El Departamento de Ordenación Turística y Lucha contra el Intrusismo del Consell de Ibiza ha iniciado un procedimiento sancionador a un comercializador de cuatro viviendas turísticas ilegales en un edificio del casco urbano de la ciudad de Ibiza, una sanción que puede llegar a los 160.000 euros, a razón de 40.000 euros por cada vivienda.
Las viviendas, ubicadas en el edificio Acuario en el carrer s’Illa Negra, en la zona del Passeig Marítim, se publicitaban y comercializaban turísticamente en una página dedicada a este tipo de alquiler, informa el Consell.
El servicio de inspección turística de la institución revisó esta vivienda y tramitó el expediente sancionador por infracción en materia de turismo por la publicidad, contratación y comercialización de la vivienda sin haber presentado la correspondiente declaración responsable de inicio de actividad turística o la comunicación previa, por un importe de 40.000 euros por vivienda.
El conseller de Ordenación Turística y Lucha contra el Intrusismo, Mariano Juan, ha señalado que los servicios de inspección del Consell están trabajando “a un muy buen ritmo y están iniciando y resolviendo un gran número de expedientes sancionadores”.
Ha recordado, una vez más, que “con sanciones no se arreglará el problema: el Govern de les Illes Balears tiene que aceptar la propuesta del Consell de Ibiza para cerrar pisos turísticos ilegales cuando se denuncien, es la única manera de enviar un mensaje contundente a los infractores y evitar que esta problemática continúe”.
Juan ha recordado los “importantes pasos” que se han hecho en la lucha contra el intrusismo en esta legislatura, con el protocolo con Airbnb que supone buscar a los infractores.
«Hemos conseguido con la reforma de la ley turística elevar las sanciones por estos hechos que ahora son de 40.000 euros, con calificación de ‘muy grave’”, así como el impulso dado desde el Consell de Ibiza con la reforma de ley para que los inspectores turísticos puedan hacer reservas de incógnito, y se ha conseguido que Airbnb identifique a los anfitriones de las viviendas anunciadas y comercializadas ilegalmente», ha añadido.
Ole, ole y ole, así se acaba el problema de la vivienda en la isla