Laura Ramos / Empujado por el ‘efecto Moncloa’ y sin el desgaste de haber cumplido un año de mandato, el socialista Pedro Sánchez parte como favorito en todas las encuestas para ganar las elecciones del 28 de abril, aunque es una incógnita si podrá mantener el gobierno y con qué apoyos.
Solo la posibilidad de que el PP, Cs y Vox sumen escaños suficientes para desalojarle del poder, como hicieron el pasado diciembre en Andalucía con Susana Díaz, le dejaría sin opciones.
Por el momento ninguna encuesta da crédito a esa posibilidad, pero la participación podría alterar las predicciones, como ocurrió en las elecciones andaluzas, en las que la elevada abstención del electorado de izquierdas llevó al PSOE a perder su principal feudo.
«Andalucía nos marca», reconocen desde el Gobierno, y por eso la llamada a la movilización se ha convertido en el principal mensaje de precampaña de los socialistas.
Estos confían en que el electorado progresista -tradicionalmente más abstencionista que el de la derecha- se conciencie del momento histórico que vive España y acuda a las urnas para impedir el avance de la ultraderecha.
Volatilidad electoral
Según el presidente del CIS, el socialista José Luis Tezanos, el 40% de los españoles decidirá su voto durante la campaña, en unos comicios marcados por la volatilidad electoral.
En ese contexto el PSOE ha diseñado una campaña en la que plantea el 28A como un plebiscito sobre España, según explican sus estrategas.
El objetivo es que los votantes encaren estos comicios como una disyuntiva entre la España que avanza (PSOE) o la España que retrocede (las tres derechas), un relato que en el entorno del presidente vieron claro con la fotografía de Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera juntos en la concentración de la plaza de Colón el pasado 10 de febrero.
Con ese mensaje, reforzado por su lema de precampaña «La España que quieres», los socialistas centran el debate en España, no en Cataluña, lo que hubiera perjudicado sus expectativas electorales.
«Haz que pase»
Aprovecha también el PSOE la imagen de víctima que tanto le ha funcionado a Pedro Sánchez desde su derrocamiento en el Comité Federal del 1 de octubre de 2016 y por eso el cartel presentado esta semana es la fotografía de su rostro en primerísimo plano para que la gente lo salve.
Un cartel que no ha gustado a todos, sobre todo por su nuevo lema «Haz que pase», al que rápidamente el PP dio la vuelta en su favor, con la ayuda involuntaria de la ministra portavoz, Isabel Celaá, que lo asoció al Titanic.
Las buenas expectativas del PSOE abarcan prácticamente todos los territorios. Sánchez sale a ganar en todas las comunidades, aunque en Galicia y Madrid es donde lo tiene más difícil.
Esto supondría dar un vuelco al resultado que él mismo obtuvo en junio de 2016, cuando los socialistas no fueron el partido más votado en ninguna de las diecisiete comunidades autónomas.
El tirón de Sánchez
En Cataluña, donde los socialistas quedaron cuartos hace tres años, ahora se disputan el primer puesto con ERC; en el País Vasco creen que pueden sacar su mejor resultado desde 2008; y en la Comunidad Valenciana ven la victoria tan segura que su presidente Ximo Puig ha hecho coincidir las autonómicas con las generales para aprovechar el tirón de Sánchez.
En Castilla y León, donde el PSOE nunca ha ganado unas elecciones nacionales, el equipo de Sánchez acaricia la victoria, mientras que en Castilla-La Mancha también ven posible ganar las generales por primera vez en 30 años.
La fragmentación del voto de derechas en las circunscripciones pequeñas de la España rural, donde tradicionalmente el PP y el PSOE se han repartido los tres escaños en juego, beneficia a priori a los socialistas, que esperan inclinar la balanza a su favor en muchas de estas provincias.
En Andalucía, la movilización que supone que haya elecciones municipales un mes después de las generales y la «espinita» que la expresidenta andaluza Susana Díaz está animando a los suyos a sacarse hacen presagiar también buenos resultados para Sánchez en esta comunidad.
Sondeos
Con más del 2% de los votos, según algunos sondeos, Sánchez superaría los 120 diputados (36 más que en la actualidad), incluso hay estudios que le sitúan en el 30% y 130 diputados, lo que hace unas semanas encendió algunas alarmas en el Comité Electoral del partido por el temor a que encuestas tan favorables terminaran desmovilizando a su electorado.
Una mayoría parlamentaria con Unidas Podemos y el PNV es la combinación preferida en Ferraz para que Sánchez reedite su gobierno, aunque también es posible que necesite a los independentistas catalanes.
Si la única opción para gobernar fuera un acuerdo con Cs, en el PSOE no dudan de que Albert Rivera incumpliría su palabra de no hacer presidente a Sánchez.
A tres semanas para la cita electoral, los socialistas creen que pueden conseguir una base lo suficientemente amplia como para poder elegir entre diferentes combinaciones a la hora de sumar apoyos.
Pactos
No obstante, no es descartable un situación de bloqueo que obligue a repetir los comicios en otoño. Todo apunta a que la cercanía de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo demorará además la formación de gobierno, por los efectos que podrían tener los pactos del 28A en la nueva campaña electoral.
Por plazos, el Congreso debería constituirse como muy tarde el 23 de mayo, lo que podría dar alguna pista según el acuerdo que cierren los partidos para la formación de la Mesa de la cámara.
Está por ver cómo se desarrolla la campaña electoral, pero hoy por hoy el dilema de Sánchez es con quién será presidente de nuevo.
EFE