La lengua catalana dejará de ser una materia educativa troncal, según se desprende del borrador de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que prepara el ministro de Educación, José Ignacio Wert. Además, las comunidades con lengua cooficial -como las Baleares- tendrán que pagar la escolarización de los alumnos en centros privados, siempre que no haya una oferta docente pública que sea “razonable” para aquellos padres que deseen que sus hijos sean escolarizados en castellano.
Aunque, a priori, esto suponga que un alumno pueda obtener los títulos de primaria y la ESO sin cursar ni una hora de catalán, la ley también abre la puerta a que sean las administraciones educativas de las Comunidades Autónomas las que determinen la proporción del uso del castellano y de la lengua cooficial en el sistema educativo. Así, se establece que la lengua y la literatura “cooficial” sea tratada de manera que los alumnos la comprendan y se expresen en ella con corrección, y que se establezca una proporción “equilibrada” entre los idiomas.
No obstante, que el criterio básico para establecer las ratios que tendrán las diferentes lenguas sea un concepto tan interpretable como la razonabilidad, augura un debate polémico entorno a este proyecto de ley.
Se suprime definitivamente Ciudadanía
El borrador de la LOMCE también establece que los alumnos deberán optar entre Religión y una asignatura optativa de Valores Culturales y Sociales en primaria y Valores Éticos en secundaria. De esta manera se introduce nuevamente la religión en el sistema educativo público y se consagra la desaparición de la Educación para la Ciudadanía, todo un un símbolo del mandato de Zapatero.
La ley también abre la puerta a la posibilidad de que el Gobierno central aumente el número de contenidos mínimos educativos que determina, con lo que pasaría a fijar el 65% de los contenidos en las comunidades con lengua cooficial como las Baleares, mientras que en la actualidad la proporción es del 55%.