Laura Ferrer Arambarri / Hoy jueves, el mismo día en el que el Arzobispado de Valencia envía a Ibiza a dos sacerdotes, un investigador y un notario, para escuchar el testimonio de una presunta víctima de abuso sexual por parte de un sacerdote de la isla, tal y como adelantó el lunes en exclusiva Noudiari, otra persona, esta vez un joven de 37 años, ibicenco y que actualmente reside en Mallorca, ha denunciado hechos similares cometidos por el mismo cura y en la misma época.
El joven relata que su caso se remonta a principios de los años 90 y que sucedió en la Parroquia de San Pablo (Sant Pau) de Ca n’Escandell (Casas Baratas) en Ibiza. Por entonces, la presunta víctima tenía 10 años, la misma edad que tenía el otro denunciante cuando sufrió el abuso, según su testimonio.
«Desde el año 1993 mis padres eran asiduos a la parroquia de San Pablo, porque estaban en el grupo religioso Camino Neocatecumenal», relata el hombre a Noudiari. «Como éramos casi vecinos de la parroquia, mi madre me enviaba a confesarme con este sacerdote», explica. Así, el chico acudió en varias ocasiones a la casa parroquial, donde vivía el sacerdote, a confesarse. Fue en dos de estas ocasiones «en el año 1993 o 1994» cuando el sacerdote cometió presuntamente los abusos sexuales.
«Con la excusa y la complicidad del ‘venga, cuéntame tus cosas‘ él empezó a meterme mano», explica.
La otra víctima explicó a Noudiari que, en su caso, fue el cura quien presuntamente cogió su mano para llevarla a su pene. Este otro testimonio relata que lo que hizo el cura fue tocarle a él los genitales. «No eran tocamientos discretos sino explícitos y no fueron cosa de unos segundos sino que perfectamente sabía lo que estaba haciendo», apunta.
Dispuesto a llegar hasta el final
«Lamentablemente no puedo acompañar hoy a la otra víctima que ha revelado su caso porque vivo en Mallorca y, de un día para otro, con el confinamiento perimetral y sin vuelos disponibles, no me ha sido posible», explica el hombre que afirma que, en cuanto vio la noticia en Noudiari, supo que se refería al mismo sacerdote. «Pensé: es él, le han pillado«, relata.
Las fechas que aportaba el otro testimonio, cómo lo describía… todo le cuadraba. «Sé que otros chicos del grupo de San Pablo han pasado por cosas similares. Aquí hay mucho tema y supongo que no lo cuentan porque se mezcla la vergüenza y que, en algunos casos, los padres siguen siendo del grupo«, explica. «Afortunadamente mis padres ya no están en el grupo neocatecumenal y lo han visto con otros ojos, pero quienes sigan ahí dentro tienen miedo todavía por la falta de apoyo de su familia y del propio grupo», insiste.
Que el sacerdote acabe juzgado y en la cárcel sería la conclusión lógica de todo esto, según explica esta víctima. «Yo estoy dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias siempre y cuando las circunstancias me lo permitan porque ahora vivo en Mallorca y realmente no sé si esto ha prescrito, por el tiempo que ha pasado… pero se tiene que saber», concluye.
La primera persona que se puso en contacto con NouDiari sufrió presuntamente los abusos por parte del sacerdote en otra parroquia pero por el momento prefiere no referir públicamente cuál.