@D.V./ Hace pocos días, el inefable José Mourinho aseguraba que él había entrenado a Ronaldo, “al de verdad, no al de ahora”. Evidentemente, no hay punto de comparación entre el Ronaldo de ahora, este hombre que se entrena con la severidad de un espartano para convertirse en una máquina perfecta de golear pero que adopta los estilismos de un tronista de Mujeres Hombres y Viceversa, y aquel Ronaldo Luís Nazario da Lima, el Ronaldo de verdad, aquel futbolista pasado de peso y entregado al hedonismo pero que hacía las jugadas más increíbles casi sin querer, como si la genialidad no le comportara ningún esfuerzo. Ronaldo, además, pasó a la historia como el anfitrión de una fiesta de cumpleaños que es unánimemente considerada como la mayor live performance consagrada al hedonismo extremo desde que desaparecieron las Saturnales romanas.
El brasileño prosigue con su retiro dorado y tras sufrir lo suyo en un reality brasileño en el que tuvo que perder peso, ha recalado este verano en Ibiza con la firme intención de no hacer nada y, a lo sumo, realizar una escapada nocturna. Así, su última escapada de la que tenemos notícia se ha producido en el mítico DC10, un lugar donde se pincha muy buena música electrónica y que no se caracteriza por recibir muchas visitas de VIPs, precisamente. Ahí encontramos al astro brasileño acompañado de una amiga y del italiano Tommaso di Sarno, con quien accedió a posar para esta fotografía.
Pasan los veranos y, definitivamente, nuestra admiración por Ronaldo no para de crecer.