V. R. / La respuesta del Ayuntamiento de Ibiza a la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19 no ha convencido a nadie. Ni empresarios ni ciudadanos se han visto amparados por las decisiones adoptadas por el equipo de Gobierno (PSOE-Podemos) durante el confinamiento, más caóticas y tardías que eficaces.
El pasado 9 de abril, el consistorio anunciaba la puesta en marcha en una página web que debía convertirse «en un centro comercial de proximidad online para el confinamiento». Este marketplace tenía que contribuir, según decía, «a la respuesta municipal a la actual situación de crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19”.
Así vendía el Ayuntamiento de Ibiza este proyecto en varias notas de prensa. Sin embargo, 45 días después, y a las puertas de que la Isla entre en la fase 2 de desescalada, la web que debe acoger el marketplace sigue inactiva, en construcción y sin fecha concreta de lanzamiento.
Todo ello después de haberla anunciado tres veces, de que el alcalde, Rafa Ruiz, hablara de ello en un artículo de opinión en la prensa local y de que, entre medias, se invirtiera una importante cantidad de dinero público en una campaña publicitaria que promocionaba una web inoperativa.
Visto que llegaba tarde para ser un servicio a los residentes para aliviar los efectos del confinamiento, el alcalde ha modificado la comunicación sobre el uso que tendrá este marketplace. Ahora se refiere al proyecto como «una web que pondrá al alcance de compradores de todo el mundo los productos de los negocios de Ibiza», según comentaba en el citado artículo.
Todo parece indicar que el Ayuntamiento ha optado por usar una solución de terceros para lanzar este proyecto que aún no ha visto la luz, el software Cs-cart, una herramienta que permite, al menos en teoría, lanzar un marketplace de forma rápida y sencila.
‘Des de casa’, un directorio ágil y válido
Este hecho contrasta sobremanera con la puesta en marcha, casi inmediata al confinamiento, del directorio de empresas lanzado por el Consell de Ibiza para apoyar al comercio local durante la crisis, des de casa, una web que reúne a todos los negocios con servicio a domicilio y que ha resultado de gran ayuda tanto a comerciantes como a clientes.
La web estaba operativa desde el mismo día en que se habló públicamente de ella por primera vez, el 30 de marzo. A día de hoy, la página lanzada por el Consell ha aglutinado un total de 38.384 visitas, hasta 27.350 solo en la sección destinada a alimentación, y suma 225.311 páginas vistas en 53 días.
Datos que confirman, sin lugar a dudas, que des de casa ha sido una herramienta útil y ágil para realizar compras durante la peor época jamás vivida por el comercio insular, que, con la población confinada en casa, ha visto cómo el desplome de ventas ponía en jaque la continuidad de muchos negocios.
En la misma se pueden encontrar alrededor de 80 empresas dedicadas a la alimentación, 25 a la restauración, 24 a la informática y telecomunicaciones, 6 a transportes, 5 a la papelería, 12 a la salud y venta de medicamentos, 23 a la higiene, limpieza y hogar, 9 a mascotas y animales en general, 5 a moda y complementos, y otras 33, para terminar, de servicios profesionales diversos.
Vila, cerrada
Otra de las controvertidas decisiones adoptadas por el Ayuntamiento de Ibiza durante la crisis ha sido la de cerrar el paso a la ciudad a los vehículos procedentes de otros municipios durante los fines de semana. Esto ha coincidido con el momento en que muchos propietarios de negocios se decidían a abrir de nuevo sus puertas casi dos meses después de haber echado el cierre por la pandemia.
Y esta medida, como es lógico, no les ha sentado nada bien a los comerciantes de Vila, puesto que muchos clientes procedentes de otros municipios han desistido en su idea de venir a Ibiza ciudad a comprar, a comer o a tomar un refresco en vista de esta incomprensible decisión, que, como muchas otras, no ha sido consensuada con los empresarios.
Tampoco lo ha sido el hecho pintar sobre el asfalto zonas de paseo que han quitado plazas de zona azul en el centro de la ciudad y que ni ciudadanos ni empresarios ven con buenos ojos. No creen que esta media contribuya a mejorar la afluencia de clientes, mientras que los viandantes se niegan a pasear por un lugar delimitado por pintura junto a coches en circulación.