@Noudiari/ Cala Agulla ha sido la localización escogida para soltar a Cannoli, la tortuga boba encontrada el 26 de agosto pasado por una tripulación italiana que navegaba a unas tres millas del puerto de Sant Antoni.
Este ejemplar de tortuga ha sido recuperado en el Centro de Recuperación de Fauna Marina de Palma Aquarium, que es un servicio gestionado por el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB), organismo perteneciente a la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.
Cannoli tenía una aleta enredada en restos de rafia y se había enviado parte del material. Los mismos navegantes avisaron al 112, y una embarcación de Salvamento Marítimo se desplazó al lugar para recoger el animal y trasladarlo al puerto, donde le esperaban un agente de medio ambiente y un técnico del Centro de Recuperación de especies Marinas (CREM) de Ibiza.
La tortuga fue valorada primero por la Clínica Veterinaria Eivivet, donde se decidió que había que trasladar el Centro de Recuperación de Fauna Marina de Palma Aquarium, lo cual fue posible gracias a la colaboración de Baleària.
Una vez en Mallorca se le hicieron las pruebas necesarias en el Hospital Veterinario Aragón, y durante las semanas siguientes la tortuga siguió un proceso de rehabilitación bajo los cuidados del personal técnico del Centro de Recuperación de Fauna Marina de Palma Aquarium.
Cannoli vuelve al mar
Esta mañana, el conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, acompañado por técnicos del COFIB, del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares (SOCIB) y de la Fundación Palma Aquarium, han soltado el ejemplar a cala Agulla.
La tortuga ha podido recorrer los escasos tres metros entre la arena y la acera de mar. La localización de la suelta ha sido determinada por un innovador sistema que integra datos en tiempo real de tráfico marítimo y predicciones del estado del mar, y que ha sido desarrollado por el SOCIB para identificar las zonas más favorables para la liberación de tortugas marinas.
Al ejemplar de tortuga se le ha colocado un dispositivo electrónico que ofrecerá datos de posición, temperatura del mar y profundidad de inmersión en tiempo real por medio de una conexión vía satélite.
Este trabajo forma parte de Tortugas oceanográficas, un proyecto de investigación financiado por la Fundación BBVA, que se podrá seguir en la web fundacionpalmaaquarium.org.
Una vez la tortuga ya estaba en el agua, el conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal ha explicado que, «hoy hacemos una actividad que conjuga tres ejes claves para esta conselleria, el de conservación, es decir, volver a su entorno una especie vulnerable como es el caso de esta tortuga, la investigación, generamos conocimiento sobre nuestro mar Mediterráneo y el de educación ambiental, ya que queremos que nuestros futuros ciudadanos sean conscientes del respeto y del trabajo que se ‘tiene que hacer entre todos para conservar nuestro entorno».
35 tortugas localizadas este año
Este 2017, por el momento, se han encontrado 35 tortugas marinas varadas, que han sido atendidas gracias al programa de recuperación de fauna en las Islas Baleares.
En concreto, se han encontrado 21 en Mallorca, 12 en las Pitiüses y 2 en Menorca. Todos los ejemplares vivos que han llegado a la costa han sido trasladados a centros de recuperación y han recibido atención veterinaria.
En el Mediterráneo hay tres especies de tortugas marinas: la tortuga boba (Caretta caretta), la tortuga verde (Chelonia mydas) y la tortuga laúd (Dermochelys coriacea).
La más abundante en el Mediterráneo es la Caretta caretta, con diferencia. El mar balear es una importante área de alimentación para esta especie, que nos visita en sus largos viajes migratorios.
Las amenazas de las tortugas
Se estima que el 80% de los ejemplares de Caretta caretta que encontramos en aguas del archipiélago balear son de origen atlántico, mientras que el 20% restante procede de las áreas de cría de esta especie situadas en el Mediterráneo oriental.
Las principales amenazas para esta especie son la interacción con la pesca, la contaminación, el tráfico marítimo y la destrucción de las áreas de nidificación.
En los últimos años, se observa que la principal causa que lleva las tortugas a los centros de recuperación son los plásticos, que ingieren confundiéndolos con alimento, como si fuéramos medusas; también las mallas de los plásticos se convierten en trampas mortales.
La especie Caretta caretta está catalogada como vulnerable en el Catálogo Balear de Especies amenazadas y es objeto de un programa de recuperación de fauna que lleva a cabo el Gobierno de las Islas Baleares por medio del Servicio de Protección de Especies de la de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.