@D.V./ Cuando faltan unos minutos para la una del mediodía, los usuarios ya van llegando al comedor de Cáritas de Sant Antoni, situado en el barrio de ses Variades. Han venido 18 personas, aunque la media es de entre 20 y 25 comensales. Hoy toca ensalada de tomate de primero, y de segundo estofado de albóndigas con verdura, cortesía del restaurante Chimichurri.
Desde que el pasado día 10 de enero la sede de Cáritas en Sant Antoni abriera su servicio de comedor, cada día registra un lleno. De momento, sólo piden el DNI a los comensales: “Aquí siempre hemos repartido comida, pero nos dimos cuenta que mucha gente no se la podía cocinar porque no tiene casa o porque le han cortado la luz y el agua. Por eso decidimos abrir el servicio de comedor”, comenta Antonio Mohedas, el secretario parroquial.
Todos los que acuden al comedor -la mayoría derivados por el Ayuntamiento- entran en la base de datos de Caritas Sant Antoni, con el que intentan realizar una foto fija de la pobreza en el pueblo: “A todas las personas que vienen aquí se les pregunta si vendrán el día siguiente. Les preguntamos donde viven, qué saben hacer. Tenemos contadas a 17 personas sin techo en el pueblo”.
El objetivo es que puedan salir por ellos mismos de este pozo y que el comedor les sirva para, al menos, no pasar hambre en unos momentos especialmente delicados. Tener una tabla de salvación mientras las cosas no mejoran: “Lo que pretendemos es que llegue el momento en que no nos necesiten. Aunque todo se complica más cuando existen problemas de adicciones”.
Historias del hambre
Alrededor de la mesa encontramos personas con perfiles muy distintos y que son un ejemplo de los diversos rostros del hambre. A mi derecha está sentado Marcos López, un gallego relativamente joven que lleva 20 años en Ibiza y que rompe todos los estereotipos del tipo de persona que uno cree que encontrará en un comedor social como éste: bien afeitado, vestido impecablemente, pulcro, me comenta que ha trabajado durante 14 años en un hotel en la zona de Cala Comte y que el verano pasado no encontró trabajo. Tiene casa pero le han cortado el agua y la luz, y mientras espera el inicio de una nueva temporada turística, se dedica a sobrevivir, literalmente: “Todo el que viene aquí es porque está pasando un mal momento. Afortunadamente, hay un ambiente muy bueno. nos vemos cada día, somos casi como una familia”.
Joan Gial asiente. Nació en Transilvania -dato que recalca com orgullo- y explica que ha realizado algunos trabajillos en negro. Muy delgado, con barba canosa y aspecto cansado, su vida parece abocada a la precariedad: vive en el interior antiguo corral-almacén de una casa payesa abandonada. Son ocho metros cuadrados y sin agua ni luz. “Intento vivir con dignidad” comenta.
El último en incorporarse al grupo ha sido Ismael Puertas, un sevillano que llegó hace un mes y medio a la isla huyendo del paro y con la esperanza de encontrarse ese paraíso de trabajo y riqueza que muchos se creen que es Ibiza. Las cosas no han salido como se esperaba: no ha encontrado trabajo, vive en una caravana y, sin recursos económicos, hace una semana decidió acudir a los servicios sociales del Ayuntamiento, que lo derivaron al comedor de Cáritas: “Me encontraba muy deprimido pero venir a aquí me ha ayudado. Mis compañeros son buena gente, he vuelto a sonreir. Tengo ganas de encontrar trabajo y salir de este hoyo. Estoy convencido que lo conseguiré”.
Quien les entiende perfectamente es Pedro Barrera. Trabaja en Cáritas haciendo de ‘chico para todo’ y vivió durante cuatro años en la calle: “En la plaza España, en bancos o en cajeros. También estuve 21 meses en prisión. Conozco a toda la gente que duerme en la calle en Sant Antoni. Si tienes fuerzas de voluntad y ganas de salir del hoyo, se sale. Yo soy la prueba”.
«Este comedor es fruto de la solidaridad del pueblo»
El director de todo esto es Antonio Campos quien, con modestia, se quita cualquier mérita y asegura que este comedor es únicamente fruto de la solidaridad del pueblo de Sant Antoni: “Todo Sant Antoni se ha volcado en el comedor. Las tiendas, los mayoristas y los restaurantes nos traen lo que les sobra. Hoy mismo, nos ha llegado una carga de naranjas”. Campos también anima a todos los ciudadanos a que ayuden a este servicio: “A veces muchos no dan limosna porque no quieren que la persona necesitada se lo gaste en alcohol. Aquí hay la garantía de que todo se gasta como es debido, y hay que indicarle a todas las personas sin recursos ni techo que aquí tienen un lugar”.
El director destaca también la colaboración de todos los voluntarios que echan una mano desinteresadamente, sin cuyo esfuerzo todo este proyecto no podría salir adelante. Muchos restaurantes también se encargan del catering. Así, la pizzería Capricci, la cafetería Rita’s Cantina, supermercados como Casa Alfonso o restaurantes como el Villa Manchega se encargan de preparar la comida. Hoy es el turno del Chimichurri, y se han desplazado dos empleados de este restaurante para cocinar y servir los platos. “Es una experiencia muy gratificante, pero también ves historias muy tristes”, comenta Elena Santamaría, que hoy ejerce de camarera, “cada vez ves a más gente en esta situación. La cosa está mal pero, al menos, que no les falte comida”.
El comedor de Cáritas de Sant Antoni sirve comidas y cenas, tiene un servicio de duchas y cuenta con una tienda solidaria con ropa de segunda mano a muy bajos precios. Se encuentra en la calle Lepanto de Sant Antoni, en el barrio de ses Variades, justo detrás del Mambo y el Café del Mar.
Enhorabuena a todos los colaboradores,sin duda hacen una magnifica labor social
Y a los usuarios, ánimos que de todo se sale
Enhorabuena a todos los colaboradores,sin duda hacen una magnifica labor social
Y a los usuarios, ánimos que de todo se sale
Por cierto Elena ,sales muy guapa en la foto
Olé por el Chumichurri y esa pedozo de camarera
Por cierto Elena ,sales muy guapa en la foto
Olé por el Chumichurri y esa pedozo de camarera
Es vergonzoso que los políticos para salvar a los banqueros hayan llevado a España a esta situación donde miles y miles de personas no encuentran trabajo y se ven abocados a vivir de la solidaridad que una vez más sale de la gente trabajadora, del pueblo.
Mi sincera admiración para quienes colaboran desinteresadamente, ya sea sirviendo los platos, cocinando u organizando para que todo salga bien sin cuya aportación estas personas no tendrían lo mínimo que debe tener un ser humano, acceso a la comída, algo que si no tenemos trabajo nos puede pasar a todos y de eso es de lo que deberían ocuparse nuestros gobernantes.
Es vergonzoso que los políticos para salvar a los banqueros hayan llevado a España a esta situación donde miles y miles de personas no encuentran trabajo y se ven abocados a vivir de la solidaridad que una vez más sale de la gente trabajadora, del pueblo.
Mi sincera admiración para quienes colaboran desinteresadamente, ya sea sirviendo los platos, cocinando u organizando para que todo salga bien sin cuya aportación estas personas no tendrían lo mínimo que debe tener un ser humano, acceso a la comída, algo que si no tenemos trabajo nos puede pasar a todos y de eso es de lo que deberían ocuparse nuestros gobernantes.
Elena y Marc,en el mundo debería de haber más gente como vosotros,tan solidarios,tan amigos de hacer el bien y con ese corazonado que os caracteriza.Gracias por ser como sois.Un besazo FAMILIA.
Elena y Marc,en el mundo debería de haber más gente como vosotros,tan solidarios,tan amigos de hacer el bien y con ese corazonado que os caracteriza.Gracias por ser como sois.Un besazo FAMILIA.