EFE / NouDiari / Los trabajos de restauración de la plaza salinera, que se convierte en la instalación más importante de Ibiza y única en Baleares, han finalizado con la recuperación de 250 metros de piedras (còdols) que conformaban la ubicación.
Así lo ha explicado este martes el arqueólogo Josep María Garí, responsable de la empresa Posidonia que ha desarrollado los trabajos, en una visita al lugar y en la que han estado presentes la consellera de Presidencia, Pilar Costa, y el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas.
Garí ha explicado que la plaza, donde se acumulaba la sal, contaba con una extensión de 6.000 metros de empedrado, de los que 300 han sido eliminados por el mar. Aun así, confía en que puede llegar a conservarse aún unos 4.000 metros del empedrado original, que data del siglo XVI.
Además de la plaza, la instalación contaba con un puerto natural, para embarcar la sal, con aljibes para tener agua dulce y, todo esto, se relaciona con una industria atunera al existir las almadrabas en la zona de Es Freus, entre Ibiza y Formentera.
Asimismo, Garí ha destacado que esta instalación, “que no es improvisada, sino que es un proyecto programado, es única de Baleares y “hay muy pocas iguales en la Pensínsula”.
Durante la explicación, el arqueólogo ha puesto de manifiesto que la torre de defensa de sa Sal Rossa fue construida para vigilar toda esta instalación salinera, mientras que la torre de ses Portes, en ses Salines, para vigilar las almadrabas atuneras de Es Freus.
“Es el puerto más importante que ha habido en Ibiza ya que las primeras salinas de Ibiza fueron las de sa Sal Rossa”, ha explicado Garí, que ha especificado que posteriormente se construyó el el puerto de Es Cavallet y Sa Canal.
En relación a la industria atunera, Garí ha resaltado la importancia de este lugar ya que el nombre de la ubicación, La Xanga, significa una mesa para despiezar atunes, en latín, además de existir referencias escritas de época medieval en las que ya se hablaba de las almadrabas de Es Freus.
El primer edil Josep Marí Ribas, por su parte, ha señalado que con el fin de continuar con los trabajos y proteger el espacio se limitará el acceso rodado a partir del próximo año.
La consellera Pilar Costa ha manifestado su “interés” en poder colaborar en esta primera intervención, que ha tenido un coste de 17.908 euros para la “recuperación patrimonial”.