@D.V./ Es verano y las radiofórmulas nos bombardean con la única música que parece permitida a la que suben las temperaturas: ritmillos latinos, raperos melifluos y tonadas que repiten tópicos románticos y que riman razón con corazón y locura con cintura. Nuevamente es el verano del reggaeton romántico de Cali y Dandee, Juan Magán, y de canciones como ‘Pajaritos en el aire’. El reggaeton, esa música que cuando nació era salvaje, sucia, bárbara y que asustaba a los blancos, se ha convertido en algo blando apto para todos los públicos. Incluso los antaño malotes Daddy Yankee y Don Omar se han reconvertido en baladistas dulzones, tipos de buen corazón que visten camisa y se dirigen a un público de raza blanca y clase media.
¡Qué tiempos aquellos en los que el reggaeton era la música del diablo y estaba prohibido en las radiofórmulas respetables! Años en los que era la música de los chavales de los barrios marginales que hacían vida en la calle y la convertían en el escenario de esa nueva tendencia que mezclaba el hip-hop norteamericano con el ritmo y el frenesí de la música latina.
Ese reggaeton primigenio era también muy malhablado, sucio, incorrecto, misógino y, honestamente, poco recomendable para los oídos sensibles. Al ser una música canalla, de calle, reproducía los estereotipos de los pantilleros de barrio: las letras eran misóginas y absolutamente inaceptables según los cánones de la corrección política.
Hagamos un repaso a ese reggaeton primigenio para luego viajar al presente y escuchar por donde van los tiros de la música latina que, es mejor decirlo ya, no pasan por el reggaeton romántico -producto para clases medias- sino por la música del pueblo: el dembow.
El Chombo – Quieren chorizo
Probablemente, se trate de una de las letras menos sutiles y más ridículas de todos los tiempos: “Quieren chorizo / las chicas quieren chorizo. / Unas lo quiere frito / las otras empanao. / Unas lo quieres tumbadas / las otras de lao”. Imposible no sentir vergüenza ajena ante estas rimas aunque, admitámoslo, su grosería es tan franca que es imposible no partirse de la risa.
Tras esta canción que se adhiere a la memoria como si se tratara de un velcro, encontramos a un auténtico genio musical: el productor panamero El Chombo, el cerebro que se encuentra detrás de otros hits irresistibles y que marcaron una época como ‘El gato volador’ o ‘Tiburón Chacarrón’. Experimentación, sentido del humor y salvajismo musical.
Hector el Father – Calor
‘Calor’ es como una parodia de una canción reggaetonera pero llevada al límite. La letra es tan ridícula que parece un chiste: “Calor, dame calor / Papito dame calor / Mamita dame calor / Calor, dale calor…”. El videoclip, además, muestra una especie de fiesta con señoritas en bikini, carne tostándose en una parrilla y Hector el Father sosteniendo una manguera y remojando al personal. En definitiva, tan sutil y sofisticado como una patada en los huevos.
La historia del portorriqueño Hector el Father tiene su miga: este fue su primer éxito aunque posteriormente alcanzó el estrellato en América con su tema ‘El teléfono’. Todo lo tuvo y todo lo dejó porque en el 2008 sintió la llamada de Cristo y se hizo pastor evangelista. No me lo quiero imaginar en el altar y con la mangera…
El Médico – Chupa Chupa
Toda América Latina vibraba con el reggaeton, pero… ¿y Cuba? En Cuba también, claro, pero ahí el gobierno cubano estuvo ojo avizor ante una música que tenía una clara influencia norteamericana, y decidió controlar el fenómeno con la etiqueta del ‘cubatón’: reggaeton facturado completamente en Cuba.
El principal abanderado de este movimiento fue Reynier Casamayor Griñán, más conocido como ‘El Médico’ ya que, efectivamente, es Licenciado en Medicina. A diferencia de las estrellas panameñas y boricuás, El Médico se ha mantenido fiel al socialismo y no ha sucumbido a los cantos de sirena de la industria discográfica de Miami ni a los multimillonarios contratos de las discográficas. Hace su música y graba sus videos pero, principalmente, se dedica a ejercer de médico de familia, es decir: a contribuir a la salud pública y a la construcción del socialismo.
Si os preguntáis por las letras del Cubatón, sentimos desengañaros: más de lo mismo, misoginia grosera, marraneo y una procacidad de chiste. El ‘Chupa Chupa’ es una canción fabulosa y que nos indica claramente por donde van los tiros. Por cierto, que no se si me haría mucha gracia que el doctor Casamayor le hiciera una exploración a mi hija.
El Chuape – Ponme to eso palante
Es el momento de hablar de presente y futuro. Una vez el reggaeton ya se ha comercializado y se ha convertido en música para blancos, la auténtica música callejera va para otro lado. La nueva tendencia es el Dembow y a mi me suena mucho al hip-hop old skool, un sonido sucio, con bajos retumbantes, ritmos rotos y que se baile como se bailaba a principios de los ochenta.
El Dembow arrasa en Puerto Rico y la República Dominicana y hay una intensa rivalidad entre los músicos de los dos países, que compiten en habilidad, ingenio y potencia. Nosotros os dejamos un pequeño ejemplo de esta delicia: El Chuape y ‘Ponme to eso palante’. A gozarlo.