Ahora que estamos solos, por Ana Mateos
Nombre: Miquel Angel Riera Planells.
Edad: 43.
Profesión: Sacerdote.
Signo del zodiaco: Virgo.
¿Sueles leer el horóscopo? No.
Lugar de nacimiento: Ibiza.
¿Cuando llegaste a Formentera? Hace cinco años y medio, casi seis.
¿Rincón favorito de Formentera? Es Caló d’es Mort.
¿Qué cambiarías? ¿Del mundo? La pobreza. De Formentera, la masificación del turismo en los meses de verano.
Como definirías Formentera en tres palabras: Calidez, luz y sensación.
¿Algún viaje soñado o lugar por conocer? Egipto y la India.
¿Cuál es tu mayor sueño? La felicidad.
El mejor momento de tu vida fue… Quizá una de las visitas a Perú
¿Y el peor? Tengo dos: no poder estar cerca en la muerte de un ser querido y el día que una pareja de homosexuales me dijeron que si podía casarles y les tuve que decir que no. Recuerdo que hablaron entre ellos -eran franceses- y dijeron suponiendo que yo no les entendía ‘¿Ves cómo no es tan moderno?’. Era una historia terrible, porque uno de ellos estaba enfermo y se casaban por amor. Quizá podría haberles bendecido, que al fin y al cabo, un matrimonio también es una bendición.
El libro que encontraremos en tu mesita: No tengo libros, tengo revistas.
Y… ¿Qué revistas? Religiosas como ‘Vida Nueva’, ‘Ecclesia’… Es que me duermo enseguida, así que en la cabecera de la cama tengo cosas que se puedan leer rápido antes de dormirme.
Última película que has visto: La ladrona de libros.
¿Lo que más te molesta?: La falta de educación.
¿Cuál es tu plato favorito? He tenido que cambiar mis hábitos de comida. Antes eran los canelones, pero hace ocho años en Roma descubrí que era celíaco. Tomaba mucha pasta y ese fue el detonante que me hizo descubrir la enfermedad. Ahora mi plato favorito es la tortilla.
¿Tu plato estrella, aquel que haces cuando quieres sorprender? Tortilla. Tortilla de patatas, a veces con cebolla, a veces con atún. ¡Me encanta la tortilla!
¿Practicas deporte? ¿Cuál? Ando, me encanta caminar. Intento hacer un paseo nocturno cada día de unos cinco kilómetros. También me gusta nadar en verano; en invierno no.
¿Un superpoder que te gustaría tener? Cambiar todo aquello que hace que los demás sean infelices.
¿A quién admiras? A Jesús, que es mi maestro.
¿Alguien que te gustaría conocer? Actualmente, al Papa Francisco.
¿Profesión frustrada? La arquitectura, y también me habría gustado ser maestro.
¿Echarás de menos no tener hijos por ser sacerdote? Sí, porque me encantan los niños.
¿Y la posibilidad de adoptar? Aunque no hay ninguna norma que lo prohíba, el sentido del celibato es estar al cien por cien al servicio de la Iglesia y posiblemente con un hijo no podrías dedicarte de lleno.
¿El último capricho que te has dado? No soy de caprichos, cualquier cosa para mí es un capricho. Mira, el último ha sido unos donuts de chocolate que me compró mi madre ayer. Sin glúten.
¿Qué te llevarías a una isla desierta? Amigos y un libro: la Biblia. Necesito muy poco.
¿La mayor locura de tu vida? Quizá hacerme sacerdote. La gente me decía que estaba loco. Era muy joven, a los 14 lo decidí y a los 16 entré en el seminario.
¿Y te arrepientes? No, para nada.
¿Tienes algún sobrenombre o mote? No, aunque los chicos me llaman a veces ‘Miki’.
¿Y algún defecto confesable? A veces pierdo la paciencia con la gente que tengo mucha confianza y son con los que debería ser paciente.
¿Y una virtud? El mismo defecto al revés: la paciencia que tengo con las personas porque tengo que tenerla…
¿Dónde te ves de aquí a diez años? En Formentera.
¿A quién te gustaría que entrevistásemos? A alguna de las monjas. A sor Natividad, por ejemplo.
Mossenya, vamos a dejar el ámbito eclesiástico… Entonces a algún maestro, ahora que acaba el curso, por todo lo que se ha movido en la enseñanza este año.