@C. V. / R. B. / Lo prometido es deuda y aquí os dejamos la segunda entrega de algunas de las locuras y excentricidades que se han cometido durante este verano en Ibiza. La pandilla de Gran Hermano 14, Paris Hilton y su exceso de equipaje, un turista que se pasó con el bronceado y dos niñas que emulan -nunca mejor dicho- a Melissa Reid y Michaella Connolly, las dos británicas que pasaron de trabajar en Ibiza a ser detenidas en Perú por tráfico de drogas, son los protagonistas de hoy.
Tatuajes en grupo
Es lo típico, lo lógico y lo normal. Vienes de vacaciones a Ibiza con un grupo de amigos, te vas a beber, a la playa, a la discoteca, vuelves a beber, a tomar el sol, a otra discoteca… ¿Y ahora qué hacemos?, se preguntan. ¿Por qué no nos tatuamos todos juntos para demostrarnos nuestra amistad?, contesta alguno. Buena idea, piensan todos. Dicho y hecho. El Comando Montoya, integrado por Giuls, Raky, Susana, Gonzalo y Carlos, cinco de los integrantes de Gran Hermano 14, junto al tercer hermano, Fernando, debieron tomar esa misma decisión y allá fueron en grupo para someterse a una sesión de agujas y tinta.
Giuls y Raky se tatuaron las dos en el muslo la palabra «Inolvidable», que seguro que, por muy mala memoria que tengan, no se les va a olvidar nunca. Susana, Gonzalo y Carlos, por su parte, optaron por piezas de puzzle que, según ellos, encajaban la una con la otra. Mientras tanto, Fernando, el hermano de los gemelos sevillanos, fue mucho más familiar y se tatuó en el hombro la fecha de nacimiento de Gonzalo y Carlos, pero en números romanos, que ocupa más. Sin duda, una familia bien avenida y tatuada.
Las niñas mulas
Michaella Conolly y Melissa Reid se han vuelto famosas, muy a su pesar. Día tras día, la prensa británica explica los motivos que llevaron a la bailarina y modelo irlandesa y a su amiga escocesa, de 20 años de edad, a salir de Ibiza, donde estaban trabajando durante el verano, para terminar encerradas en una cárcel peruana por tráfico de drogas, algo que el refranero español, siempre muy sabio, ya explica: es como salir de Málaga para acabar en Malagón .
Michaella fue la primera en ser noticia. La familia de la joven irlandesa denunció en las redes sociales su desaparición tras viajar a Sant Antoni para buscar trabajo en la noche ibicenca. Lo siguiente que se supo de ella es que había sido detenida en el aeropuerto de Lima junto a Melissa con más de 11 kilos de cocaína en su poder, por lo que ambas afrontan una posible condena de hasta 15 años. La sorpresa de su familia y sus amigos fue mayúscula.
Su caso ha sido tan llamativo que ya les han salido imitadoras. Son dos niñas que, en un alarde de humor inglés, se disfrazaron como las dos mulas británicas en el momento en el que fueron arrestadas en el aeropuerto internacional Jorge Chávez. El parecido es asombroso -peinado, maletas e, incluso, el gesto preocupado- como pueden comprobar en ambas imágenes. En su mano derecha, la niña Michaella lleva una pancarta que dice «The Peru 2 (así es como se las conoce). Drugs is for mugs». La lástima es que las dos de Perú no hicieran caso a ese mensaje.
¿Suficientes maletas?
Hay gente que se lía a la hora de hacer el equipaje para sus vacaciones. Que si llevo suficiente ropa de verano, que si a lo mejor refresca de noche y hay que llevar algo más abrigado, que si el traje de noche, que si algo informal, etc. Al final, siempre metemos más cosas de la cuenta y claro, o nos pasamos de peso o la dichosa maleta no se quiere cerrar ni sentado uno encima.
Algo parecido le debió ocurrir a Paris Hilton cuando desembarcó a finales del mes de julio en Ibiza para debutar como DJ en Amnesia. La celebrity debió empezar a hacer las maletas y como no sabía qué elegir, acabó trayéndose casi todo lo que había en su casa de Beverly Hills. Al final, con la tontería, llenó la friolera de 22 maletas. “Ya he terminado de hacer las maletas para Ibiza. ¿Creéis que llevo suficiente equipaje?”, preguntaba Paris en Twitter. Pues va a ser que sí…
Un turista a l’ast
La última fotografía de esta entrega es la pesadilla de todas las madres. Por lo menos de las madres de mi generación y, seguramente, de muchas de la vuestra. Nuestras progenitoras siempre nos han insistido en que hay que ponerse protección solar hasta en las cejas cuando vamos a la playa. De pequeños, literalmente, nos bañaban en crema y no nos dejaban ir al agua hasta estar totalmente embadurnados.
Sin embargo, no todas las madres son así. Quizá la del joven turista de la imagen nunca le dijo lo de la crema solar, por lo que su hijo acabó totalmente achicharrado. El pobre está tumbado en la cama de un hotel y la sensación es que su piel está al rojo vivo y que, sin duda, tanta quemadura solar debe doler. Eso sí, para demostrar que lo suyo es una quemadura en toda regla y que no es ninguna chiquillada, nos muestra las nalgas para que se aprecie el contraste de color. Demostrado, ha pasado de blanco perlán a rosa chillón.