R. Beltrán/ Diez semanas en la cárcel pasará el fisicoculturista Kyle Bent, un británico de 25 años que aterrorizó el pasado mes de julio al pasaje y tripulación de un vuelo de Manchester a Ibiza con su comportamiento vandálico. El joven, que estudia en la Manchester Metropolitan University al mismo tiempo que ejerce como entrenador personal, afirmó tras conocer su sentencia: “Me habéis arruinado la vida”. Quizá pensaba que atemorizar a todo un avión le iba a salir gratis.
No pensó en las consecuencias de sus actos cuando dedidió sembrar el pánico en pleno vuelo a Ibiza, insultando a diestro y siniestro a azafatas y pasajeros, mientras saltaba por el pasillo de la aeronave y entonaba exabruptos a voz en grito. La defensa de Bent en el proceso judicial que se saldó con esta sentencia de cárcel argumentó que su representado estaba arrepentido de su conducta el día de actos, tal y como recoge Manchester Evening News. Asimismo, también arguyó que Bent padece el Transtorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, pero sus argumentos no convencieron al jurado, que decidió castigar al acusado con 10 semanas en prisión.
Ibiza, destino de pasajeros bulliciosos
El aeropuerto de es Codolar ha recibido este verano varios vuelos que han protagonizado escenas similares a las de Kyle Bent. El pasado 6 de agosto un vuelo de la compañía Ryanair procedente de Prestwick, en Escocia, aterrizó en Ibiza con treinta turistas borrachos a bordo que sumieron en el caos más absoluto al pasaje y a los tripulantes de la aeronave.
Nada más despegar, una treintena de hoolingans en estado de embriaguez comenzaron a correr por el pasillo, al mismo tiempo que saltaban por los asientos y proferían gritos a las azafatas y al resto de viajeros. Las auxiliares de vuelo se llevaron la peor parte, ya que estos treinta energúmenos las acosaron repetidamente simulando realizar actos sexuales. El descontrol llegó a tal punto que el piloto amenazó con desviar el vuelo hacia París si no cesaban del inmediato los incidentes. Lo que sí hicieron fue avisar a la autoridades españolas, de tal manera que nada más tocar tierra varios agentes de la Guardia Civil se adentraron en el aparato y detuvieron a cinco de los alborotadores.
La conexión Escocia-Ibiza, ruta de riesgo
Otro vuelo de la misma compañía de bajo coste y procedente de Escocia transportó a bordo a un grupo de turistas borrachos el 18 de septiembre. En este caso, los altercados obligaron al comandante a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Beauvais, al norte de Francia, para descargar a los responsables de los altercados que estaban poniendo en peligro la seguridad del avión y de quienes viajaban en él.
Después de haber adquirido alcohol en la tienda duty-free durante la espera previa al embarque, los turistas se emborracharon y comenzaron a bailar y molestar al resto del pasaje. De hecho, estos individuos se encontraban en tal grado de embriaguez que cuando el responsable del vuelo tomó tierra en Beauvais pensaron que habían llegado a Ibiza. Pero la alegría les duró poco, ya que las autoridades francesas les escoltaron hasta la estación, donde tomaron un tren rumbo a París.