La Asociación Tursiops ha terminado la primera fase de proyecto ‘Nuestros Delfines’ en el que estudia a la población de delfines pitiusos así como del ruido submarino en la costa de Ibiza y Formentera.
Gracias a las mediciones realizadas con hidrófonos han determinado, por una parte, que la población costera pitiüsa la conforman unos 108 delfines que se mueven preferentemente por es Freus y el pecio del Don Pedro seguido de los Illots de Ponent. Por otra parte, el estudio ha podido constatar “una correlación negativa entre el ruido total y la presencia de delfines”. Es decir, a más ruido, menos delfines. “En enero hay tres veces más de delfines que en julio o agosto”, explican y remarcan que precisamente el área más contaminada acústicamente en verano es la que más gusta a los delfines: es Freus, “mostrando valores 31 veces más elevados de ruido que en invierno”. “Aunque no tan acusada, en todas las localidades con tráfico marino se dan picos de contaminación muy importantes en verano”, indican.
“Se ha demostrado que la presencia humana perturba la población de delfines. Un paso más para pedir a la sociedad, con rigor científico, aminorar. Menos velocidad de las embarcaciones en el mar es menos ruido submarino, es menos contaminación y son más delfines en la costa”, indican desde la Asociación Tursiops, o simplemente Tursiops, que es una entidad fundada en 1999 y dinamizada desde 2013, que trabaja para la conservación de los mamíferos marinos.
Para el desarrollo de este proyecto ha contado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y con la participación de múltiples instituciones tanto públicas como privadas entre ellas Fundación Marilles, los ayuntamientos de Sant Josep, Sant Antoni, Santa Eulària y de Ibiza, Es Nàutic de Sant Antoni, Marina Ibiza y THB hoteles.
Durante un año han recogido datos en siete puntos de Pitiüses: Tagomago, Xamena, Illots de Ponent, Freus d’Eivissa-Tormentera, Cala Saona, Punta Sa Creu e Ibiza (anclado al buque hundido Don Pedro) y han trabajado con más de 195.000 archivos acústicos.
Gracias a ellos, se ha podido describir el ruido submarino, la presencia de delfines, el tamaño de la población costera así como sus movimientos y explorar la relación entre el ruido y la presencia de delfines.
Cada delfín, durante su primer año de vida desarrolla un silbido único, aprendido e invariable para el resto de su vida. “Gracias a él, los individuos de la población se reconocen entre ellos. Como en el mar la visión es limitada y su dinámica social es muy alta, los grupos no son estables sino que se caracterizan por ser del tipo denominado fusión-fisión, una alta proporción de los silbidos emitidos por los delfines son silbidos-firma”, explican.
De esta manera, todos saben con quién se comparte el espacio en cada momento sin necesidad de verse. Esta característica del delfín mular ha resultado la herramienta clave de este proyecto.