@V.Guerrero/ La primera reunión del Consell de Alcaldes de esta legislatura ha concluido este lunes, tras un segundo encuentro (la primera parte de la reunión se celebró el viernes pasado) entre los 5 ediles de la isla y el presidente del Consell, que se ha prolongado durante casi tres horas y del que, finalmente, no han salido propuestas concretas ni medidas inmediatas que sirvan para afrontar las principales problemáticas que se han puesto sobre la mesa, entre las que han destacado la necesidad de regular los fondeos en la costa ibicenca, el control a ‘taxis piratas’ y concesionarios de playas y proyectos pendientes como el Plan de Usos de Sa Coma o la construcción del Centro Integral de Es Gorg.
El tono ha sido cordial, eso sí, y no se han repetido las críticas que en ocasiones anteriores habían hecho algunos alcaldes sobre la operatividad de estas reuniones. Todos han mostrado su predisposición a «colaborar y trabajar conjuntamente, coordinando esfuerzos», pero una vez más ha quedado en entredicho la capacidad de este órgano para tomar y aplicar decisiones supramunicipales, todo se ha quedado en estudios encargados y buenas palabras.
Acabar con la sensación de descontrol
Todos los alcaldes (tres progresistas y dos populares), han estado de acuerdo en que «hay que poner coto a la sensación de descontrol que se vive en la isla», como ha señalado el presidente del Consell, Vicent Torres, especialmente en materias como el transporte ilegal de viajeros y la regulación y control de los fondeos.
Aunque reconocen que será difícil ver el fruto de estos esfuerzos en esta recta final de la temporada turística, se marcan como objetivo «buscar puntos comunes para la regulación coordinada de los fondeos, porque no tendría ningún sentido que se cambien de municipio para hacer algo que en otro está prohibido». La propuesta pasa por agrupar las diferentes ordenanzas municipales y sistemas de control y regulación, como las boyas ecológicas de pago que plantea Sant Joan y analizar si es viable implantarlas en el resto de municipios. «Hay que buscar fórmulas comunes, las figuras jurídicas ya se buscarán», ha sentenciado Torres.
También preocupa el control sobre los ‘taxis piratas’, por eso desde el Consell insisten en la necesidad de coordinar al máximo los servicios para acabar con esta problemática. La sensación de descontrol abarca también a los concesionarios de playas. El Consell de Alcaldes ha manifestado la necesidad de «proteger el litoral, porque no todas las empresas abusan, pero es necesario aumentar el control y aquí los ayuntamientos son quienes mejor pueden hacerlo», ha dicho el presidente del Consell.
Hay que esperar a lo que digan los estudios
Una de las ‘patatas calientes’ en anteriores reuniones del Consell de Alcaldes, ha sido la cuestión del futuro de sa Coma y el uso que se le deben dar a las antiguas instalaciones militares, que abarcan varios términos municipales.
En esta ocasión no ha habido enfrentamiento porque, si bien el equipo de gobierno de la máxima institución insular ya ha anunciado su intención de retomar el proyecto para convertirlo en un centro con instalaciones deportivas y educativas, también ha reconocido que habrá que revisarlo, por eso encargarán un nuevo estudio de usos. El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, no quiere polemizar antes de ver una propuesta concreta y ha asegurado que «habrá que esperar a ver qué dice ese estudio y luego ya se verá».
Otro proyecto que el gobierno insular quiere recuperar es el del Centro Integral de Es Gorg que, ha recordado Torres, «empezó hace dos legislaturas. En 2010 se hizo un anteproyecto, pero ahora habrá que realizar un nuevo estudio competencial porque las atribuciones de las administraciones están cambiando». El presidente del Consell dice que «habrá que volver a poner el proyecto al día y hacer también un estudio de viabilidad económica y financiera para ponerlo de nuevo en marcha».
Lo que sí parece estar claro es la fórmula para sacar adelante el nuevo centro de Es Gorg. Torres ha recordado que «Vila cedería el solar y el Consell sería el encargado de construirlo, pero la gestión y el mantenimiento estarían mancomunados entre la máxima institución insular y todos los ayuntamientos de la isla».
Con seis gallitos en un corral, todo son cacareos. Pero nada más.