La zona turística del barrio de Platja d’en Bossa, en Ibiza, ha pasado en pocos días de una imagen fantasmal y desértica a ser un bullicio de actividad humana y ruido.
El inicio anticipado de esta temporada, junto con las ganas de reactivar los negocios de la zona, ha puesto en marcha al barrio, que estos días suena a martillazos, radiales, camiones pasando y mangueras repasando suelos y fachadas.
Desde los sopletes echando humo en el nuevo centro comercial de Grupo de Empresas Matutes junto al hotel Hard Rock Hotel y el Ushuaïa, hasta el personal de los rent a car desembalando motos, la zona está repleta de actividad y patas arriba de cabo a rabo.
El personal de los negocios y apartamentos barre y arrastra la suciedad de los últimos temporales y, en algunos casos, de dos temporadas consecutivas sin abrir puertas. En algunos locales se pueden ver carteles de ‘se busca personal’ ya que, como vienen advirtiendo las patronales, la falta de trabajadores va a ser el gran problema de esta temporada.
Frente a los Migjorn Ibiza Suites & Spa nos encontramos con una empresa de viveros que descarga plantas, mientras muy cerca varios pintores adecentan una fachada de apartamentos y un camión descarga materiales de obra. «Trabajamos mucho con jardines particulares pero en este caso tenemos mucha relación con los propietarios y estamos descargando plantas para sus zonas ajardinadas y terrazas de los apartamentos», explica el responsable de la empresa proveedora, Ecodisseny Paisatges, que admite que este año está habiendo mucho trabajo en su sector.
Las aperturas avanzadas a principios de abril, sumado al hecho de que los grandes negocios del ocio de la zona tendrán sus openings el último fin de semana de abril lo ha acelerado todo. Los responsables de negocios y trabajadores aseguran a Noudiari que el gran problema está siendo la tardanza de los suministros, un hecho que ya venía de la crisis internacional de materiales y que se ha acrecentado con los recientes paros del transporte. «Pero todo acaba llegando», nos dice el personal de Motomon Ibiza, que lleva unas scooters a Nico Rent a Car mientras hacen bromas entre ellos.
Lo cierto es que, en general, se respira un ambiente de optimismo: obreros y el personal de limpieza trabajan con alegría, se vacilan entre ellos y se nota que hay ganas de temporada. Y eso a pesar de que, tras la borrasca, ha llegado un viento helado y bastante fuerte que dificulta el trabajo de limpieza especialmente. Hay alerta amarilla por viento «pero al menos luce el sol, que trabajar con lluvia y nublado sí que es triste», nos comenta Dani mientras barre junto a unos apartamentos turísticos.
Algunos establecimientos lucen a día de hoy, 1 de abril de 2022, los mismos tablones con los que sellaron sus puertas y ventanas en octubre de 2019, cuando terminó la que fue la última temporada antes del Covid. Pronto y a golpe de palanca saltarán los clavos y la maquinaria comenzará a trabajar con la normalidad de 2019.
Y no solo se ha puesto en marcha la maquinaria privada: personal municipal también está cortando ramas de árboles, barriendo y ya se ven las máquinas de retirada de posidonia y limpieza de playas situadas para repasar el arenal.
Lo que sorprende es que incluso hay apartamentos y hoteles que están ya abiertos y funcionando, con turistas que ayer jueves ya disfrutaban del sol en las terrazas junto a la piscina.