El Centro Cultural de Jesús en la isla de Ibiza acogió ayer la cuarta edición del Foro Futuro, un evento dirigido a los jóvenes para que se informen y reflexionen sobre la situación del Mediterráneo, uno de los mares más contaminados del planeta. Ana Alemany, escritora y divulgadora, y Olivia Mandle, joven activista medioambiental, dieron el pistoletazo de salida con dos ponencias de las que se extraen conclusiones poco alentadoras sobre el estado de mares y océanos.
Alemany, autora del libro “Mujeres de los Mares” ha alentado a los jóvenes a no cejar en el empeño cuando se quiere conseguir algo. “No hay que decir nunca que no se puede”. La escritora ha realizado una presentación en la que ha hablado de esas 20 mujeres que son protagonistas de su libro. Que han sido referente para ella, por su labor dedicada al mar, a su conservación y a su defensa.
Les ha hablado de recuperación de plataformas petrolíferas como plataformas de arrecife iniciativa que están llevando dos mujeres, Emily Callahan y Amber Jackson; les ha hablado de paleoclimatología y de Carlota Escutia; de la mujeres coreanas “hanyeo”, que son buceadoras y mariscadoras; de los más de un millones de acuarios que hay en Estados Unidos con la sobrepesca que supone de ciertos tipos de peces; y también, les ha contado lo que son las Hope Spots, áreas marinas de alto valor ecológico, creadas por Sylvia Earle, una de las pioneras del activismo medioambiental marino.
Olivia Mandle, por su parte, joven de 16 años, ha pedido acción: “Mi generación puede ser la última que pueda cambiar las cosas antes de que sea demasiado tarde”, ha subrayado, y ha animado a los jóvenes a “transformar su pasión y su amor por el Mediterráneo en activismo activo”.
También has contado su iniciativa, “No es país para delfines” y los asistentes se han quedado impactados con el dato que les ha ofrecido la joven activista, que, según dice, «España es la mayor cárcel de delfines que hay en Europa». Mandle presentó hace unas semanas más de 155.000 firmas para conseguir cerrar de manera paulatina los delfinarios.
Asimismo, ha recordado que cuando tenía cinco años fue con el colegio al ver el delfinario de Barcelona, son sus animales favoritos, “Verlos en vivo y en directo fue increíble, pero salí de ese espectáculo con un sentimiento contradictorio porque hasta entonces había visto en libros y en documentales que los delfines vivían en el mar, así que llegué a casa y les pregunté a mis padres si estos delfines después del espectáculo se iban a casa como yo. Ellos, me explicaron que no. Fue ahí cuando me di cuenta de que aquello no estaba bien y deseé salvar a estos animales”, ha señalado.