Joan Miquel Perpinyà / El president del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, protagonizó el pasado viernes, durante el pleno de la institución, una escena poco habitual al arremeter de forma destemplada y desproporcionada contra la interventora.
¿Cuál fue su delito? Hacer aquello por lo que se le paga, que no es otra cosa que informar sobre si el dinero se gasta adecuadamente y siguiendo las normas establecidas. Si eso no sucede, como es el caso del vídeo de promoción turística La vida Islados, en opinión de la funcionaria interventora —que califica el contrato de nulo de pleno derecho, ¡nada menos!— pues lo que debe de hacerse es pensar otra fórmula para hacer frente a ese pago de 250.000 euros a dedo que, ya se puede poner Vicent Marí como quiera, no puede ser considerado una emergencia. O que lo pague de su bolsillo.
«Ese pago de 250.000 euros a dedo, se puede poner Vicent Marí como quiera, no puede ser considerado una emergencia. O que lo pague de su bolsillo.
Secretarios e interventores de la Administración local —y los consells insulars lo son, por más que a menudo se quiera hacer pensar que son otra cosa— ejercen de control al poder o si se quiere, de contrapoder. Y eso es algo que no le debió gustar a Vicent Marí. Se comprende que tantos años de mayoría absoluta del PP en el Ajuntament de Santa Eulària y con una oposición de risa en aquel municipio, pues haya hecho mella en el presidente de la institución insular como para creerse que puede hacer lo que le venga en gana, incluso si es algo irregular, como desde luego lo es adjudicar sin concurso público una enorme cantidad de dinero público para algo que de no haberse hecho, hubiese tenido las mismas consecuencias que tuvo hacerlo, excepto para la productora y los que participaron en su rodaje. Un vídeo promocional no es ni puede ser considerada la respuesta a una emergencia sanitaria, como sería adjudicar las obras de la cubierta de las piscinas des Raspallar tras un cap de fibló.
Sucede que el Consell d’Eivissa parece la casa de Tócame Roque. Pensábamos que estando en el gobierno insular PP y Cs eso cambiaría, pero está claro que nos equivocamos.
Sucede que el Consell d’Eivissa parece la casa de Tócame Roque. Pensábamos que estando en el gobierno insular PP y Cs eso cambiaría, pero está claro que nos equivocamos. Sin embargo, Vicent Marí no debe creer que se pueden hacer trampas toda la vida, como se hicieron con el pago de las facturas de Amadiba. Y si lo cree, haría bien en recordar que existe una Sindicatura de Cuentas y un Tribunal de Cuentas, y lo más importante: que el dinero no es suyo por más que él sea el presidente; que lo que es o no es una emergencia, no lo decide él, sino las leyes; que el dinero público no se paga a quien uno quiere, sino a quien gana un concurso, cuando la cuantía supera el límite establecido según el caso.
[…] El dinero público no se paga a quien uno quiere, sino a quien gana un concurso, cuando la cuantía supera el límite establecido según el caso.
La oposición se quedó estupefacta con la invectiva del president Marí a la interventora que decidieron usar el asunto a su conveniencia. El PSOE rápidamente lo ha etiquetado como Caso vídeo Vicent Marí y lo califica de escándalo. El portavoz de los socialistas, el expresident Vicent Torres, debiera ser más cauto cuando se habla de vídeos, no vaya a ser que alguien haga la suma del pastizal que el Consell d’Eivissa llegó a gastar durante su mandato en vídeos y programas de televisión, muchos de ellos absolutamente inútiles. Eso sí que fue un auténtico escándalo. Y por cierto, de lo de Amadiba él tiene muchísima responsabilidad, pero más tiene Vicent Marí que lo ha tapado, por más que en su día el interventor exigió que alguien asumiese su responsabilidad. Y así se lo agradece el PSOE…