros, cuando el récord mundial de esta especialidad está en casi 20 metros- llegó el momento de la decisión de los jueces. Primero se dio el premio al mejor diseño a Víctor de Azevedo (Vitoria), por un traje inspirado en Superman. Después, el premio al más seductor fue para el mallorquín Ángel Clemente, mientras que Mónica Usart, de Barcelona, ganó el del mejor salto, pero no por su puntuación (9), sino por la espectacularidad del mismo.
Ya sólo faltaba el ‘premio gordo’. Los dos elegidos. El primero fue Julià Suñer, de Girona, que tras recibir la noticia se quedó «sin palabras» y aseguró que, al igual que él, «se lo merecía el resto». Tras unos instantes de suspense, el DJ y locutor de radio Tony Aguilar anunció el segundo nombre. La familia de Blanca Bañuelos estaba expectante. No obstante, no fue ella. Fue Eduardo Luruena. El sueño de volar al espacio tendrá que esperar.