EFE / Aunque el porcentaje de población que rechaza las vacunas es escaso en España, el temor y los mitos en torno a los supuestos efectos negativos de estos fármacos continúa en el debate público, con bulos o creencias falsas como los siguientes:
1.- Las vacunas tienen efectos secundarios peligrosos.
Es falso que las vacunas produzcan reacciones graves. Tampoco hay pruebas de que causen autismo. La mayoría de las reacciones son leves y temporales y muy rara vez tienen efectos graves, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su web oficial, donde dedica un apartado a resolver dudas sobre estos fármacos.
«Las vacunas son seguras», asegura la organización sanitaria. De hecho, la OMS afirma que es «mucho más fácil padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna». «Los beneficios de la vacunación superan largamente los riesgos» y «sin vacunas habría muchos más casos de enfermedad y muerte», remarca. Además, la OMS también niega que sea perjudicial para un niño recibir más de una vacuna a la vez.
Respecto a la falsa creencia que vincula la administración de la vacuna triple vírica -que inmuniza contra sarampión, parotiditis y rubeola- con el autismo, la OMS explica que «no hay ninguna prueba» de esta relación. Esa idea errónea se difundió en 1998 a raíz de un estudio fraudulento publicado en una conocida revista médica, que tuvo que retirar el artículo.
En el mismo sentido, el presidente de la Asociación Española de Pediatría, David Moreno, consultado por Efe, precisa que cada vez que se comparan casos de autismo en niños vacunados y no vacunados se obtiene la misma proporción, lo que desmiente cualquier tipo de asociación.
Igualmente, se ha hablado mucho de los supuestos efectos adversos de la vacuna del papiloma, pero pediatras y expertos en vacunas aseguran que ningún estudio ha encontrado efectos secundarios graves.
La Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP) reclama al Ministerio de Sanidad una moratoria hasta que se investiguen los efectos adversos de este fármaco, que se administra en todas las comunidades autónomas y es recomendado por la Asociación Española de Pedriatría.
La buena higiene, el saneamiento y el agua salubre son insuficientes para detener ciertos virus»
La presidenta de la AAVP, Alicia Capilla -quien aclara que su asociación no es una organización «antivacunas»-, asegura que no se están investigando los efectos de la vacuna del papiloma pese a que «no hay ninguna otra razón que explique» los «graves problemas de salud» de las afectadas.
Capilla se remite al último informe sobre la materia del Ministerio de Sanidad, que entre octubre de 2008 y junio de 2018 ha recibido un total de 1.283 notificaciones de sospechas de reacciones adversas de esta vacuna, el 43 % de ellas de carácter grave.
En total, se ha alertado sobre 3.832 reacciones distintas, 1.331 de ellas relacionadas con trastornos del sistema nervioso, según el estudio.
Desde la Asociación Española de Pediatría, se indica que no se ha encontrado ningún efecto secundario en una vacuna de la que se han administrado más de 300 millones de dosis en el mundo, después de buscar posibles problemas neurológicos o enfermedades autoinmunes en estudios con más de un millón de personas vacunadas.
También el experto en Medicina Preventiva y miembro de la Asociación Española de Vacunología (AEV) Luis Ignacio Martínez Alcorta mantiene que no se ha demostrado un aumento del riesgo de efectos adversos entre los vacunados contra este virus.
2.- No es necesario vacunarse porque previenen enfermedades erradicadas.
Es falso porque, sin vacunación, las enfermedades que se quiere prevenir reaparecerían rápidamente. La tosferina, la poliomielitis, el sarampión y otras enfermedades consideradas raras actualmente resurgirían sin vacunas, según la OMS, que advierte de que «la buena higiene, el saneamiento y el agua salubre son insuficientes» para detener estos virus.
De hecho, cuando las coberturas de vacunación de la triple vírica descienden un 10 o un 15 %, empiezan a aparecer casos de sarampión, algo que ha ocurrido en Italia, Francia o Rumanía, y lo mismo sucedería con otras vacunas, como la de la difteria, asegura el presidente de la Asociación Española de Pediatría.
Los programas de vacunación no protegen solo al individuo, sino al conjunto de una comunidad, al evitar que una enfermedad circule y produzca más casos endémicos dentro de una población, puntualiza el experto en vacunas Martínez Alcorta.
Ambos expertos se refieren al reciente caso de la familia francesa antivacunas que reintrodujo el sarampión en Costa Rica, donde esta enfermedad estaba ya erradicada, y Moreno recuerda que en España hubo grandes brotes de sarampión en 2011 porque bajó la cobertura de vacunación del 95 al 90%.
3.- Las vacunas solo sirven para que las farmacéuticas hagan negocio.
Aunque las vacunas forman parte del negocio de las farmacéuticas, lo cierto es que son mucho menos rentables que otros medicamentos.
Las vacunas son muy difíciles de elaborar, de investigar y de fabricar, con unos requisitos y unos sistemas de seguridad biológicos muy elevados, subraya Moreno.
Por su parte, Martínez Alcorta valora que, además de proteger a la población, las vacunas evitan los costes sanitarios que requeriría el tratamiento de esas enfermedades y contribuyen a regular la política de administración de antibióticos para impedir que las bacterias se vuelvan más resistentes.
En la misma línea, las recomendaciones oficiales de la OMS recuerdan que las vacunas protegen de 26 enfermedades, permiten reducir la propagación de la resistencia a los antibióticos y evitan de 2 a 3 millones de muertes cada año.
«No debemos depender de quienes nos rodean para detener la propagación de enfermedades; nosotros también debemos hacer lo que esté en nuestra mano», insiste la Organización Mundial de la Salud.