V. R. / Cinco agrupaciones educativas de Ibiza, l’Associació Professional de Docents d’Eivissa (APDE), FAPA Eivissa, Associació de Directors de Primària, Associació de Directors de Secundària y Associació Pitiüsa per la Inclusió Educativa i Social (APIES), han valorado este sábado el desarrollo del inicio del curso escolar 15 días después del comienzo de las clases.
Entre las principales conclusiones expuestas, destacan el hecho de que, según una encuesta contestada por el 60% de los centros educativos de la Isla, en Ibiza faltan alrededor de 80 profesores para que la enseñanza no se resienta.
Los protocolos del escenario B marcado por la pandemia conllevan un sobreesfuerzo en las plantilla docentes y los refuerzos impulsados por la conselleria balear de Educació se antojan insuficientes para garantizar el correcto aprendizaje de los alumnos, han subrayado.
Por otro lado, los profesores han mostrado su rechazo a que los tutores y los equipos directivos sean quienes tengan que decidir si se tiene que confinar o no a un grupo en caso de que se dé un caso positivo de Covid-19 en un aula y han señalado que no deberían cargar con esta responsabilidad, que no es de su competencia ni están preparados para ello.
Asimismo, han señalado que, según las indicaciones recibidas por la conselleria, los centros educativos no deben informar al resto de madres y padres de un grupo en el que se haya dado un positivo por coronavirus si no se considera contacto estrecho, es decir, si no ha estado 15 minutos sin mascarilla a una distancia menor de dos metros de un compañero.
Por tanto, los tutores legales de los alumnos no podrán conocer de forma oficial si sus hijos han tenido o no contacto con un positivo por Covid-19 para que, en caso de que lo crean conveniente, tomen las medidas oportunas. Solo se les notificará en caso de que se decida confinar a toda la clase.
En este sentido, se reivindica la figura de la enfermera escolar en los centros educativos, como profesional con la formación adecuada para tomar las decisiones que actualmente recaen sobre los docentes y los equipos directivos, en muchos casos sin ningún tipo de preparación sanitaria para valorar, por ejemplo, el uso correcto de una mascarilla y otras muchas funciones que realizar con el alumnado.
Maestra y vigilante
Además, han remarcado que es imposible saber a ciencia cierta si los alumnos han llevado correctamente puesta la mascarilla a lo largo de toda la jornada escolar ni si se ha mantenido en todo momento entre ellos la distancia de seguridad, estipulada en dos metros.
También han denunciado que, en los niveles de educación infantil y primaria, se están vulnerando los derechos de los niños con necesidades específicas de apoyo educativo, puesto que con las reorganizaciones llevadas a cabo por el desdoblamiento de grupos, los encargados de esta tarea ocupan ahora plaza de tutor.
Esto implica que los alumnos con diversidad funcional que estaban recibiendo un soporte educativo se han quedado sin él, lo que repercute en la mejora educativa y en la inclusión de estos alumnos. Se calcula que un total de 225 escolares de Ibiza se han quedado sin este tipo de apoyo desde que empezara el curso hace dos semanas.
Por este motivo reclaman a la conselleria de Educació que dote a los centros del personal necesario para que se hagan cargo de las tutorías de las que se ahora se ocupan los miembros de los equipos de apoyo para este tipo de alumnado.
Baja la calidad educativa
Las asociaciones anteriormente citadas denuncian, por otro lado, que un total de 44 especialistas de música, inglés y educación física de la etapa de infantil y primaria están ocupando plazas de tutorías, hecho que impide que estas especialidades se desarrollen por parte de los profesionales que por ley han de hacerlo.
«Este hecho implica un descenso en la calidad educativa», al igual que «el aumento de las horas lectivas del profesorado de secundaria, que repercuten directamente en las horas de coordinación. Y todo esto tendrá consecuencias negativas para los alumnos», advierten.
En cuanto al grado de secundaria, las agrupaciones han indicado que se produce un agravio comparativo entre centros debido a que, en función de sus recursos, el aprendizaje de los alumnos (más de un 70% de los centros se han visto obligados a ofrecer una enseñanza semipresencial) vendrá marcado por factores externos como la conexión a Internet, disponibilidad de dispositivos adecuados, implicación familiar, posibilidades de repasos privados…
Servicios complementarios
Los servicios complementarias, como, por ejemplo, la escola matinera, los comedores escolares o las actividades extraescolares, con las medidas de seguridad establecidas, necesitan más espacios y monitores, reivindican. Según explican, cada centro ha ido resolviendo los problemas de espacio, pero solicitan a conselleria y los ayuntamientos actuaciones o una solución para la falta de monitores.
En otro orden de cosas, y debido a la respuesta educativa telemática que se debe ofrecer al alumnado que no puede asistir a clase (por patologías de riesgo, entre otras cuestiones), los centros necesitan una formación digital urgente, dirigida también a familias y alumnos, y no solo técnica sino también pedagógica, reclaman estas cinco agrupaciones.
Con un escenario B que ha puesto a los centros al límite para cubrir bajas a nivel interno, se solicita que las llamadas sustituciones exprés se concedan independientemente de si son derivadas o no de casos covid.