Las familias de las personas residentes en el centro de mayores Sa Residència Colisée han conseguido, con sus denuncias públicas y movilización interna, que el Consell de Ibiza haga una inspección extraordinaria que ha detectado deficiencias tanto en el servicio como en la atención a los usuarios. Además, la empresa La Saleta Care, S.L.U. (“Colisée”), que gestiona la residencia, debe presentar un plan de acción de manera urgente para subsanar las deficiencias del servicio.
Además, el Servei de Salut del Govern balear —aunque no tiene ni capacidad de inspeccionar ni de sancionar en un caso como este— explica a Noudiari que actuó tras conocer el pasado 9 de enero las denuncias de los familiares ofreciendo ayuda sanitaria al centro.
Así, fuentes del Servei explican que una enfermera gestora de casos ha revisado las historias clínicas de los 96 mayores que hay actualmente ingresados (de los que 64 están con plaza concertada entre la sanidad pública y la empresa Colisée).
Por otra parte, la gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Carmen Santos; la subdirecctora de Atención a la Cronicidad y Coordinación Sociosanitaria, Estefanía Serratusell y el subdirector enfermero de Atención Primaria del Área de Salud, Jean- Philippe Baena, entre otros, «han mantenido varias reuniones con familiares y han visitado el centro» en este período.
Todo ello después de conocer las graves deficiencias que señalan los afectados. Y es que estas deficiencias tienen que ver también con la atención sanitaria de los mayores, ya que las familias afirman que está siendo «muy deficiente» y que incluso ha provocado hospitalizaciones de internos.
“Han hablado directamente con los familiares y han puesto el Servei de Salut i Atenció primaria al servicio de Sa Residència, además de hacer una revisión de los últimos doce meses en el contexto del programa de cronicidad”, añaden las mismas fuentes del Servei.
En esta revisión queda constancia de que “todos los pacientes que requieren asistencia por el IB-Salut están siendo atendidos en coordinación con la Unidad Básica de Salud de Jesús”. En suma, afirman que se han puesto a disposición de los usuarios en lo que se refiere a análisis o acudir a urgencias «recortándoles todos los circuitos existentes».
A la espera de lo que suceda en la reunión que tendrán los representantes de los familiares con los gestores de Sa Residència este viernes, Noudiari ha podido constatar el malestar de varios usuarios y sus familias porque no haya habido una reacción más contundente ante lo que consideran «una emergencia social y sanitaria» como esta.
Hay que recordar que los familiares están alertando en su denuncia de que a los internos “no se les realiza un seguimiento de sus enfermedades” o de que “la sintomatología o señales de alerta […] son banalizados, subestimados e incluso no atendidos”.
De este modo, las propias familias se ven obligadas a estar pendientes de sus allegados y alertar de síntomas que detectan para que haya una respuesta.
Sin embargo, la respuesta del personal del centro es limitada y tardía. Incluso, según reza la denuncia, se ha llegado a disuadir y entorpecer la respuesta de realización de pruebas diagnósticas o derivación a urgencias tras ser solicitada por algún familiar”.
Esto ha ocasionado “hospitalizaciones tardías de estos residentes, algunas potencialmente evitables, en situaciones de gravedad amenazante para sus vidas y con serias secuelas”, aseguran.
Tal y como consta en la denuncia a la que ha tenido acceso este medio, los residentes, a partir del momento de su ingreso en la residencia, “son desarraigados de sus equipos de atención primaria habituales […] en algunos casos sin el consentimiento de la familia”, relatan en la denuncia de los hechos.
Otro de los problemas más importantes en el plano de atención sanitaria que apuntan los familiares son “los errores en las pautas de medicación” que “son frecuentes”.
Hay residentes que ingieren medicamentos en cantidades superiores o inferiores a las pautadas y por períodos prolongados cuando éstos han sido pautados solo durante un periodo puntual, “ocasionando serios efectos adversos como hemorragias gastrointestinales”, siempre según la denuncia avalada por 135 firmas de familiares y usuarios.
Añaden aspectos todavía más graves: “han llegado a dejar de proveer medicación básica para la supervivencia, como en el caso de cardiopatías, durante días y sin supervisión”.
Tres inspecciones del Consell en cuatro años
No es posible conocer, por el momento, las conclusiones de la inspección realizada por el Consell de Ibiza a Sa Residència, al tratarse de un expediente abierto. Solo han avanzado que han encontrado deficiencias y que se ha hecho un requerimiento a la entidad que gestiona Sa Residència Colisée para que las enmiende.
Por otra parte, el Consell, que es quien tiene la capacidad inspectora en el caso de las residencias, explica que han llevado a cabo tres inspecciones en esta residencia desde el año 2019, cuando cambió de manos ya que hasta entonces había sido gestionada por Grupo Policlínica. En las tres inspecciones está incluida la extraordinaria que se hizo en enero a raíz de las denuncias.
La pandemia de los años 2020 y 2021 «modificó la manera de funcionar en el tema de la inspecciones», explican.
Actualmente la persona que se encarga de las labores de inspección es una técnico del Departamento de Bienestar Social “aunque no únicamente tiene esta función”. “Igualmente, en caso de necesidad, se cuenta también con el apoyo de los técnicos de Ordenación Turística, que también tienen experiencia dando soporte a Bienestar Social en las labores de inspección. También participan en las inspecciones el equipo jurídico del Departamento de Bienestar Social que supervisa todo el proceso para dotarlo de las máximas garantías”, explica el Consell de Ibiza a consultas de Noudiari.