@LauraFArambarri / Las islas se blindan. La noticia no era oficial todavía a las 14 horas de hoy en el aeropuerto, pero los rumores al respecto ya corrían como la pólvora por toda la terminal. Desde los taxistas hasta el personal de limpieza: todos sabían que la orden de cierre del aeropuerto era cuestión de poco tiempo.
Lo cierto es que en la pantalla casi había más cancelaciones que vuelos, pero un taxista comentaba que anoche todavía estaban llegando aviones privados a Ibiza.
La orden era que cada taxi que acudiera a esa zona de la terminal (la de los jets privados) podía cargar solo un pasajero. Dos pasajeros, dos taxis.
Las normas no son tan estrictas en la zona de salidas de la terminal para vuelos comerciales.
Los taxistas de Sant Josep se quejaban esta mañana de que no tienen una orden clara al respecto. Se supone que han de llevar como mucho a dos pasajeros y siempre en el asiento de atrás, nunca a su lado. «No hay un criterio claro ni en Sant Josep ni en Sant Antoni», subrayan. «En Vila se les ha dicho que un pasajero por taxi», comparan. Pero Noudiari presencia cómo tres adultos y una niña entran en un taxi normal en el aeropuerto, repleto de maletas, además.
Y es que se ha hecho la vista gorda en muchos casos, sobre todo si hay menores implicados o personas mayores. La gente llega al aeropuerto preocupada y con prisas. Quieren llegar a casa cuanto antes. Los taxistas no quieren conflictos. El ambiente está tenso.
Incluso está prohibido ir a buscar a gente al aeropuerto en los coches particulares. No se considera un desplazamiento justificado. Pero se ven coches particulares e incluso un hombre que saluda con un efusivo abrazo a otro que acaba de llegar de Madrid.
La Guardia Civil, que está patrullando por el aeropuerto, trata de evitar estos comportamientos. «No es una urgencia, no puedes venir a buscar a nadie salvo que sea menor, padezca una discapacidad o sea un mayor dependiente. Tiene que haber una justificación clara», explica un agente. «Pero, por el momento, las Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado estamos dialogando y explicando la situación, la idea no es multar por multar sino concienciar», relata el agente, que también ha ‘reñido’ a los taxistas por no guardar la distancia de seguridad entre ellos en los corrillos que se forman en la entrada a la terminal por falta de trabajo.
Los conductores de taxi están obligados a limpiar a fondo después de cada servicio y más durante el cambio de turno. Pero no tienen productos desinfectantes para los taxis porque se han agotado en las tiendas. «No tenemos productos sanitarios aconsejados para esta tarea», lamentan. Tampoco encuentran mascarillas. Los guantes (quien los lleva) se los han traído de casa.
Pero cuando llegan dos aviones, uno de Madrid y otro de Barcelona, se ve que los propios pasajeros vienen con la protección de casa. Mascarillas, guantes y distancia de separación al moverse por la terminal. Son pocos pasajeros, además, unas cuarenta personas por vuelo, según nos informan.
El ambiente es indescriptible. Parece la escena de una película de ciencia ficción. Personas con mascarillas, todos los comercios de la terminal cerrados, y todo se va quedando, poco a poco, desierto.
La orden de cierre ha llegado y ya solo habrá conexiones mínimas de seguridad.
En Ibiza hemos vivido muchos closings, pero ninguno como este. «Y a ver qué pasa con la temporada», dicen los taxistas.