Pozos completamente secos, otros que han bajado el nivel 30 metros en pocos años, y algunos (cada vez más) completamente salinizados. Los acuíferos de Ibiza agonizan por la sequía y la sobreexplotación absolutamente descontrolada que se hace de sus recursos desde hace años por parte de establecimientos hoteleros, urbanizaciones y las grandes villas con grandes piscinas y áreas de césped.
Así lo han denunciado hoy un colectivo de pagesos de Ibiza a las puertas del Consell de Ibiza, donde a las 11 estaban citados para mantener un encuentro con el presidente del Consell, Vicent Marí, al que han entregado las 6.174 firmas que han logrado reunir estos meses.
Exigen una solución urgente, que pasa por producir más agua desalada y controlar la extracción de los pozos, porque Ibiza se enfrenta a un verano de 2025 «catastrófico» si se prolonga la situación de sequía.
La mayor parte de los pagesos movilizados con de Santa Gertrudis, Sant Llorenç y Sant Miquel, tres zonas donde la situación es especialmente crítica.
Uno de los portavoces del colectivo, Joan Tur Roselló, ha explicado hoy en las puertas del Consell, que la alarma saltó el verano pasado cuando comenzó a bajar el nivel de muchos pozos donde, sin control, cargaban camiones día y noche. «En una semana sacaban toda el agua autorizada para todo el año», han denunciado.
El objetivo final de esta movilización es evitar la «catástrofe irreversible de agotar los acuíferos» de la isla de Ibiza. «Hay que hacer ruido y exigir que haya control sobre los pozos, porque no lo hay, y para que haya más agua desalada», han subrayado, en alusión a la necesidad de una cuarta desaladora en la isla.
«El problema es el que el Consell no tiene ninguna competencia en materia de agua, aunque la directiva marco europea dice que cada demarcación geográfica debe tener sus propias competencias en recursos hídricos», han destacado, subrayando, además, que en en el Govern no les han hecho caso alguno cuando han exigido soluciones urgentes. «Para ellos no existimos», han lamentado.
Paco Planells, otro de los portavoces, ha explicado que en Jesús muchos pozos están tan explotados y salinizados que son agua salada pura que rompe todo: lavadoras, lavavajillas y bombas. «Si nos la jugamos hará consecuencias. Una vez que se saliniza, no se puede recuperar», advierten.
Los pagesos tienen claro que Ibiza se enfrenta a una realidad muy dura: «Si este invierno no llueve, el verano que viene será llanto y crujir de dientes, será un drama», alerta Tur Roselló.
A la vista de que una nueva desaladora es una obra a muy largo plazo, reclaman «formas más rápidas de hacer las cosas que no pasen por trámites burocráticos eternos».
Pero, ante todo, exigen control en la extracción de los pozos de buena parte de la isla, que agonizan.
«Es una vergüenza que toda la parte norte de Ibiza, en todas las calas, estén chupando agua de los acuíferos y es un milagro que no se haya terminado ya», lamenta el portavoz del colectivo. «En el Port de Sant Miquel se sacan 150.000 toneladas de agua cada año en siete meses de temporada; en la Cala de Sant Vicent ni se sabe la de perforadas que hay… es una total falta de planificación y control especialmente en la parte norte de Ibiza», señalan.
Este colectivo surgió de la asociación Uníó per a la Defensa de l’Aigua, que a día de hoy no está operativo aunque fue la que inició todo el movimiento reivindicativo.
De este modo dan un paso más en una movilización que han emprendido «alarmados por el progresivo e inexorable deterioro de los acuíferos de la isla».
Exigen todas las medidas necesarias para que el abastecimiento de núcleos urbanos, urbanizaciones, agroturismos y alojamientos turísticos se efectúe con agua desalada ya sea “incrementando la producción de las actuales o instalando ya la cuarta desaladora”, reclaman.
Así, hay que recordar que las aguas subterráneas de la isla están sobreexplotadas y en algunos casos salinizadas (entrada a agua marina al bajar el nivel del agua dulce) por el consumo descontrolado de agua de pozo en zonas rurales (a donde no llega la canalización de agua desalada) por parte de urbanizaciones de uso turístico y mansiones con jardines de especies no autóctonas y piscinas.
Dicen que solo así podrá evitarse “el agotamiento definitivo” de los citados acuíferos “lo que serían una catástrofe irreversible para toda la isla”, alertan.
Ojalá hubiera un cambio potente en este tema, pero me temo que este artículo es la crónica de una muerte anunciada. Y serán nuestros políticos los responsables, de todos los colores, razas y formas de cobrar.
a nuestros politicos.les da.todo igual