Hubo un tiempo, mucho más cercano de lo que muchos creen, en el que una mujer podía estudiar una carrera en España pero en el que las puertas laborales se le cerraban por completo. Un tiempo, el de las décadas de los años 40, 50 y 60 del siglo pasado, en el que, en este país, la única manera de que una mujer trabajarse en un oficio como el de fotógrafo era hacerlo si su padre o un familiar se dedicaba a ese negocio y le hacía hueco en su estudio. Un tiempo en el que un árbitro de fútbol te podía echar de un campo porque consideraba que un ser con faldas no podía estar en un terreno de juego sacando fotos y en el que el público del encuentro mandaba «a fregar» a las fotógrafas. Ese fue el tiempo que le tocó vivir a Joana Biarnés (1935-2018), considerada la primera mujer fotoperiodista de España y pionera también en el campo de la fotografía de moda moderna.
Joana Biarnés es un nombre muy conocido en Ibiza, aunque no tanto por su faceta como fotoperiodista sino como chef, ya que tras dejar su profesión en 1985, estuvo dos décadas al frente de su restaurante Ca na Joana, centro de reunión y de referencia para la sociedad pitiusa con clientes como Naomi Campbell o el controvertido Roman Polanski.
Hoy, gracias al trabajo de divulgación y recuperación de su figura como primera fotoperiodista mujer en España (una labor de rescate que comenzó en 2012), podemos conocer también su trabajo como fotógrafa de moda.
Una exposición itinerante, Joana Biarnés. Moda a pie de calle, que cerró recientemente puertas en Teruel con gran éxito (casi 10.000 visitantes) después de pasar por otros museos y salas, ha hecho justicia también con esa otra faceta suya, sacando a la luz numerosas fotografías inéditas. Además, encierra una sorpresa, y es que Joana Biarnés retrató en Ibiza la moda Adlib, mucho antes de establecerse en Ibiza y lo hizo con su peculiar sello. «Sus trabajos de fotoperiodismo, sus disparos para el mundo de la moda y esa galería de retratos, donde la actitud sustituye a la pose, hacen del trabajo de Joana Biarnés un legado único e irrepetible», ha escrito sobre ella el prestigioso fotógrafo Manuel Outumuro.
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La muestra recoge dos de las fotografías que Biarnés tomó en un desfile de moda Adlib en 1972, un año después del nacimiento de esta corriente de moda ligada a la isla y que toma su nombre de la expresión latina Ad Libitum (a voluntad, sin restricciones) para hacer referencia a un estilo libre y bohemio.
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La muestra, en su conjunto, contiene reportajes inéditos llevados a cabo en los años 60 y 70 que transmiten la magia y el glamour de la moda, «a la vez que es cómplice de la vibración de una sociedad cambiante, que vive seducida por las nuevas tendencias europeas», destacan desde el comisariado de la muestra. Silvia Omedes está al frente de la dirección proyecto expositivo que se ha creado con los fondos de la Fundación Photographic Social Vision que gestiona el legado de Biarnés, junto con la documentación y coordinación de Imma Cortés.
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1971. ©Archivo Joana Biarnés / Fundación Photographic Social Vision.
“En un país de hombres, como era el nuestro en aquellos años, ejerció una profesión reservada exclusivamente a la masculinidad, lo que la convierte en pionera”, destacan desde la fundación.
Así, Joana Biarnés, compaginó su labor fotoperiodística que heredó de su padre, con su pasión por la moda creando imágenes muy bien pensadas previamente y que demostraban su originalidad y capacidad compositiva. Es decir que, por un lado disfrutaba captando la realidad como fotoperiodista y, por otro, descubre “el placer de disparar lo que solo ella ha provocado, lo que solo ella ha construido”.
¿Quién es Joana Biarnés?
Nació en Terrassa en 1935, hija de Rosario Roser Florensa y Joan Biarnés, fotógrafo deportivo. Fue en su estudio donde Joana pudo desarrollar todo su potencial y publicar su primeros reportajes en prensa. Estudió en la Escuela Oficial de Periodismo de Barcelona pero le cerraron las puertas de los medios para empezar a trabajar, de modo que se puso, codo a codo, con su padre.
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Lo que lo cambió todo fue el trabajo que hizo con su padre para cubrir la gran riada del Vallés de 1962 que inundó Terrassa. Un tema que hoy nos suena más familiar que nunca por la reciente DANA de Valencia. Estas fotografías no solo se publicaron en prensa sino que se emitieron también a través de TVE. Fueron cruciales por dos motivos: le abrieron las puertas del diario Pueblo y, cuando se cumplieron 50 años de aquel desastre en 2012, un periodista, Cristóbal Castro, que buscaba documentación las redescubrió y, con ellas, rescató del olvido a Joana Biarnés.
Pero no avancemos acontecimientos: Un año después de sacar aquellas fotos, en 1963, se mudó a Madrid donde comenzó su trabajo en el diario Pueblo, donde pudo desarrollar su carrera como fotoperiodista viajando por toda España y también al extranjero: fotografía a Jackie Kennedy, Julio Iglesias, Lola Flores, Luis Buñuel, Orson Welles, Rudolf Nuréyev, Salvador Dalí… A menudo utiliza su inteligencia y valentía para colarse donde nadie llega y ganarse la confianza de los retratados. Fue eso lo que sucedió en 1965, cuando fue la única periodista que entró en la suite de The Beatles en su hotel en Barcelona donde estuvo con ellos nada menos que tres horas sacando fotos que ya son historia.
Tras casarse con Jean Michel Bamberger, deja el diario Pueblo y funda la agencia de prensa Sincro Press. Colabora con el diario ABC y la revista Blanco y Negro. Pero el periodismo comenzaba a enturbiarse con los montajes, los paparazzis y una competencia feroz y malsana. De modo que en 1984 decide abandonar el fotoperiodismo y dedicase a otra de sus grandes pasiones: la cocina, y es cuando abre en Ibiza el restaurante Ca na Joana, que tuvo muy buena fama y clientela. En total sumó 22 años como fotógrafa y otros 22 como cocinera: «Me enamoró la gente del campo de Ibiza, no tanto la parte turística», comentaba en una entrevista sobre su historia de amor con Ibiza.
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Tal vez por ese retiro ibicenco o porque el papel de las mujeres en muchos campos han sido silenciados, lo cierto es que su trabajo innovador y, sobre todo, pionero quedó un tanto en el olvido hasta que comienza una labor de reivindicación de su obra (tras descubrirse en 2012 sus fotos de la riada) y recibe premios como la Creu de Sant Jordi en 2014. Otro hito para descubrir su figura es el estupendo documental Joana Biarnés. Una entre todos, en el que queda patente la hostilidad que tuvo que sufrir haciendo su trabajo solo por ser mujer.
Ahora, con la Beca Joana Biarnés para Jóvenes Fotoperiodistas y las exposiciones que divulgan su legado ya somos todos más conscientes del talento y valentía de esta mujer pionera e innovadora.
«Tengo tres hadas madrinas: Cristóbal Castro, Sandra Balsells, que es una fotógrafa fantástica de guerra, y Gervasio Sánchez. Ellos organizan cada año en Albarracín unos seminarios de fotografía periodística. Me invitaron a contar mi vida. Fue impresionante porque 160 muchachos y muchachas que están iniciándose de alguna forma en el mundo de la fotografía, se pusieron de pie y me aplaudieron. Yo simplemente les conté mi vida… y es verdad que luché, que luché muchísimo. En la época de Franco lo pasé horrible, lo pasé muy mal. Pero de eso no me quiero acordar. Lo de ir a un campo de fútbol era horroroso. Con carné de prensa y todo los grises me decían: Eres una mujer, fuera.», confesaba en una entrevista con Diario de Ibiza. Un testimonio sobrecogedor que es importante recordar estos días en los que muchos miran al pasado reciente de este país con nostalgia.
Photographic Social Vision
Photographic Social Vision difunde y custodia como propietaria el Archivo Joana Biarnés, además de representar los fondos fotográficos de Ferran Freixa, Jacques Léonard, Oriol Maspons y Leopoldo Pomés, y de asesorar al de Mey Rahola. También representa a los fotógrafos Isabel Azkarate y Manuel Outumuro y apoya a casi 70 fotógrafas y fotógrafos socios de la Fundación.
En 2019, creó la Beca Joana Biarnés para Jóvenes Fotoperiodistas, que anualmente honra la memoria de la primera mujer fotoperiodista del país y cumple su deseo de que los beneficios obtenidos por la venta de su obra sirvan para fortalecer el futuro del fotoperiodismo.