Nueve de la mañana. Decenas de personas esperan en la puerta de Mercadona, que abre a las nueve y cuarto. El aparcamiento está lleno. Numerosos coches circulan buscando sin suerte un hueco donde dejar el vehículo. Es la hora. El supermercado de can Burgos abre sus puertas y, como si se tratara del primer día de rebajas, la gente entra a la carrera. La meta es la pescadería. En pocos minutos, la cola es infinita para desánimo de algunos: «Yo desisto, me voy a por congelados», comentan unos clientes. En pocos minutos pueden acabarse las existencias. De hecho, son las diez de la mañana y no quedan mejillones. A dos euros el kilo, ha sido lo primero en agotarse.
Un gerente del supermercado hace fotos para enviarlas a la central de la cadena de supermercados, donde no dan crédito y preguntan si se trata de un montaje. No es una foto preparada, es lo que está ocurriendo. Son las compras de última hora para la cena del último día del año. La crisis se nota y la previsión de otros años se ha convertido en improvisación y el menú gira en torno a unos precios que han roto el mercado.
La masiva afluencia de consumidores a Mercadona contrasta con otras cadenas de alimentación. En varios supermercados de Vía Púnica el día ha arrancado con absoluta tranquilidad. No hay colas de primera hora, de hecho casi no hay gente. La alimentación es uno de los sectores que menos padece la crisis puesto que la gente tiene que comer, sí o sí. Sin embargo, unos triunfan más que otros. El secreto de la pescadería de Mercadona es que muchos de los productos que venden están a la mitad de precio que en otros supermercados. Menos el pescado que compran en la lonja de Eivissa, que está al mismo precio, el resto de género de la pescadería es más barato que en ningún otro sitio en la isla. Y ante esto el consumidor no duda.
El supermercado de Mercadona en Eivissa hizo una caja de 254.000 euros el día de Nochebuena, 24 de diciembre, y hoy parece que esa cifra puede quedar pequeña. De hecho, es el supermercado de esta cadena valenciana que más factura de toda España. Empezó con 50 trabajadores y al poco tiempo se vio obligado a duplicar el personal contratado. El solar en el que se ubica el negocio costó tres millones de euros y al ritmo que funciona el establecimiento muy pronto se habrá amortizado la inversión. Mercadona tiene planes de expansión y según se comenta en 2013 podría abrir hasta 30 supermercados en Italia.
Cierres a la vista
La crisis se llevará en breve por delante a dos supermercados de una cadena importante instalada en la isla hace relativamente poco. Carrefour clausurará el establecimiento que posee de Santa Gertrudis a principio de año y el otro con el que cuenta en Sant Jordi parece que correrá la misma suerte: un cartel en sus puertas anunica que hoy cierra sus puertas y que en confía en volver a dar servicio en breve bajo otra empresa. que De hecho, clientes habituales comentan que algunas zonas de refrigerado se han cerrado y ahora comparten espacio diversos productos en menor cantidad.
Por otro lado, en el Mercat Nou de Vila la mañana ha sido movidita, pero en mucho menor ritmo que en anteriores años. Bastante más que un sábado normal, el día de mayor afluencia, pero el personal nota el descenso y lo achaca, además de la crisis, al efecto Mercadona.
El cordero, la lechona y el marisco, con papel estelar para las gambas (en torno a los 50 euros kilo) son los principales objetivos de la clientela. «Un día es un día», proclaman muchos. Y, sobre todo, las uvas.