La Clínica Vila Parc, del Grupo Policlínica, recibe desde hoy a los primeros pacientes del nuevo servicio de medicina nuclear PET-TC que será «un punto de inflexión en el diagnóstico de muchas enfermedades, principalmente las oncológicas», han explicado Tomás Isidoro, director de la Clínica Vila Parc, y Ricardo García, director médico del Grupo Policlínica.
Los exámenes o pruebas diagnósticas que se realizan en medicina nuclear identifican alteraciones metabólicas/moleculares específicas para cada tipo de tejido u órgano, hecho que permite detectar las enfermedades en sus etapas más tempranas (como el cáncer), así como también evaluar el nivel de respuesta a las diferentes terapias, principalmente en las oncológicas.
Es una especialidad poco invasiva y no precisa de procedimientos técnicos complejos. Las pruebas de imagen son similares a otras más conocidas como el TAC o la resonancia magnética, e incluso en muchos casos con una menor exposición radiactiva.
La prueba del PET-TC combina dos tecnologías en la misma prueba: una Tomografía por emisión de Positrones (PET) y una Tomografía Computerizada (TC).
El PET, por sí mismo, es una técnica diagnóstica no invasiva que permite visualizar la actividad metabólica en el interior del organismo utilizando un “contraste” formado por glucosa y un radioisótopo emisor de positrones (F18).
El procedimiento se fundamenta en el hecho de que, en determinadas patologías, principalmente en las oncológicas, se produce un importante consumo de glucosa debido a la elevada replicación celular, por lo que la administración de este “contraste” nos va a permitir detectar de forma muy precoz, tanto en las fases iniciales de la enfermedad como en el caso de posibles recidivas, la presencia de actividad tumoral.
Este hecho ha marcado un antes y un después en la oncología médica, «permitiendo tratar a los pacientes en las fases más iniciales de la enfermedad, así como conocer la verdadera extensión de la misma, lo que va a suponer un importante impacto en la supervivencia».
Convenio con Ib-salut
Los responsables de la puesta en marcha del servicio han recordado, además, que todos los pacientes susceptibles de someterse a esta prueba pueden hacerlo porque ya forma parte del convenio entre Ib-salut y Grupo Policlínica.
«Todos los pacientes oncológicos de Ibiza y Formentera se pueden beneficiar ya. Clínica Vila Parc comienza con un día semanal, y lo adaptaremos a la demanda de pacientes», han subrayado. Serán pacientes tanto de sanidad privada como pública. De este modo, desde hoy, los pacientes pitiusos se someterán al PET-TC sin necesidad de viajar fuera de la isla.
PET-TC
Sobre las características han explicado que, con el paso del tiempo, y gracias a los grandes avances tecnológicos, se ha conseguido fusionar la imagen metabólica o funcional PET con la imagen anatómica/estructural conseguida con el TC (tomografía computarizada) en un mismo equipo y procedimiento, evitando sobreexposiciones radiológicas innecesarias y mejorando notablemente la precisión (sensibilidad y especificidad) del estudio.
Como única preparación para la prueba se debe realizar una dieta baja en hidratos de carbono durante la cena del día anterior y posteriormente acudir en ayunas de al menos 4h antes de la hora programada para el estudio. Puede haber algunas excepciones, especialmente en el caso de pacientes diabéticos, por lo que es una información importante que se debe facilitar al personal de medicina nuclear en el momento de solicitud de un PET-TAC.
Finalmente, una vez el paciente llega al servicio de medicina nuclear pasará a una sala individual, denominada sala de inyectados, donde un enfermero especialista en medicina nuclear le canalizará una vía periférica a través de la cual se le inyectará el “contraste”.
Tras la inyección el paciente deberá permanecer en reposo durante aproximadamente 50 minutos, tiempo que muchos pacientes aprovechan para leer, escuchar música o simplemente descansar.
Tras este periodo de tiempo necesario para que el “contraste” administrado pueda fijarse en las posibles zonas de enfermedad el paciente pasará a la sala del PET-TAC donde se le realizará el estudio de imagen, procedimiento que tiene una duración aproximada de 20 minutos.
Una vez finalizado el paciente podrá regresar a casa y realizar una vida normal.
¿Cómo será el perfil del paciente?
En la mayoría de los casos los pacientes que pasarán por esta prueba serán pacientes con alta probabilidad de tener cáncer o pacientes ya diagnosticados de cáncer que estén en tratamiento.
Ventajas para los pacientes oncológicos
La principal ventaja estriba en su capacidad de detectar lesiones muy pequeñas, tanto que no se pueden detectar por otros equipos existentes hasta ahora en la isla.
¿Por qué ha sido tan complicado y largo el proceso de implementación de este servicio en la Clínica Vila Parc?
Hoy han explicado que hace dos años que Clínica Parc empezó los trámites para este nuevo servicio. De hecho, el equipo ya lleva más de 9 meses en las instalaciones del centro, aunque hasta hoy no se va a poner en funcionamiento. El proceso ha sido complejo por varias razones. «En primer lugar, por nuestra situación de insularidad. Empezar un nuevo servicio desde cero y además en una isla dificulta y encarece el proyecto, pero era algo que Clínica Vila Parc ya tenía en cuenta y no era lo más importante, frente a su objetico principal que no es otro que mejorar la calidad de vida de los pacientes pitiusos», han remarcado en la presentación del servicio.
«Desde Grupo Policlínica y la Clínica Vila Parc Parc queremos dejar muy claro que consideramos que este servicio era muy necesario para la población de Ibiza. No queremos que Ibiza esté por detrás de otras grandes ciudades de la península en salud y calidad de vida, era un planteamiento desde los inicios de la Clínica Vila Parc y ahora, con la medicina nuclear, cerramos un círculo», subrayan.
Han sido necesarios muchos trámites, obtención de permisos, distintas inspecciones por el Consejo de Seguridad nuclear, organismo que regula estos servicios en toda España.
Contratación y formación de personal
Otro de los retos ha sido completar la plantilla y que ha sido necesario la contratación de una especialista en medicina nuclear, la doctora Pilar María, y una radiofarmaceútica, Margarita Galmés.
Además han sido contratados supervisores y operadores de instalaciones radiactivas, que precisan, a su vez, de formación y acreditación especifica.
Todo esto se supervisa también por el Consejo de seguridad nuclear, que es quien avala que estas personas están formadas y acreditadas para trabajar en este servicio.
Complejidad del traslado del radiofármaco
Según han explicado hoy los responsables del servicio, quizá lo más complejo de todo es hacer llegar a Ibiza un fármaco que tiene una vida de solo 110 minutos, desde que sale de su origen, en Barcelona.
«Es como una pila que se va gastando cuando pasan los minutos desde su creación. Para que el fármaco suficiente llegue activo a Ibiza, se debe trasladar más cantidad de la que utilizaremos, y así conservar la actividad suficiente para los pacientes que lo necesitarán en un día», relatan.