Monma Mingot, un rostro muy conocido entre las familias de Ibiza que han disfrutado en los últimos años con alguno de los espectáculos de la compañía Clownidoscopio Teatre, preside la recién creada Associació de Professionals de les Arts Escèniques de les Pitiüses (APAEP). Profesionales del teatro, la narración oral, los títeres, la performance, el circo, el clown, la danza, los nuevos lenguajes y la magia que trabajan en Ibiza y Formentera se han agrupado para impulsar y consolidar el sector.
La asociación que han creado, ¿implica que en Ibiza y Formentera ya hay personas que viven de las artes escénicas, es decir, que es su profesión?
Exacto, somos todos profesionales y vivimos de ello. Y es importante subrayar que la profesionalización del sector no solo implica actores y directores sino a gente que vive indirectamente de las artes escénicas, como técnicos de luces y sonido o escenógrafos. Reivindicamos que este sector es un oficio y un arte, pero también una industria a la que hay que darle un espacio. Es la parte que quizá cuesta más entender: que genera una riqueza no solo cultural sino también económica y que también fomenta la desestacionalización. En Mallorca se le ha dado espacio y ha crecido y nosotros estamos dando los pasos necesarios. En Ibiza nos encontramos con que no hay ningún circuito profesional del sector y todavía nos piden actuar sin cobrar.
¿Qué necesitan para crecer y encontrar su lugar en Ibiza?
Lo más necesario ahora mismo es establecer un canal de comunicación con las administraciones para ver hacia dónde podemos ir juntos. Ahora estamos hablando de 20 compañías que necesitan, por ejemplo, un espacio de ensayos fijo e ir adaptando las circunstancias administrativas a un sector profesional, no amateur. Una compañía profesional maneja escenografías complejas y otras muchas variantes que hacen que necesite un espacio fijo de ensayos, no una sala que se usa de manera esporádica. Este es el gran problema en Ibiza. Uno de nuestros objetivos es encontrar un espacio donde podamos desarrollar nuestro trabajo porque resulta imposible para una compañía teatral competir con los precios de la industria del ocio de Ibiza y acabamos ensayando en almacenes, garajes, en nuestras casas… Pero es muy importante también para mí decir que no partimos desde la queja sino de la gran voluntad de establecer un canal de comunicación con las administraciones, que realmente entiendan que van a colaborar con una industria cultural de las artes escénicas en Ibiza.
¿En la línea de la industria audiovisual, que poco a poco va creciendo en Ibiza?
Así es. Poco a poco se está generando una industria audiovisual gracias al apoyo de las administraciones. Una industria que genera riqueza en muchos sentidos. Eso genera un despertar y que mucha más gente se profesionalice.
En Ibiza el asociacionismo siempre ha sido difícil y es habitual que se trabaje de una manera desconectada… ¿ha sido complicado formar la asociación?
La verdad es que sí. El primer intento, la primera reunión, fue hace más de 10 años pero creo que entonces no estábamos preparados ni teníamos el peso que tenemos ahora. Ha llegado el momento y por fin se ha conseguido. Nuestro objetivo es llevar más cultura de calidad a la gente de Ibiza y Formentera. Generar una industria cultural puede tener un impacto muy grande porque no es lo mismo cultura que ocio y entretenimiento. En Ibiza hay muchos profesionales del ocio, a los que respetamos muchísimo, pero la cultura es compartir una obra con un público para transmitir algo, para aportar valores y para emocionar. En una isla que es el templo del ocio mundial, hay que dar un impulso a la cultura. En la pandemia vimos lo necesarios que son esos espacios culturales porque la cultura es lo que alimenta el alma. No solo hay que entretener.
¿Ha costado llegar a consensos?
Se hicieron muchas reuniones y el proceso fue muy bonito porque se ha establecido una buena base que representa a muchos profesionales de distintas disciplinas. Hemos encontrado nuestros puntos comunes y hemos detectado las necesidades. Ahora nos toca poner en marcha una ronda de reuniones con las administraciones, aunque algunas como el Ayuntamiento de Santa Eulària, lleva ya muchos años trabajando para la profesionalización del sector. Lo han hecho con las jornadas profesionales del Festival Barruguet, donde nos hemos encontrado muchas personas del sector. Nos dimos cuenta de que cada vez somos más y de que nuestras necesidades son parecidas.
Las instituciones ofrecen a menudo actividades culturales gratuitas, lo que a veces es un arma de doble filo porque la gente se acostumbra a la idea de que la cultura es gratis y de alguna manera se minusvalora. ¿Han abordado este tema en la asociación?
De hecho tenemos la idea de generar un manual de buenas prácticas para ofrecerlo a las instituciones y que tengan toda la información necesaria. No lo decimos en plan acusatorio sino informativo, porque las artes escénicas en la isla han sido amateurs durante muchos años. A veces ha pasado que no se ha apoyado a festivales que realmente han dado un impulso al sector, con jornadas profesionales o pagando correctamente a los artistas, como el Festival Territori y, sin embargo, se apoya a otros donde eso no sucede. Es maravilloso, legítimo y necesario el teatro amateur pero ahora hablamos de profesionalización del sector. Hay varios cambios que hay que hacer y queremos trabajar juntos para lograrlo.
¿Realmente hay personas en Ibiza que pueden vivir de esto?
Ahora mismo hay muchas. Muchas más de las que pensábamos. Algunos trabajamos en Ibiza pero también fuera de Ibiza. Se trata de mantener, de crecer, de que esto se pueda sostener. Una obra de teatro genera empleo: hay escenógrafo, técnico de luces, dirección, gente de atrezzo, de foto fija y vídeo… En una de las obras que hicimos con Clownidoscopio éramos once personas trabajando. No tenemos nada en contra de la industria del ocio pero queremos evitar que la gente que quiere hacer cultura acabe en la industria del ocio para poder vivir.
¿Cómo generar interés por la cultura y que no solo se consuma entretenimiento?
Ya he citado antes el Festival Barruguet, pero es que es un muy buen ejemplo: todas las escuelas van a ver teatro y el teatro va a las escuelas. Yo creo que esa es la clave. Generamos público y hacemos crecer la industria de la isla. También los profesionales de la isla tienen que apostar por un compromiso de aportar por la calidad y no desviarnos. Se trata de un triple compromiso: nuestro, del público y de las administraciones para que crezca un espacio mágico. En los escenarios siempre pasan cosas muy bonitas y la gente que va que va allí lo sabe.
¿Se da a conocer correctamente al público qué sucede en la cultura de Ibiza?
Este es un gran tema. Se ha intentado, ha habido dos o tres agendas online… y el Consell ha hecho Eivissa Cultural, pero sigue pasando que hay gente que no se entera de cosas importantes. No está funcionando. A veces sucede que las instituciones avisan con poco tiempo de antelación. Son varios factores…
Lo cierto es que entre amigos y periodistas comentamos que la web de Eivissa Cultural no es práctica y no siempre funciona bien y que algunas webs de agenda mezclan cultura y ocio nocturno, de modo que se confunde un poco todo…
Sí, es evidente que hay una carencia. Necesitamos un compromiso de las administraciones también. Creo que tenemos que ir todos a una. La gente se tiene que enterar de cuando hay actividades culturales y cosas bonitas y de calidad en el teatro.
[A día de hoy son socias de APAEP: Antònima Teatre (Vicent Tur), Celia Ruiz, Ses Honorables Virtuts Il·lògiques, Clownidoscopio Teatre, Almudena Rubio, Diego Martínez, Inés Sarmiento, Silvina Sodano, Theatre of the Ancients, Francesca Zannier, Encarna de las Heras, Monocleto Bravo Bravíssimo, La Maletitiritera, Martín Melinsky, Oasi Teatre, Valeria Del Vecchio y Àngels Martínez]