@L.A./El director del museo de Puig des Molins, el conservador Benjamí Costa, ha explicado que aunque la necrópolis púnica «no es ni mucho menos un yacimiento acabado o agotado», pero que las excavaciones de sus hipogeos paralizadas desde hace una década no se retomarán hasta que se puedan dar a conocer todos los descubrimientos acumulados hasta ahora.
Según ha detallado, la última excavación tuvo lugar entre 2000 y 2006, y abarcó lo que denominan el sector noroeste del yacimiento, ubicado en el frontal de la necrópolis. «Lo último excavado nos ha dado una enorme cantidad de datos inéditos espectacular, y justamente por eso no seguimos excavando, porque hasta que no pueda publicarse y darse a conocer a la comunidad científica y al público en general los resultados de las excavaciones no consideramos pertiente seguir excavando más», ha señalado Costa.
Según el director del museo, esta decisión de no continuar con la excavación de los hipogeos, que aproximadamente suman un total de 3.300 en todo el yacimiento, «es uno de los problemas de las excavaciones anteriores».
«Con Jordi Fernández, que me precedió en la dirección del museo, hemos estado años, años y años limpiando, inventariando y estudiando materiales de las excavaciones de principios de siglo, de los años 20, 40 y 50; y lo que nos queda por delante. Aunque no excavemos más durante años, el yacimiento todavía podrá seguir ofreciendo novedades a la investigación a partir del estudio de todos estos materiales acumulados de excavaciones muy anteriores a nuestro tiempo», ha detallado el conservador.
Costa ha explicado que el total aproximado de hipogeos, que suman 3.300 en todo el yacimiento, están calculados estadísticamente. «Sólo lo podemos saber por aproximación estadística. A través de distintos sectores del yacimiento que conocemos bien y que incluso tenemos topografiados, hemos sacado la media, la densidad de hipogeos por hectárea. Y a través de esta aproximción nos han salido una cifra de entorno a 3.300», ha explicado.
Según ha detallado, la cantidad de hipogeos excavados es el 20% de este total (660 hipogeos) aunque es difícil calcularlo exactamente «porque muchas excavaciones de principio de siglo no calculaban las tumbas». «Luego los saqueos habrán afectados a muchos más», ha señalado Costa.
Antigüedades fuera de la Isla por los saqueos
Con respecto a los saqueos, Costa ha explicado que Puig des Molins ha padecido estos robos desde la antigüedad, algo que han podido constatar «porque muchas veces cuando uno excava se encuentra una lucerna del siglo I a.C, que no se puede asociar a ningún enterramiento de esa época» por lo que se considera que «es la lucerna que utilizaron los saqueadores antiguos para rebuscar dentro de la cámara a ver si encontraban objetos de valor».
«Hubo rebuscas también en época medieval, con lucernas andalusíes de siglo X, siglo XI y siglo XII. Lo que pasa es que se ha mitificado mucho y se ha echado la culpa a los árabes andalusíes como si fueran los grandes protagonistas del saqueo de Puig des Molins y eso no es verdad», ha explicado Costa.
«El gran saqueo de Puig des Molins se produce en los primeros años del siglo XX cuando se descubre la riqueza arqueológica del yacimiento y llama la atención de una serie de anticuarios y de mercaderes. Se llegan a formar verdaderas brigadas, obreros de la isla que vivían por aquí cerca, que se convirtieron en verdaderos especialistas», ha relatado el conservador.
Según el director del museo, estos saqueadores descubrieron que «la densidad de tumbas es tal que es más fácil abrir un agujero en la pared de una tumba para pasar a la otra».
Costa ha explicado que estos saqueos ocurrieron en los primeros años del siglo XX, sobre todo entre 1913 y 1921 cuando el yacimiento estuvo abandonado «por culpa de un pleito entre varios excavadores que se disputaban el derecho a excavar». Mientras tanto, «verdaderas birgadas de gente» se dedicaba a vender a mercaderes las antigüedades que se encontraban en las tumbas.
«Por esta razón, hay grandes colecciones de antigüedades ibicencas fuera de la isla, la mayoría procedentes de Puig des Molins, que están dispersas por diversos puntos de España y el extranjero», concluyó Costa.