EFE / Los adolescentes de Ibiza han retrasado de los 13 a los 14,6 años la edad media de su primera relación sexual de acuerdo a los resultados del programa de educación afectivo-sexual Sextima, dirigido a los alumnos de primero y cuarto de ESO de los centros de educación secundaria de la isla.
La consellera de Bienestar Social e Igualdad, Lidia Jurado, ha presentado hoy el balance del programa tras cuatro años de aplicación, junto a las directoras de Sextima, Belén Alvite, directora del Centro de Estudio y Prevención de Conductas Adictivas (Cepca) y la doctora Cristina Molina, coordinadora de la Unidad de Atención a la Mujer del Área de Salud de Ibiza y Formentera.
El amplio estudio hace una comparativa entre el primer análisis realizado entre alumnos de primero y cuatro de ESO que no habían asistido al programa cuando comenzó en 2015, y los alumnos de cuarto de ESO que recibieron la educación afectivo sexual en 2018.
En total, asistieron al programa 8.372 adolescentes de todos los institutos de la isla, menos dos centros que se dieron baja al no estar de acuerdo con que se recomiende utilizar el preservativo como método anticonceptivo y de prevención de enfermedades sexuales.
Una de las principales finalidades de los programas de educación afectivo-sexual, ha explicado la doctora Cristina Molina, es retrasar la edad de inicio de las relaciones, lo que en este caso se ha cumplido, con un descenso del 17 % al 12,6 % de los jóvenes que tienen su primera relación sexual con edades igual o menores que 13 años, y un aumento de aquellos que mantienen su primera relación con 15 años, que alcanzan el 47,4 % de los encuestados.
«Desplazar la edad de inicio de las relaciones sexuales es muy positivo, pero queda mucho por hacer», ha destacado Molina, que ha concretado que la edad de inicio es ahora de 14,6 años de media, cuando hace cuatro años era a los 13 años, según los datos de la Unidad de Atención a la Mujer.
Los objetivos del programa, ha recordado por su parte Belén Alvite, eran conseguir que los adolescentes tengan mayor y mejor información sobre la sexualidad, que esa información reduzca sus relaciones de riesgo y que puedan establecer relaciones más igualitarias y sanas.
Cuatro años después, ha remarcado, hay jóvenes más informados y que quieren más información. Sin embargo, cuando se les pregunta sobre las fuentes de ese conocimiento, si bien el primer lugar lo ocupan las charlas en los institutos, con un 83,4 %, aumentan quienes citan las webs o vídeos de pornografía, del 17,9 % al 23,9 %, algo que se va a convertir «en un problema de salud afectiva importante entre estos jóvenes», ha advertido Alvite.
Este aspecto negativo se une a «la falta de comunicación con la familia, que continúa siendo la gran asignatura pendiente». Otro aspecto positivo es el cambio «brutal» en la tolerancia en las relaciones con los demás, así como el descenso del rechazo a la homosexualidad, ha destacado.
Las directoras de Sextima remarcan que insistir más en el uso del preservativo para prevenir enfermedades sexuales, frenar el acceso a la pornografía como fuente de información y aumentar la comunicación con la familia, entre otras, son cuestiones en las que se debe avanzar mediante la continuidad del programa educativo.